No sería Río si no hubiera una fiesta. La municipalidad de Río de Janeiro anunció que este año la famosa celebración de Año Nuevo de la ciudad se enfocará en la sostenibilidad y estará dedicada a la Cumbre de la Tierra de Río+20 que se llevará a cabo el mes de junio de 2012. Pero los funcionarios, líderes empresariales y el público no van a esperar hasta fin de año para empezar los preparativos de Río+20, un evento durante el cual se espera que más de 50.000 personas, visiten la ciudad, entre ellas 120 jefes de estado y funcionarios de diferentes gobiernos. A principios de este mes la comisión nacional encargada de los preparativos para Río +20 se reunió por primera vez para iniciar un dialogo acerca de la propuesta de Brasil para esta cumbre. A su vez, los gobiernos de otros países de la región también han comenzado a definir las prioridades nacionales y regionales para Río+20. A medida que se acerca esta importante Cumbre de la Tierra, es imprescindible que los países de América Latina establezcan compromisos claros y concretos para asegurar que la región avance hacia un desarrollo bajo en carbono.
En Brasil, el gobierno, la sociedad civil y el sector privado se están preparando para Río+20. La nueva Comisión Nacional de Brasil para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible celebró su reunión inaugural el 1 de julio e inició la elaboración de la propuesta para Río +20 que el país presentará a las Naciones Unidas antes del 1 de noviembre. Creada por decreto presidencial, dicha comisión está encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, y la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira. La comisión incluye a representantes de 18 ministerios, sectores sociales y diversas entidades del gobierno cuya primera tarea es promover el diálogo sobre los temas centrales de Río +20: la economía verde y el marco institucional para el desarrollo sostenible.
Entre tanto, la sociedad civil y el sector privado también están empezando a enfocarse en Río+20. Representantes de la sociedad civil en América Latina están dialogando acerca del significado de la economía verde en el contexto de los desafíos de desarrollo de la región. A principios de este mes, 150 organizaciones y movimientos sociales de 27 países se reunieron en Río de Janeiro en anticipación a la Cumbre de los Pueblos que se celebrará de forma paralela a la cumbre principal de la ONU en junio próximo. El sector privado también está mostrando su interés. A principios de agosto el Instituto Ethos de Brasil (una asociación de responsabilidad social empresarial) organizará una conferencia sobre diferentes aspectos de la sostenibilidad y la economía verde. Durante la conferencia, participantes del sector público, el sector privado, las ONGs y los sindicatos producirán un documento como punto de partida hacía una agenda de transición.
En otros países de la región, los preparativos para Río+20 también avanzan. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) organizará la Reunión Regional Preparatoria de las Naciones Unidas en Santiago de Chile del 7 al 9 de septiembre. Esta reunión será una oportunidad para evaluar el progreso de la región hacia los objetivos de desarrollo sostenible y, a la vez, una ocasión para que los países acuerden sobre una posición conjunta para la cumbre. Mientras tanto, los ministros de medio ambiente de los países del grupo Mercosur (Uruguay, Paraguay, Argentina, Chile, Bolivia y Brasil) iniciaron discusiones sobre las prioridades para Río+20 y la necesidad de desarrollar una agenda ambiental común para la región.
¿En qué se deberían enfocar los gobiernos de América Latina a medida que se preparan para Río? Queda menos de un año para la Cumbre de la Tierra. Es imprescindible que Latinoamérica aproveche esta oportunidad para demostrar verdadero liderazgo entre los países en vías de desarrollo, evitando propuestas vagas y comprometiéndose a acciones concretas.
Los países de América Latina deberían aprovechar el impulso que se está dando en el sector de energías renovables y comprometerse a ampliar la capacidad instalada de estas fuentes de energía a través de políticas energéticas inteligentes. Como menciona en este enlace Jake Schmidt, un informe reciente del PNUMA destaca que en el año 2010 las nuevas inversiones en energías renovables alcanzaron los USD$ 211 mil millones a nivel mundial, un incremento de 32% con respecto al año anterior. Por primera vez, la mayor parte de esta nueva inversión se dio en los países en vías de desarrollo. Las economías emergentes están a la cabeza de esta nueva tendencia, incluyendo Brasil, donde se realizaron inversiones por un importe de USD$ 7 mil millones y se vio una tasa de crecimiento anual de 62% durante el período 2004-2010.
En su conjunto, las nuevas inversiones en energías renovables en América Latina durante 2010 ascendieron a USD $ 13,1 mil millones, un aumento de 39% con respecto a 2009. Excluyendo a Brasil, América Latina fue la región en vías de desarrollo con el mayor aumento en inversiones en términos absolutos. En particular se destacan:
- México donde se invirtió USD $ 2,32 mil millones, cuatro veces más que en el 2009, principalmente en energía eólica y geotérmica. Esta inversión responde en gran parte a la decisión del gobierno de aumentar la capacidad de generación de energías renovables de un 3,3% a un 7,5% para el 2012.
- Argentina donde se estableció una meta de 8% de generación a base de energías renovables para el 2016 y se invirtió un total de USD $740 millones, un aumento de 7 veces sobre el año anterior, principalmente en la energía eólica, etanol, biodiesel y biomasa.
- Perú donde una meta de 5% de generación a base de energías renovables para el año 2013 ayudó a que las inversiones en pequeñas centrales hidroeléctricas, etanol y biomasa se dupliquen hasta un total de USD$ 480 millones.
- Chile, un país con abundantes recursos renovables que ya son competitivos en términos de costos, donde la meta de 10% de la generación a base de renovables para el 2025 ayudó a estimular un total de USD $960 millones en inversiones en biomasa, energía eólica y pequeñas centrales hidroeléctricas. Esto representó un incremento anual de 21%.
La Cumbre de la Tierra Río+20 es una oportunidad clave para que América Latina se comprometa a políticas que incrementen la generación de energía renovable. Las crecientes inversiones en energías renovables en América Latina y en otras regiones en vías de desarrollo están directamente ligadas a políticas inteligentes. Estas incluyen el establecimiento de metas de generación a base de energías renovables y de tarifas que incentivan la introducción de dichas fuentes a la red eléctrica. América Latina cuenta con abundantes recursos naturales que pueden ayudar a abastecer la creciente demanda energética de la región y satisfacer las necesidades de energía de los 31 millones de personas en la región que aun no tienen acceso a electricidad – ayudando a reducir la pobreza persistente de este sector de la población. Los gobiernos de la región deben aprovechar la oportunidad que presenta Río+20 e implementar políticas que ayuden a allanar el camino hacia un desarrollo sostenible y bajo en carbono.
Las celebraciones de Año Nuevo de Río de Janeiro marcarán de un modo especial el inicio del año entrante. Esperemos que en junio 2012, durante la próxima Cumbre de la Tierra en Río, también podamos celebrar el inicio de una verdadera transformación hacia un futuro más sostenible para América Latina y el resto del mundo.
Enviado por red del FOROBA
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