Profundamente decepcionados.
Sintiendo haber participado de un diálogo de sordos.
En Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, quedó en
suspenso una ordenanza local, que establece una franja de mil metros sin
aplicación de agrotóxicos en torno a zonas pobladas. Por presiones de sectores
del agro, una resolución municipal difirió su vigencia por 150 días,
prometiendo generar un programa de reconversión agroecológica para esas
tierras, bajo la mirada de muchos otros municipios que atraviesan la misma
coyuntura: seguir priorizando producción sobre salud o ecualizar un espacio de
transición hacia la agroecología, cultivando junto a las ciudades productos
diferenciados y sanos.
Semanas, meses, años de reunir información, de buscar
pruebas y de argumentar hasta lo indecible acerca de los daños a la salud humana
que los agrotóxicos que más se usan en la Argentina están produciendo. Daños
que además se extienden en el tiempo generando riesgo a nosotros mismos en el
futuro, y a las generaciones venideras.
Habíamos soñado, creído y aspirado a que se separe al veneno
de la gente que vive frente al campo. Y nos sentimos, al leer el texto
propuesto[1], francamente decepcionados por la actitud
del gobierno municipal y profundamente preocupados:
Autorizan a fumigar a 25 metros de las escuelas donde pasan
horas
nuestros hijos. Eso es francamente risible.
nuestros hijos. Eso es francamente risible.
La distancia de 100 metros que se propone con uso exclusivo
de agrotóxicos clase IV, nos llena de espanto:
Sostenidos en las más certeras investigaciones y en el
principìo precautorio, hemos recordado una y otra vez que la norma nacional que
categoriza los agroquímicos por su toxicidad no es una ley, y ni siquiera el
reglamento de una ley. Es un manual anexo de una Resolución (la Nº 350/99)
aprobada por la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación,
que afirma que los productos clase IV son “inofensivos” la llamada DL50 (dosis
letal media aguda) que determina cuál es la cantidad de agroquímico que mata a
la mitad de una población de ratas cuando es expuesta por un tiempo
relativamente corto al producto investigado. Cuanto menos producto es necesario
para matar a la mitad de las ratas, se considera que el producto es más
peligroso. ¿habrá que esperar que mueran la mitad de los humanos, para
reaccionar?
Lo que no considera esta metodología es la toxicidad
subletal, la que no mata en un plazo corto, pero causa otros daños o mata más
adelante. O la toxicidad crónica, es decir, aquella que produce daños o muerte
por exposición repetida. Muchos agrotóxicos se bioacumulan y Usted y nosotros,
ya tenemos esas sustancias acumuladas en nuestro. ¿Hasta cuándo nuestro cuerpo
resistirá la acumulación y la mezcla de sustancias?
Además, la clasificación no analiza el cóctel que viene en
el bidón, sino solamente el producto principal. Y ya hay bibliotecas enteras sobre
la toxicidad de los surfactantes, coadyuvantes, estabilizantes….
Las dos Defensorías del Pueblo (Nacional y Provincial) han
pedido formalmente revisar las normas de clasificación.
Y todo ésto del Reino del Revés no ha sido ingenuo: ha sido
el modo a través del cual los fabricantes se aseguraron descomunales ventas.
Lo que empezó siendo la promesa de un programa de
agroecología terminó abrazando los mismos métodos que la contradicen. Una
práctica jamás será “buena” si se basa en falacias que están siendo
desenmascaradas y cuyos efectos estallan cada día en las manos de los médicos
de nuestro modesto sistema de salud de pueblo chico.
El Programa Temático Interdisciplinario en Bioética de la
Universidad Nacional de Mar del Plata sumó a los aportes un extenso documento
en el cual, “en consonancia con el principio de precaución recomienda
instrumentar y aplicar la ordenanza 18.740 priorizando la salud pública.”
La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en su Ordenanza
D01/11 respaldó además “los reclamos de los vecinos y de los diferentes
espacios ambientalistas, considerando necesaria la aplicación inmediata del
marco normativo que establece la Ordenanza Municipal 18740/08”.
¿Qué se les dirá a estas instituciones, si este proyecto se
convierte en ley? Qué se le dirá a los otros municipios que esperaban atentos
poder abrevar en una solución amigable con la salud, el ambiente y la
producción? ¿qué se les dirá a quienes sufren exposición crónica a los
agrotóxicos solo por vivir frente al campo?
BIOS Argentina
Contacto: (0223) 479-2474 (0223) 155019937
nota todo seguirá igual
mientras no pase el área de salud el control y calificación de agrotoxicos
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