Crisis hídrica amenaza el crecimiento vitivinícola del valle de Casablanca
Algunas viñas frenaron la expansión de sus parronales y los pequeños agricultores ya redujeron las superficies de cultivo.
MAURICIO SILVA
¿Qué hace un bote encallado en un pastizal entre los cerros del valle de Casablanca? Hasta donde se extiende la vista sólo hay maleza, pero el viñatero Fernando Viollier Capelli asegura que hasta hace pocos años el lugar atraía a deportistas náuticos.
Una estructura metálica en desuso lo acredita. Es un limnímetro, poste graduado que mide el nivel de agua. Allí el suelo estuvo alguna vez bajo ocho metros de agua, cubierto por el embalse Lo Ovalle. Su nivel decayó progresivamente, y este año se secó.
Los tranques Pitama, Perales y Lo Orozco siguieron el mismo camino, víctimas de la década menos lluviosa en 160 años.
El valle vive la prosperidad de su vitivinicultura, pero los agricultores ya ven evidencias de una depresión en las napas por la sequía. Voillier, director de la Asociación de Empresarios Vitivinícolas local, advierte que la industria está en riesgo.
Merma paulatina
La expansión del valle ha sido notable. En 1985, el enólogo Pablo Morandé plantó allí las primeras 20 hectáreas de parronales apostando por su terroir. Sus noches frías por la influencia marina y su oscilación térmica diaria hacen que la uva madure más lento. Eso entrega características particulares a las variedades Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Chardonnay.
La mitad de las grandes firmas de vino chilenas se han asentado allí gracias al prestigio de su denominación de origen. Aunque todas tienen riego tecnificado, consumen al año 17 millones de m {+3} de agua.
En 2005, la Dirección General de Aguas restringió nuevos derechos de agua en el acuífero de Casablanca, ya que su capacidad de recarga de 1.144 litros por segundo (l/s) era sobrepasada por una demanda vigente de 8 mil l/s. Los productores estiman que la extracción efectiva es entre 4 mil y 6 mil l/s.
Se suma otro problema. El acuífero sólo se recarga con las lluvias invernales, que sufren una histórica declinación. Si en 1980 caían 441 mm anuales, en 2010 sólo fueron 318, con un mínimo de 170 mm en 2006.
El administrador general de la Viña Morandé, Manuel Cuevas, dice que la firma congeló su superficie de viñedos en las actuales 130 hectáreas, parte de ellas junto al hoy seco tranque Lo Ovalle.
"Es imposible extenderse con la actual disponibilidad de agua, y si la situación no cambia, en una década habrá que empezar a arrancar parronales", afirma.
Francesco Venezian, de la Cooperativa Agrícola y Lechera de Casablanca, también cree que el desequilibrio entre la extracción y recarga del acuífero puede disminuir la superficie de parras.
"Antes se van a eliminar cultivos de forraje que sustentan la lechería, y que aplican un riego menos eficiente", dice, ya que si una hectárea de viñedos consume 0,25 l/s, forrajes y maíz consumen 1,2 l/s.
Menos siembra
En el municipio local, la atención que la Oficina de Desarrollo Productivo da a pequeños agricultores demuestra que la falta de agua ya los está afectando.
"Estamos en una situación 'pre Copiapó'. Los pequeños campesinos que cultivan hortalizas y cereales redujeron un tercio la superficie de sus cultivos y bajaron de 3 a 2 las siembras por temporada", explica el encargado de esa oficina, Osvaldo Toro.
Además, agrega, los estudios demuestran que un primer acuífero, entre 10 y 35 m de profundidad, se agotó en varios sectores, y muchos pozos van a un segundo acuífero entre los 45 y 90 m. Y en áreas como Lo Orozco, este segundo acuífero no existe.
30
millones de m {+3} de agua almacenaban los cuatro tranques del valle que hoy están secos.
5.890
hectáreas plantadas suman las viñas en la zona, el 75% de la superficie regada. Le siguen el forraje (1.215 ha) y cultivos frutales (403 ha).
8.000
l/s es la demanda vigente de agua en el acuífero del valle. Su capacidad de recarga es de sólo 1.144 l/s.
La solución: "importar" agua desde la cuenca del río Maipo
La Asociación de Vitivinicultores, la Cooperativa Agrícola y Lechera y el municipio de Casablanca impulsan la idea de construir un canal de 200 km que lleve al valle recursos hídricos provenientes de la hoya hidrográfica del Maipo. La U. Federico Santa María ya realiza los estudios de viabilidad técnica y económica. Se pretende comprar 3 m {+3} por segundo de caudal invernal que se pierde en el mar, para llenar los tranques vacíos de Casablanca. Aunque esto tardaría años.
La idea no es nueva. El "Canal Prosperidad", proyectado en el gobierno de Salvador Allende, pretendía extraer agua del río Mapocho. Antes, el Presidente Carlos Ibáñez, bajo cuya primera administración se construyeron los tranques del valle, había prometido "importar" agua al valle en su segundo período. En el siglo XIX, el gobierno de José Manuel Balmaceda postulaba extender a Casablanca el canal Las Mercedes, de 120 km, que lleva agua del Mapocho a Curacaví.
