domingo, 21 de abril de 2013

INUNDACIONES EN LA PLATA se fue el agua, los políticos y quedo el desastre


Tres semanas después del temporal sigue la lucha para recuperar casas
Decenas de vecinos de La Plata siguen sin poder volver a sus hogares; aún se pueden ver autos abandonados en las calles, muebles y electrodomésticos arruinados tirados a la basura; cambian la regulación para el otorgamiento de créditos
Alicia y Marcelo Miño "¿Por qué tengo que estar sin casa y sin trabajo?". Foto: Ignacio Coló
LA PLATA.- Héctor Eguaras atraviesa las habitaciones de su casa en el barrio La Loma; intenta ordenar; busca qué limpiar. Pese a que ya pasaron casi tres semanas de la inundación todavía no sabe por dónde empezar. Cómo él, cientos de platenses no pueden, o no quieren, volver a sus viviendas. Son una parte incalculada de los 55.716 hogares que, según estimaciones del municipio, resultaron damnificados por la inundación. Muebles irreparables, paredes húmedas y cientos de recuerdos arrasados conforman el escenario de esta ciudad que busca recomponerse.
No hay cifras sobre cuántos no pudieron regresar a sus hogares, pero recorriendo los barrios es posible toparse con sus historias. En su mayoría no estuvieron en centros de evacuados y, eludiendo la estadística oficial, muchos se mudaron a la casa de familiares o amigos.
En las calles platenses todavía hay vehículos abandonados, cubiertos de polvo y de ramas. El gobierno provincial informó que se recolectaron más de 22.500 toneladas de basura, pero todavía se pueden ver en las veredas muebles, electrodomésticos y todo tipo de enseres.
Los hospitales y escuelas comienzan a normalizar sus actividades. Los comerciantes también sufrieron la fuerza del temporal. Muchos pudieron reabrir sus negocios y la cámara que los agrupa convocó a ayudar a los más perjudicados; unos 2000, según estimaciones de la comuna, para que denuncien su situación y así solicitar que se creen créditos blandos para el área.
Un cálculo preliminar realizado por la municipalidad estimó en 4000 millones las pérdidas patrimoniales. Ese trabajo indicó que hubo daños patrimoniales por un valor estimado en 78.000 pesos en cada una de las 58.582 propiedades que resultaron afectadas directamente. Sólo en ese concepto el monto total de pérdidas ronda los 2337 millones de pesos.
Débora cabrera: "¿Por qué a mí?", se lamenta tras la doble desgracia. Foto: LA NACION / Ignacio Coló
El Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro) es una de las entidades que habilitó una línea de crédito para los damnificados. En un principio se preveía financiar hasta 50 mil pesos, con una tasa fija anual del 9,9 por ciento a pagar mensualmente a lo largo de cuatro años. La cuota por pagar podía representar hasta un 25 por ciento del ingreso del solicitante. Sin embargo, a partir del miércoles último esas condiciones variaron a partir de una circular interna que emitió la entidad. Ahora, el Bapro fijó en el 9 por ciento el porcentaje máximo de afectación del sueldo de quien pide el crédito. Así, para obtener 50 mil pesos, es preciso acreditar ingresos por unos 15 mil pesos, cuando antes podía conseguirse aquella cifra con un sueldo de 6 mil pesos. La decisión será oficializada mañana.
El presidente de la entidad, Gustavo Marangoni, dijo a LA NACION que la medida busca "alcanzar a un universo mayor de afectados por la catástrofe". El directivo informó que hasta el viernes el banco atendió en La Plata a un promedio de 500 solicitantes diarios y otorgó créditos a cerca de 5000 beneficiarios por un total de $ 150 millones -a razón de unos $ 30 mil por carpeta- y la semana próxima se entregarán otros por $ 200 millones a damnificados cuyas solicitudes ya fueron aprobadas.
Marangoni confirmó, asimismo, que se detectaron ciertas irregularidades en los certificados otorgados por la comuna, por lo que se dispuso realizar una mayor fiscalización mediante un cruzamiento de datos entre ARBA y el municipio. "Tenemos que ser cautelosos porque se han presentado certificados truchos y en blanco", reveló el funcionario.
Pero el problema no es sólo económico, la reconstrucción implica para muchos vecinos fortalecer el espíritu. El temor de que otra lluvia similar está presente y no puede calcularse en dinero. Marta Defranza (55), vecina de Tolosa, está aterrada. Hace una semana cayeron algunas gotas en La Plata y ningún integrante de la casa pudo dormir. "¿Qué vas a poder reconstruir si viene otra lluvia y te lleva todo?", se pregunta repitiendo una inquietud generalizada en los barrios más afectados
 tomado de la nacion de ar 

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