sábado, 4 de octubre de 2014

QUINUA producción orgánica una buena apuesta


 Tres comunidades del valle alto apuestan por la quinua Por Ibeth Carvajal - Cultivos de quinua en la     comunidad de Korimayu, en Arbieto. Producir quinua orgánica es una nueva actividad agrícola en las comunidades de Korimayu y Thajra, del municipio de Arbieto, y en La Maica Sur de San Benito. Las tres son conocidas por ser zonas productoras de durazno, cultivo con el que continúan paralelamente. El emprendimiento es impulsado por la Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública (Ciudadanía). “Kurmi” es la variedad que producen porque se adapta al clima de los valles, es más resistente a las heladas y tolera mejor la sequía, explicó el coordinador del proyecto, Alberto Lizárraga. Las dos comunidades de Arbieto siembran quinua a la par del durazno para compensar posibles pérdidas en caso de presentarse una helada o bajo precio por sobreoferta de la fruta. Korimayu fue la primera que incursionó en la producción de quinua en 2012 con unos mil metros cuadrados de área cultivada por cada una de las 18 familias productoras. Durante la campaña 2013–2014 se logró duplicar el área cultivada haciendo un total de 2,6 hectáreas. Lizárraga explicó que el rendimiento es de 1.327 kilogramos por hectárea cultivada y sus mercados son Punata y Cliza, pero también es empleada para consumo interno.   Por su parte, la comunidad de Thajra, que se incorporó este año, trabaja en el proyecto “Mejoramiento del sistema de riego del vaso de la Angostura para la producción de quinua”, que consiste en la construcción de infraestructura para el almacenamiento y distribución de agua con destino a la producción de quinua, detalló Lizárraga. En esta segunda comunidad, la producción arrancó con parcelas experimentales. Si se adapta al terreno, se estima que se llegaría a 29 hectáreas cultivadas con un volumen aproximado de 4.500 kilogramos por cosecha. Con la participación de 23 familias, la tercera comunidad que se incorpora es La Maica Sur del municipio de San Benito. Los insumos para producción serán adquiridos de proveedores del valle alto, incluyendo la posibilidad de acudir al Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), señala Lizárraga. En los tres proyectos, la característica principal es que el control de plagas y enfermedades es de tipo preventivo y se utilizan insumos orgánicos que son preparados por los mismos productores. La producción de quinua en las comunidades es artesanal Las 49 familias de las tres comunidades del valle bajo trabajan artesanalmente en la producción de quinua. En Thajra, los productores siembran cuando pasa la temporada de lluvias, porque baja el nivel del agua en La Angostura, lo que aprovechan para sembrar en las orillas y en Korimayu. Las familias asociadas comparten las trilladoras y no emplean ningún tipo de químico en sus sembradíos, explicó el coordinador del proyecto, Alberto Lizárraga. Afirmó que tiene datos de que hay similares experiencias en los municipios de Tiraque, Mizque y Punata y que los productores comparten la semilla de quinua entre ellos.  El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Juan Crispín, informó a ABI que la producción de quinua en Bolivia se incrementó en un 30 por ciento en la campaña agrícola 2013-2014, respecto a la pasada campaña 2012-2013 cuando se llegó a producir 61.182 toneladas. La quinua fue catalogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como uno de los 10  alimentos más nutritivos del mundo, precisó Crispín. Tomado de los tiempos de Bolivia 

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