lunes, 26 de diciembre de 2011

AMAZONIA BALANCE NEGATIVO EN 2011

Amazonia: balance ambiental 2011
 Escrito por Marc Dourojeanni
Las Amazonias. Imagenes: Karina Miotto
Los resultados del balance ambiental amazónico son a cada año peores. De los pocos casos de éxito que son realmente importantes se destacan tres: la decisión, forzada por los indígenas bolivianos, de no construir la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Mojos; la victoria de los indígenas peruanos, especialmente los Ashaninka, que alejaron a grandes inversionistas brasileños que pretendían construir represas social y ambientalmente devastadoras en la Selva Sur de ese país. Y por fin, la decisión de los ciudadanos del estado de Pará, Brasil, que en un plebiscito evitaron la maniobra para dividirlo en tres nuevos estados.
Em outubro, cerca de um milhão de pessoas se uniram aos indígenas bolivianos em La Paz. Foto: Hoy Bolívia
Explotación de recursos naturales
Brasil anunció una reducción importante de deforestación en 2011. Sin embargo la tendencia continúa siendo de desmonte y degradación de bosques en aceleración continua y sin tregua. En los países andino amazónicos, la extensión de tierra abandonada o degradada, sin uso, ha continuado creciendo mucho.
 La explotación de oro, en esta década, ya no es privilegio de Madre de Dios, en Perú. Ahora, está omnipresente en toda la Amazonia y especialmente en la brasileña. Belo Monte, la hidroeléctrica brasileña, fue aprobada hasta por el Poder Judicial y así sigue atropellando el sentido común a pesar de la oposición, escondiendo detrás de su enormidad otras varias docenas de represas. Si la tendencia continúa todos los ríos de la Amazonia de ese país serán represados muchas veces, inundando las mejores tierras y bosques y destruyendo para siempre ecosistemas valiosos y únicos. Las opciones de generación de energía menos impactantes son sistemáticamente descartadas.
La prensa, a pesar de los esfuerzos de algunos medios, nunca mostró correctamente la realidad de Belo Monte. En un ejemplo vergonzoso, una conocida revista dedicó páginas para desmentir supuestas liviandades de artistas famosos que se preocupan con el futuro de la Amazonia tomando como base un “análisis serio hecho por estudiantes”. Ignoran que nadie más niega que generan gases de efecto invernadero, además de sus múltiples y bien conocidos impactos sociales y ambientales. Al final, artistas, científicos y gran parte de la sociedad apenas reclaman que el tema del uso hidroeléctrico de los ríos sea motivo de un verdadero debate.
Malos ejemplos de Brasil
2011 será recordado como el de la decisión sobre el Código Forestal de Brasil. Se esperaba que, si fuera revisado, fuese modernizado y reforzado tomando en cuenta los desastres “naturales” cada vez más acentuados. Ilusión vana, ya que con argumentos falsos, pretenciosamente sociales y económicos, la mayoría de los que fueron elegidos por el pueblo para cuidar de sus intereses aprobaron una ley que no es sólo un retroceso, pero también permite y facilita la destrucción de vegetación y la proliferación de catástrofes. Brasil, este año ha mostrado otros malos ejemplos. En efecto, fueron contabilizadas más de treinta propuestas de eliminación, reducción o degradación de áreas protegidas, siempre para facilitar la construcción de obras que facilitan la explotación de recursos naturales.
Entienda el “nuevo” Código Forestal Brasileño
 Pagos por servicios ambientales
También es desfavorable la evolución de la politiquería desarrollada por algunos líderes indígenas, especialmente peruanos, contra las iniciativas conocidas como REDD y REDD+. Negándose a dialogar fuera del marco del activismo político y con un mínimo de sensatez, están perjudicando a los pueblos que dicen representar. Tampoco tiene sentido el Bolsa Verde, programa del gobierno brasileño que pretendiendo ayudar a preservar la naturaleza, es apenas un caso más de asistencialismo. Un poco más sensato es el Conservando Juntos, del gobierno peruano.
Bolsa Verde y Conservando Juntos
IIRSA
Ya pasaron más de diez años desde el lanzamiento de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura de América del Sur (IIRSA). Fueron hechos cientos de estudios serios y bien documentados demostrando sus innumerables errores. Nada conmovió a la poderosa máquina de hacer dinero creada por los bancos internacionales, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), gobiernos sudamericanos, empresas que explotan recursos naturales y grandes constructoras. Por eso, la locura de construir represas y lagos artificiales gigantescos y carreteras económicamente inviables en vez de obras eficientes o realmente necesarias que, no raramente, caen en el olvido.
Indígenas y los megaproyectos de IIRSA en Venezuela
¿Interés de quién?
Carreteras, minería, hidroeléctricas, etc., son propuestas por empresarios poderosos en busca de enriquecerse y por políticos en el poder, en nombre del desarrollo. Década después de década, la miseria, hambre y enfermedades subsisten alrededor de todas estas obras “indispensables”, como se demostró en la evaluación de los Objetivos del Milenio en la Amazonia. Las naciones amazónicas aún no comprenden lo que son sus “amazonias” y, peor, creen que son sólo territorios salvajes a ser conquistados y explotados.
Los esfuerzos heroicos de tanta gente que lucha por la construcción de una Amazonia verdaderamente sostenible, con calidad de vida, equilibrio entre ambiente y desarrollo y paz social son fundamentales. No mencionar sus logros en 2011 no significa creer que perdieron su tiempo. Sólo significa que el tiempo en que sus visiones y resultados cambian los hechos aún no llegó. Confío en que el gran cambio llegará antes que sea demasiado tarde, tal vez en 2012.
Marc Dourojeanni fue profesor y decano de la Facultad de Ciencias Forestales Universidad Nacional Agraria de Lima, Perú y Director General de Bosques país. En la actualidad es Presidente de la Fundación Pro Naturaleza.

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