Grandes ciudades
latinoamericanas y cambio climático: una combinación peligrosa
El Mundo
Las ciudades de la región se han vuelto lugares expuestos a
una creciente lista de problemas y riesgos por la falta de planificación, según
BBC Mundo
El cambio climático se hizo sentir en Buenos Aires el pasado
2 de abril. Foto: Archivo
Vivir en una ciudad en pleno siglo XXI es algo que en varios
países en todo el mundo supone cierta garantía de confort y seguridad. Pero tal
vez muchos latinoamericanos deberían pensar mejor esa idea.
Las ciudades de América Latina se han vuelto lugares
expuestos a una creciente lista de problemas y riesgos por la falta de
planificación, su crecimiento caótico y el impacto del cambio climático,
advierten expertos.
El asunto suele saltar a la vista con emergencias como las
inundaciones en Argentina o deslaves en Brasil este año, pero los especialistas
dicen que casi todas las urbes de la región carecen de planes de expansión y
mitigación de desastres.
Estudios recientes señalan que esta situación, ademas de
afectar la seguridad y calidad de vida de los habitantes de esas ciudades, está
comenzando a perjudicar las economías de sus países.
"Un gran problema que tiene la región es sin dudas el
crecimiento demográfico y el alto grado de urbanización", sostuvo Horacio
Terraza, un especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Un siglo sin urbanismo
Con 82% de su población viviendo en ciudades, América Latina
es la segunda región más urbanizada del mundo, apenas detrás de Norteamérica.
Pero ese crecimiento de las ciudades latinoamericanas
ocurrió sin orden, ganándole espacios a áreas rurales, a veces en tierras
expuestas a inundaciones o deslizamientos convertidas en favelas o barrios
humildes.
"Latinoamérica hace 100 años que no hace urbanismo, que
no piensa sus ciudades a futuro ni las planifica", afirmó Terraza,
coordinador de la Iniciativa de ciudades emergentes y sostenibles del BID, en
diálogo con BBC Mundo.
Agregó que las áreas urbanas en la región crecieron con baja
densidad (poca gente viviendo en mayores superficies) lo que encareció la
provisión de servicios como agua, saneamiento o recolección de residuos.
A ese reto urbanístico y ambiental se sumó la falta de
identificación de áreas expuestas a riesgos por un aumento general de lluvias o
precipitaciones más intensas en períodos cortos, un fenómeno del cambio
climático que, por ejemplo, obligaría a cambiar drenajes.
"Muy pocos diseños de infraestructura hoy están
teniendo en cuenta cuáles son los problemas que trae el cambio climático",
observó Terraza y añadió que en la región también faltan planes de gestión de
riesgos.
Consecuencias
Los estragos urbanos causados por lluvias y tempestades
están lejos de ser una novedad en América Latina, pero se han reiterado pese a
la fuerte expansión económica que tuvo la región en los últimos años.
En Brasil, la mayor economía latinoamericana, al menos 24
personas murieron en marzo en la zona serrana de Río de Janeiro, sobre todo en
un suburbio de Petrópolis, por deslaves causados por fuertes lluvias que
duplicaron el promedio del mes.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reclamó más firmeza
contra la construcción de casas precarias.
En 2011 hubo en la misma región cerca de un millar de
muertos por deslaves y un año antes un temporal cobró más de 100 vidas, llegó a
inundar barrios de la ciudad de Río y dañó favelas.
Rafael Soares Gonçalves, un experto en estudios urbanos y
socio ambientales de la Pontificia Universidad Católica de Río (PUC-Rio), dijo
que en la ciudad siempre hubo inundaciones y derrumbes pero tal vez "la
manera de ocupar la ciudad esté empeorando la situación".
Sin embargo, advirtió que "se puede usar la cuestión
del riesgo para sacar mucha más gente (de sus barrios) de lo que sea
necesario", mientras la ocupación urbana al oeste de Río parece estar
repitiendo viejos errores.
En Argentina, un registro inusual de precipitaciones a comienzos
de abril causó inundaciones en las ciudades de Buenos Aires y La Plata, donde
al menos 57 personas murieron.
Pablo Romanazzi, experto en hidrología en la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP), atribuyó la tragedia al crecimiento descontrolado
de la ciudad.
"Acá no se tuvo en cuenta el desagüe, nunca se
planifica y se urbaniza irresponsablemente", declaró a radio Mitre.
"Estamos urbanizando las praderas de inundación natural
que tiene el arroyo y estas son las consecuencias".
De Buenos Aires a Bogotá
La falta de planes de ordenamiento territorial es un
problema común en las urbes de la región, sostuvo Andrés Cadena, que dirige un
estudio del Instituto Global McKinsey sobre ciudades sostenibles y desarrollo
económico en América Latina.
"No hay ninguna que lo haya pensado
estructuralmente", señaló Cadena a BBC Mundo.
Indicó que la ausencia de estrategias de mitigación de
riesgos se nota en casos como las inundaciones en la provincia de Buenos Aires
o en la ciudad colombiana de Barranquilla, que sufrió el problema el año
pasado.
Pero agregó que hay otros ejemplos de planificación e
infraestructura deficientes que impactan en la población, como el bajo nivel de
tratamiento de aguas en Bogotá, que plantea desafíos sanitarios.
¿Qué se puede hacer?
Un estudio de McKinsey concluyó en 2011 que los problemas en
infraestructura, transporte y servicios de las ciudades de la región se ha
vuelto inconveniente para la productividad.
Por ejemplo, señaló que la producción de grandes urbes como
Sao Paulo, Buenos Aires o Santiago creció de 1998 a 2008 menos que la media de
las economías de sus países, y anticipó que esta tendencia seguirá.
McKinsey calculó que sería necesaria una inversión de US$3
billones en 15 años para responder a las necesidades urbanas latinoamericanas
en vivienda, agua, saneamiento, gas y energía.
Las proyecciones indican que la población latinoamericana
activa seguirá en aumento hasta 2040, lo que plantea un desafío creciente a la
capacidad de respuesta de las urbes donde esa gente vivirá.
Por lo pronto, la estrategia de organismos como el BID es
apostar a un mejor desarrollo de ciudades emergentes, de entre 100 mil y dos
millones de habitantes, frente a la dificultad de enmendar errores ya
consumados.
"Ya no podés ir para atrás, levantar barrios
enteros", explicó Terraza. "Lo que sí podés mejorar es tratar de
pensar cuáles van a ser los impactos futuros, en qué van a variar, y proveer
infraestructura".
Tomado de la nación de ar
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