Enviado por Hernán Sorhuet Gelós
CAMBIO CLIMÁTICO: SE
ACABA EL TIEMPO
El actual fenómeno
del cambio climático tiene la particularidad de colocar a
la humanidad en una
encrucijada. Debe hallar la forma de asegurar su
desarrollo sin
provocar un aumento de la temperatura global de la superficie
terrestre que supere
los dos grados Celsius. Será la forma de evitar que los
eventos severos
meteorológicos aumenten en periodicidad e intensidad.
Parece muy poco y,
por lo tanto, fácil de lograr. Sin embargo, es todo
lo contrario. La
población mundial crece sin parar y su principal fuente de
energía son los
hidrocarburos, que al quemarse liberan gases de efecto
invernadero (GEI)
responsables de provocar el calentamiento global.
En la reciente cumbre
de Doha (Qatar) –COP 18- se acordó el 2do.
Período de Compromiso
del Protocolo de Kioto. Implica lograr una reducción
de 18% de las
emisiones de GEI con respecto a las emisiones de 1990, para
2020 -recordemos que
en el 1er. Período de Kioto la reducción era de 5%. Sin
embargo, no se trata
de una noticia esperanzadora, por la sencilla razón de
que los principales
emisores de gases del mundo no estarán dentro del
protocolo. Nos
referimos a EE. UU. y China quienes juntos provocan más de la
mitad de esa
contaminación atmosférica.
La esperanza está en
la Convención de Cambio Climático, porque incluye
a 195 países. Allí
están todos los que deben estar. Y sus resoluciones deben
ser acatadas.
La Convención
actualmente negocia la denominada Plataforma de Durban
con miras en 2015. De
estas negociaciones deberá emerger un acuerdo
vinculante, el cual
deberá entrar en vigencia en 2020 –año en que caducará
definitivamente el
Protocolo de Kioto.
¿Disponemos tanto tiempo? Si no se toman decisiones de fondo
la respuesta es
no. Hay que recordar
que según los especialistas, hay que evita como sea que
se superen los
famosos dos grados Celsius ya mencionados. Y para lograrlo
hay que alcanzar
niveles de reducción de las emisiones gaseosas que están
muy distantes.
El futuro acuerdo
mundial deberá estar pronto en dos o tres años,
reflejando la
realidad mundial, en el sentido de que tendrá que recoger más
que nunca el
principio de “responsabilidades compartidas pero
diferenciadas”. Los
mayores esfuerzos de mitigación deberán hacerlos los
países más
contaminantes del aire.
Por lo tanto, 2015
será un año clave. El nivel de acuerdos alcanzados
reflejarán el grado
de responsabilidad de las naciones para con el presente
y futuro de los
pueblos.
Al mismo tiempo
pautará la salud con que “nacerá” el promocionado Fondo
Verde para el Clima,
pues los países donantes de los miles de millones de
dólares que se
necesitan para llevar adelante estrategias exitosas de
mitigación y
adaptación al cambio climático, así como de transferencia
efectiva de
tecnologías relevantes de países industrializados al resto.
Desde luego, uno de
los desafío a superar será cómo mejorar el sistema
de medición, reporte
y verificación de las reducciones de emisiones que
realice cada país.
Porque de lograrse le dará mayor transparencia y
confiabilidad a un
proceso de intercambio de información, que resulta
esencial para
implementar una estrategia inteligente en el combate de la
mayor amenaza del
siglo XXl: el cambio climático.
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