Alcaldes reclaman porque las sanitarias tienen zonas urbanas
fuera de la concesión:
Pese a que los embalses de agua potable están llenos,
todavía hay veraneantes que se abastecen con aljibes
Maitencillo, algunos sectores costeros en El Tabo,
Algarrobo, Papudo y Caldera aún no son abastecidos por las sanitarias y los
vecinos se las arreglan con pozos profundos y camiones aljibe. Bernardita
Aguirre
El fin de semana del 5 y 6 de enero el agua dejó de salir
por las llaves de Antofagasta. Fueron 59 mil personas afectadas por cortes
intermitentes de agua potable en el sector norte de la ciudad y en la totalidad
de Mejillones.
¿Cómo está este verano el abastecimiento del agua potable en
la costa de nuestro país? ¿Están los balnearios preparados para recibir a los
veraneantes?
Estamos en un año de escasez hídrica pero los embalses de
agua potable son los que se encuentran en mejores condiciones. En diciembre de
2012 éstos tenían el doble de disponibilidad que un año atrás y un déficit de
9,8% respecto de su media.
En la Superintendencia de Servicios Sanitarios explican que
las ciudades urbanas costeras que se encuentran entre la II y V Región son
abastecidas por empresas concesionarias de servicios sanitarios y en todas
ellas se encuentra asegurado el suministro de agua potable. Plantean que los
cortes de suministro han sido escasos y puntuales y no se han producido por
falta de agua cruda sino que por otro tipo de fallas.
El corte de Antofagasta fue de esos. En la empresa Aguas
Antofagasta explicaron que un camión chocó un poste de alta tensión y generó un
corte prolongado de energía lo que provocó la salida por 36 horas de la planta
desaladora de agua de mar La Chimba que abastece a la ciudad.
Pero la compañía asegura que "con la desaladora La
Chimba a plena capacidad, en verano no hay ni habrá problemas de abastecimiento
en la región".
Escasez y derroche
Más al sur en Caldera y Bahía Inglesa la población se
triplica en estas fechas. Según explicó la alcaldesa Patricia González el agua
potable llega a Caldera y Bahía Inglesa sin problemas de presión porque estos
balnearios están dentro de la concesión de Aguas Chañar.
Pero no todos los veraneantes del sector tienen agua. El
municipio abastece con camiones aljibe dos campings municipales y a los
habitantes de Rodillo, Barranquilla y Puerto Viejo, sectores que en verano se
repletan de veraneantes para los que no alcanza el agua del municipio y deben
comprar a camiones aljibe particulares. Ellos venden a unos $3 mil el metro
cúbico, más del doble de lo que cuesta el agua potable en la zona: $1.159 el
metro cúbico, la más cara de Chile. (Ver recuadro)
En la IV Región, La Serena y Coquimbo gozan de un
abastecimiento óptimo en la costa, coinciden los alcaldes Roberto Jacob y
Cristián Galleguillos, aunque ellos refuerzan con aljibes zonas del interior
afectadas por la sequía.
En la zona costera la principal preocupación es el excesivo
gasto de los veraneantes. El verano pasado, el consumo de agua potable en La
Serena y Coquimbo alcanzó un máximo histórico de 1.353 litros por segundo y lo
normal son 880, en una región que recibe cada temporada estival casi un millón
de turistas que no saben que la zona enfrenta siete años de sequía.
Al consultarles por la garantía del abastecimiento en Aguas
del Valle explican que "la situación es ajustada, pero estamos trabajando
para mantener la continuidad del suministro, realizando inversiones, buscando
nuevas fuentes y comprando nuevos derechos de agua".
En Maitencillo no hay
Desde el río Aconcagua en Concón, Esval tiene un ducto que
llega hasta Papudo entregando agua a los distintos balnearios como Quintero,
que según su alcalde Mauricio Carrasco no tiene problemas. También lo hace a
Ventanas, Horcón, Cachagua, Zapallar y Papudo, pero se salta Maitencillo.
Los camiones aljibe son típicos del balneario y de zonas
altas de Zapallar. Ahí los 10 mil litros de agua cuestan $40 mil, es decir $4
mil el metro cúbico, mientras el agua de Esval en la zona cuesta $498 el metro
cúbico.
"Hasta el verano de 2011 comprábamos agua a los
camiones aljibe porque aunque Esval pasaba por la carretera no subía hacia
arriba del camino. Nos organizamos hicimos una sociedad, pagamos e hicimos la
red. Hoy tengo agua en la casa y gasto menos de la mitad de lo que gastaba
antes regando más y hasta tengo un pedazo de pasto", cuenta un vecino del
sector Aguas Claras en Cachagua.
En Maitencillo no se explican por qué Esval no los abastece
si ellos son una zona urbana y el ducto pasa por la entrada del balneario.
Además los vecinos están sufriendo porque sus fosas contaminaron las napas y no
pueden tomar agua de los pozos.
La municipalidad entrega agua a la posta, al colegio, a la
escuela y a algunas familias pero no a los veraneantes.
