El Riachuelo y
su lenta agonía
por Laura Rocha
El drama de la
contaminación en el Riachuelo sigue su curso. La luz de esperanza que se había encendido
con el fallo de la Corte Suprema en 2008 que ordenaba el saneamiento de uno de
los ríos más contaminados de la Argentina se va a apagando de a poco.
A la separación
del juez que llevaba la causa, Luis Armella, sospechado de favorecer a empresas
constructoras de la cuenca, se suma ahora un recorte presupuestario -otro más- por falta de
fondos de las jurisdicciones que componen la Autoridad de Cuenca Matanza
Riachuelo (Acumar). Pero el tema financiero no es el más grave síntoma de
la agonía de un proceso que aparece mal parido o mal instrumentado, no se
entiende bien.
Es que empezaron
a pasarse las facturas entre la Nación, la provincia de Buenos Aires y la
Ciudad por la cuestión de los fondos. Pero lo más increíble, más allá de
la pelea política, es que piden la intervención de la Justicia para que ésta
sea la que determine cuánto y en qué plazo cada distrito debe aportar los
fondos.
Ahora, yo me
pregunto ¿para qué se creó un ente tripartito como la Acumar? ¿No es en ese
ámbito donde se deberían resolver estos problemas? ¿Si los fondos sólo alcanzan
para mantener un nuevo aparato burocrático no es inútil tanto esfuerzo? ¿Cómo
no se pueden poner de acuerdo tres jurisdicciones en este país cuando hay
decenas de ejemplos de saneamientos que involucran hasta distintas naciones?
Realmente son
muchas preguntas sin respuestas, pero que esconden un problema de fondo:
la falta de voluntad política real para revertir una situación, si bien
centenaria, que podría empezar a encaminarse. Una nueva oportunidad perdida.
Foto: Flickr CC puroticorio
Tomado de la nacion de ar
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