Reclaman un plan nacional que integre a mascotas abandonadas
Desde hace siete meses, existe un Programa de Tenencia
Responsable que ya hizo 35 mil castraciones de perros. Pero no contempla a los
callejeros. En la Ciudad se sancionó una ley que crea centros de atención
gratuitos, y no se cumple.
Por:
Ramiro Barreiro
Una noche de 1879, un templo metodista de la calle
Corrientes fue el escenario utilizado por un grupo de hombres para fundar una
sociedad protectora de los animales que funcione en Buenos Aires. Necesitaban
que la Municipalidad atendiera los abusos a los que eran sometidos cientos de
caballos usados en los repartos. La iniciativa no prosperó pero el esfuerzo no
fue en vano: la cultura del proteccionismo se propagó con fuerza hasta nuestros
días.
Hoy, los caballos siguen pateando el adoquín y otras
especies vagabundean sin rumbo fijo. Los especialistas reconocen que no existe
una solución integral al problema y trabajan para detener el flujo de almas
errantes, amparados en el Programa Nacional de Tenencia Responsable y Sanidad
de Perros y Gatos. Mientras tanto, la ciudad espera que se implementen los
centros de atención veterinaria comunal y móvil, un proyecto que, en cuanto se
hizo ley, en noviembre de 2012, se convirtió en humo. El gobierno porteño
todavía no invirtió un peso.
Silvia Urich compiló la historia del proteccionismo de
animales en un libro llamado Los perritos bandidos, que se presentará en la
próxima Feria del Libro. La autora aborda el tema en clave institucional,
marcando como hitos principales las llamadas "ley Sarmiento" y
"ley Perón". El libro ubica al padre del aula como una de las figuras
que organizaron una de las primeras marchas a la Plaza de Mayo a favor de los
animales y como protagonista de una campaña que desterró las corridas de toros.
Pero también, como un amante de los animales que llegó a vivir con perros,
gatos, loros y hasta una chuña, una especie de ave zancuda que se paseaba por
las habitaciones de la vivienda de Cuyo 533, donde hoy funciona la Casa de la
Provincia de San Juan.
La extensa investigación de Urich también refiere a las
presiones corporativas que existieron a lo largo de la historia para que no se
instaure un organismo de corte oficial que agrupe la tarea proteccionista. Allí
cuenta la historia del doctor Aníbal Marilungo, veterinario y jefe del
antirrábico en la década del '90, cuando fue denunciado por varios de sus
colegas al punto de terminar declarando frente al Colegio de Veterinarios de la
Provincia de Buenos Aires. Estos profesionales lo amenazaron con quitarle la
licencia porque sus servicios "colisionaban con el ejercicio privado de la
profesión". ¿Qué hacía Marilungo? Cumplir con la Ordenanza 3569 que
facultaba al antirrábico a brindar atención veterinaria gratuita. La historia
terminó con un cartel colgado en la puerta del centro sanitario con la leyenda "Se
hacen sólo castraciones, no nos comprometa".
Los atropellos institucionales se repiten a lo largo del
capítulo y la propia Urich opina al respecto en este artículo (ver aparte). Lo
cierto es que al finalizar el siglo XX, muchas de las iniciativas impulsadas
por el Estado fracasaron y el proteccionismo de animales se redujo a la
imprescindible labor voluntaria de miles de personas en todo el país.
Para el doctor Enrique Romero, responsable del Programa
Nacional de Tenencia Responsable, ese paradigma es propio de otros tiempos.
"Algo de razón tiene Urich en lo que dice con respecto a otras épocas y a
algunos lugares enquistados en la actualidad, asumió el veterinario, pero
también es cierto que la mayoría de los veterinarios actuales sí tienen conciencia
social."
El profesional indicó que el programa que dirige "tiene
lobbys en algunos proteccionistas que sí tienen marcadas intenciones políticas
detrás del sello de una ONG". Además, recordó que la iniciativa lanzada
por el gobierno nacional en 2012 está dirigida a evitar enfermedades
infectocontagiosas, promueve la educación, castración gratuita y sanidad y
"detesta la eutanasia como método de control".
El programa tiene siete meses pero lleva 35 mil castraciones
caninas gratuitas, además de poseer dos centros veterinarios en la Villa 31 de
Retiro y en la Villa Hidalgo, en el partido de San Martín.
Romero reconoció a Tiempo Argentino que existe un debate
acerca del destino de los perros y gatos de la calle. "Hoy, la Argentina
tiene una solución a mediano plazo, no la hay a corto plazo y es una fantasía
pensar que hay una solución mágica de la noche a la mañana para un problema
cultural de desidia", expresó y recomendó a los dueños de mascotas la
utilización de un medicamento muy singular: "el CoCoBol, o sea, collar,
correa y bolsita". «
Tomado de tiempo argentino
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