jueves, 8 de diciembre de 2011

CIFRAS DE AMERICA LATINA

Latinoamérica en cifras. La Celac agrupa a 33 naciones con un total de 550 millones de habitantes. Unos 200 millones se entienden en portugués, el resto, salvo algunas ex colonias francesas e inglesas, hablan castellano. Brasil no sólo es la nación más extensa y más poblada sino que constituye la primer economía con un PIB (estimado de 2011) de 2.293 billones (millónes de millones). Es la séptima economía del mundo y, además de un lugar en el G-20, Brasil está asociado a Rusia, India, China y Sudáfrica en el llamado Brics. La segunda economía es la de México, tiene 112 millones de habitantes y un PIB de 1.658 billones de dólares. Es la 11ª economía del mundo y desde 1994 integra una zona de libre comercio (el Nafta) junto a Estados Unidos y Canadá, diseñada a la medida de los intereses de las multinacionales.
 Argentina es el tercer país en importancia, con un PIB de 688 mil millones de dólares. Argentina es el otro país de la región que tiene un lugar en el G-20 y, por su PIB, está ubicada en la posición 22ª en el nivel mundial. Luego, en orden de importancia, está Colombia, con un PIB de 460 mil millones de dólares. El giro copernicano de la política exterior colombiana desde la asunción de Juan Manuel Santos es uno de los datos más significativos de la región: de ser discípula de Estados Unidos –sujeta al Plan Colombia por años– a integrar y presidir –hasta fin de este año– la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas). El buen entendimiento entre Brasil y Argentina, cimentado en estos ocho años, es uno de los elementos que apuntalan el acercamiento de Colombia a estos espacios plurales y soberanos. En sentido opuesto, deben señalarse las dificultades de México, que absorbe la crisis de los países centrales desde 2008 sin barreras de ningún tipo.
 Es muy interesante detenerse a leer el informe que la secretaria general de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena, dio la semana pasada en Santiago de Chile sobre la evolución de las variables socioeconómicas de la región. De acuerdo con el organismo dependiente de las Naciones Unidas, entre 1990 y 2010, la tasa de pobreza en América latina se redujo 17 puntos (de 48,4 % a 31,4 % ), mientras que la de indigencia bajó 10,3 puntos (de 22,6 % a 12,3 %), por lo que ambos indicadores se sitúan en su nivel más bajo de los últimos 20 años.
 Bárcena estima que a fin de este año la tasa de pobreza caerá a 30,4% y la de indigencia subiría levemente a 12,8%, básicamente por el incremento en los precios de los alimentos. Esto último es importante porque explica no sólo la necesidad de controlar los saldos exportables sino la de imponer límites al poderío político de las grandes empresas del complejo agroalimentario mundial.
 Según la Cepal, la disminución de la pobreza se explica principalmente por la creación de puestos de trabajo. Lo cual va a contramano de la situación que viven las naciones del llamado Primer Mundo, cuya tasa de desocupación se incrementó de modo alarmante desde la crisis financiera de 2008.
 Bárcena destacó que los mayores aumentos en la disminución de tasas de pobreza en 2009 y 2010 fueron Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Colombia. En cambio, Honduras y México fueron los únicos países con incrementos relevantes en sus porcentajes de pobreza (1,7 y 1,5 puntos, respectivamente). México, por el contagio de la crisis norteamericana, por la falta de políticas activas del gobierno de Felipe Calderón y por la llamada guerra de las drogas, un complejo problema que deviene de ser patio trasero del principal mercado de consumo de estupefacientes ilegales. En cuanto a Honduras, cabe recordar que a mediados de 2009, el presidente constitucional Manuel Zelaya sufrió un golpe de Estado que fue resistido no sólo por parte del pueblo sino por el entonces presidente brasileño Lula y la presidenta argentina. Desde entonces, en un proceso amañado, el empresario Porfirio Lobo está al frente de Honduras. Sin embargo, la gran mayoría de las naciones no restableció relaciones diplomáticas y el pueblo hondureño está viviendo las consecuencias de haber sufrido algo que Latinoamérica no quiere nunca más: la tutela política y administrativa de los enviados del Pentágono o la Casa Blanca. Lo que se está viviendo ahora es un paso firme al ideario de terminar con la tutela comercial y financiera de esas potencias.
TOMADO DE MIRANDO AL SUR

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