En Esval reconocen que el municipio les pidió agua para el
balneario y dicen que están en la etapa de análisis de las alternativas
técnicas y financieras para el desarrollo de las redes de agua potable, aguas
servidas y sistemas de descontaminación de aguas residuales.
En Papudo tienen lo suficiente para abastecer a la ciudad.
El alcalde (s) Mauricio Santander aclara que hay sectores a los que no llega la
concesión y ellos llevan agua con camiones, como a la tenencia carretera de
Carabineros, a los que se le secó el pozo, y a los habitantes de Salinas de
Puyalli, una playa excelente para el surf que se está poblando.
En la costa central en la Municipalidad de El Tabo dicen que
sólo un tercio de la comuna es abastecida por Esval porque su área de concesión
va desde el borde costero hasta la ruta G98, que pasa por la mitad del popular
balneario.
"Esta limitación deja sin factibilidad de agua potable
los sectores altos de la comuna donde residen alrededor de tres mil personas.
Estas zonas hasta el terremoto se abastecían por pozos y norias naturales, que
hoy por el escurrimiento de fosas y pozos negros están contaminadas",
explican en el municipio.
"En verano en El Tabo Alto la población se duplica o
triplica y empiezan a pedir ayuda de la municipalidad y bomberos para tener
agua y nosotros no damos abasto", dice el alcalde de El Tabo, Emilio
Jorquera.
Él considera que este problema de escasez de recursos
hídricos limita el desarrollo de la comuna para el turismo y las actividades
económicas y por eso han pedido a Esval que aumente su área de concesión.
Pero dice que las respuestas son lentas y en algunos casos
desfavorables y sin explicación técnica que la justifique.
En la sanitaria dicen que están evaluando las alternativas
técnicas y financieras que permitan ampliar la red.
En Algarrobo tampoco el agua potable llega a todo el
balneario, sino sólo hasta Mirasol. "Las localidad de San José, El Yeco,
las parcelaciones camino Huallilemu, El Manzano, entre otros, no tienen
abastecimiento de la sanitaria", explica el alcalde Jaime Gálvez.
ENTRE $2 MIL Y $4 MIL el metro cúbico cuesta el agua de los
camiones aljibe en la costa.
Caldera, Algarrobo,
El Quisco y El Tabo tienen el agua más cara de Chile
En Caldera, Chañaral y Copiapó los vecinos y veraneantes
pagan el agua más cara del país. Ahí el metro cúbico cuesta $1.159 mientras en
Las Condes se paga $392 por la misma cantidad.
"El agua es cara y de mala calidad, no está para la
grifería, cambiamos las llaves cada seis meses y los paneles solares no se
pueden usar porque se tapan por el calcio y los sedimentos que trae el
agua", cuenta el dirigente hotelero de Caldera, Juan Espinoza.
En Aguas Chañar explican que en la cuenca del río Copiapó,
la calidad históricamente nunca ha sido de las mejores.
Respecto al valor, en la sanitaria dicen que la distancia
que debe recorrer el agua para llegar a los hogares, sumada al costo de las
inversiones realizadas para entregar el servicio quedan reflejadas en la
tarifa, la cual está regulada por la autoridad.
"Es importante recalcar que en general en Chile
hablamos de sequía. Sin embargo en nuestra región el escenario, que se ha
vuelto permanente, es el agotamiento de las napas, por una sobreexplotación del
recurso, lo que duplica o triplica el esfuerzo que debemos hacer como sanitaria
para que llegue el agua a los hogares", señala el gerente general de Aguas
Chañar, Diego Barros.
El último reajuste de las tarifas que pagan los vecinos se
hizo en noviembre del año pasado cuando entró a funcionar una nueva planta en
Copiapó.
El problema es que las cuentas seguirán subiendo por las
nuevas inversiones que ascenderán a US$ 200 millones ($94 mil millones) y que
incluyen una planta desalinizadora para 2017. Su desarrollo fue acordado con la
autoridad sanitaria y se inició un proceso de recálculo de tarifas.
Lo que sí aclaran en la compañía es que el alza de las
tarifas podría disminuir si hay aportes de terceros a las nuevas inversiones,
como podría ser a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
"Lo importante aquí es que el Estado asegure
efectivamente la justicia de dichos cobros, que busque maneras de compensar a
la población, y sobre todo que se entreguen los apoyos y subsidios necesarios
para garantizar el suministro del agua a la población más vulnerable",
dijo el alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini.
La segunda agua más cara de Chile se toma en Algarrobo, El
Quisco y El Tabo. Ahí cuesta $1.080 el metro cúbico.
"El alto precio del agua afecta a todos los bolsillos
en general, esto hace que el costo de la vida sea más alto en estas comunas,
los arriendos son más elevados, los costos fijos del comercio lleva también a
que los productos sean más caros", explica el alcalde de Algarrobo, Jaime Gálvez.
En Esval lo justifican porque "las condiciones
particulares de dichas ciudades, involucran costos mayores de producción,
recolección y descontaminación de aguas servidas. Además su demanda es
estacional".
Tomado de el mercurio de chile, sugerido por boletín gal
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