Tres comunidades del
valle alto apuestan por la quinua Por Ibeth Carvajal - Cultivos de quinua en la comunidad de Korimayu, en Arbieto. Producir quinua orgánica es una nueva
actividad agrícola en las comunidades de Korimayu y Thajra, del municipio de
Arbieto, y en La Maica Sur de San Benito. Las tres son conocidas por ser zonas
productoras de durazno, cultivo con el que continúan paralelamente. El
emprendimiento es impulsado por la Comunidad de Estudios Sociales y Acción
Pública (Ciudadanía). “Kurmi” es la variedad que producen porque se adapta al
clima de los valles, es más resistente a las heladas y tolera mejor la sequía,
explicó el coordinador del proyecto, Alberto Lizárraga. Las dos comunidades de
Arbieto siembran quinua a la par del durazno para compensar posibles pérdidas
en caso de presentarse una helada o bajo precio por sobreoferta de la fruta. Korimayu
fue la primera que incursionó en la producción de quinua en 2012 con unos mil
metros cuadrados de área cultivada por cada una de las 18 familias productoras.
Durante la campaña 2013–2014 se logró duplicar el área cultivada haciendo un
total de 2,6 hectáreas. Lizárraga explicó que el rendimiento es de 1.327
kilogramos por hectárea cultivada y sus mercados son Punata y Cliza, pero
también es empleada para consumo interno.
Por su parte, la comunidad de
Thajra, que se incorporó este año, trabaja en el proyecto “Mejoramiento del
sistema de riego del vaso de la Angostura para la producción de quinua”, que
consiste en la construcción de infraestructura para el almacenamiento y
distribución de agua con destino a la producción de quinua, detalló Lizárraga. En
esta segunda comunidad, la producción arrancó con parcelas experimentales. Si
se adapta al terreno, se estima que se llegaría a 29 hectáreas cultivadas con
un volumen aproximado de 4.500 kilogramos por cosecha. Con la participación de
23 familias, la tercera comunidad que se incorpora es La Maica Sur del
municipio de San Benito. Los insumos para producción serán adquiridos de
proveedores del valle alto, incluyendo la posibilidad de acudir al Instituto
Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), señala Lizárraga. En
los tres proyectos, la característica principal es que el control de plagas y
enfermedades es de tipo preventivo y se utilizan insumos orgánicos que son
preparados por los mismos productores. La producción de quinua en las
comunidades es artesanal Las 49 familias de las tres comunidades del valle bajo
trabajan artesanalmente en la producción de quinua. En Thajra, los productores
siembran cuando pasa la temporada de lluvias, porque baja el nivel del agua en
La Angostura, lo que aprovechan para sembrar en las orillas y en Korimayu. Las
familias asociadas comparten las trilladoras y no emplean ningún tipo de
químico en sus sembradíos, explicó el coordinador del proyecto, Alberto
Lizárraga. Afirmó que tiene datos de que hay similares experiencias en los
municipios de Tiraque, Mizque y Punata y que los productores comparten la
semilla de quinua entre ellos. El
presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Juan
Crispín, informó a ABI que la producción de quinua en Bolivia se incrementó en
un 30 por ciento en la campaña agrícola 2013-2014, respecto a la pasada campaña
2012-2013 cuando se llegó a producir 61.182 toneladas. La quinua fue catalogada
por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) como uno de los 10
alimentos más nutritivos del mundo, precisó Crispín. Tomado de los tiempos
de Bolivia
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