Tomado de El Mercurio de Chile
Algunas viñas frenaron la expansión de sus parronales y los pequeños agricultores ya redujeron las superficies de cultivo.
MAURICIO SILVA
¿Qué hace un bote encallado en un pastizal entre los cerros del valle de Casablanca? Hasta donde se extiende la vista sólo hay maleza, pero el viñatero Fernando Viollier Capelli asegura que hasta hace pocos años el lugar atraía a deportistas náuticos.
Una estructura metálica en desuso lo acredita. Es un limnímetro, poste graduado que mide el nivel de agua. Allí el suelo estuvo alguna vez bajo ocho metros de agua, cubierto por el embalse Lo Ovalle. Su nivel decayó progresivamente, y este año se secó.
Los tranques Pitama, Perales y Lo Orozco siguieron el mismo camino, víctimas de la década menos lluviosa en 160 años.
El valle vive la prosperidad de su vitivinicultura, pero los agricultores ya ven evidencias de una depresión en las napas por la sequía. Voillier, director de la Asociación de Empresarios Vitivinícolas local, advierte que la industria está en riesgo.
Merma paulatina
La expansión del valle ha sido notable. En 1985, el enólogo Pablo Morandé plantó allí las primeras 20 hectáreas de parronales apostando por su terroir. Sus noches frías por la influencia marina y su oscilación térmica diaria hacen que la uva madure más lento. Eso entrega características particulares a las variedades Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Chardonnay.
La mitad de las grandes firmas de vino chilenas se han asentado allí gracias al prestigio de su denominación de origen. Aunque todas tienen riego tecnificado, consumen al año 17 millones de m {+3} de agua.
En 2005, la Dirección General de Aguas restringió nuevos derechos de agua en el acuífero de Casablanca, ya que su capacidad de recarga de 1.144 litros por segundo (l/s) era sobrepasada por una demanda vigente de 8 mil l/s. Los productores estiman que la extracción efectiva es entre 4 mil y 6 mil l/s.
Se suma otro problema. El acuífero sólo se recarga con las lluvias invernales, que sufren una histórica declinación. Si en 1980 caían 441 mm anuales, en 2010 sólo fueron 318, con un mínimo de 170 mm en 2006.
El administrador general de la Viña Morandé, Manuel Cuevas, dice que la firma congeló su superficie de viñedos en las actuales 130 hectáreas, parte de ellas junto al hoy seco tranque Lo Ovalle.
"Es imposible extenderse con la actual disponibilidad de agua, y si la situación no cambia, en una década habrá que empezar a arrancar parronales", afirma.
Francesco Venezian, de la Cooperativa Agrícola y Lechera de Casablanca, también cree que el desequilibrio entre la extracción y recarga del acuífero puede disminuir la superficie de parras.
"Antes se van a eliminar cultivos de forraje que sustentan la lechería, y que aplican un riego menos eficiente", dice, ya que si una hectárea de viñedos consume 0,25 l/s, forrajes y maíz consumen 1,2 l/s.
Menos siembra
En el municipio local, la atención que la Oficina de Desarrollo Productivo da a pequeños agricultores demuestra que la falta de agua ya los está afectando.
"Estamos en una situación 'pre Copiapó'. Los pequeños campesinos que cultivan hortalizas y cereales redujeron un tercio la superficie de sus cultivos y bajaron de 3 a 2 las siembras por temporada", explica el encargado de esa oficina, Osvaldo Toro.
Además, agrega, los estudios demuestran que un primer acuífero, entre 10 y 35 m de profundidad, se agotó en varios sectores, y muchos pozos van a un segundo acuífero entre los 45 y 90 m. Y en áreas como Lo Orozco, este segundo acuífero no existe.
30
millones de m {+3} de agua almacenaban los cuatro tranques del valle que hoy están secos.
5.890
hectáreas plantadas suman las viñas en la zona, el 75% de la superficie regada. Le siguen el forraje (1.215 ha) y cultivos frutales (403 ha).
8.000
l/s es la demanda vigente de agua en el acuífero del valle. Su capacidad de recarga es de sólo 1.144 l/s.
La solución: "importar" agua desde la cuenca del río Maipo
La Asociación de Vitivinicultores, la Cooperativa Agrícola y Lechera y el municipio de Casablanca impulsan la idea de construir un canal de 200 km que lleve al valle recursos hídricos provenientes de la hoya hidrográfica del Maipo. La U. Federico Santa María ya realiza los estudios de viabilidad técnica y económica. Se pretende comprar 3 m {+3} por segundo de caudal invernal que se pierde en el mar, para llenar los tranques vacíos de Casablanca. Aunque esto tardaría años.
La idea no es nueva. El "Canal Prosperidad", proyectado en el gobierno de Salvador Allende, pretendía extraer agua del río Mapocho. Antes, el Presidente Carlos Ibáñez, bajo cuya primera administración se construyeron los tranques del valle, había prometido "importar" agua al valle en su segundo período. En el siglo XIX, el gobierno de José Manuel Balmaceda postulaba extender a Casablanca el canal Las Mercedes, de 120 km, que lleva agua del Mapocho a Curacaví.
Tomado de El Mercurio de Chile
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