Estrés climático mundial sin precedentes con récord de
temperaturas y muertes los últimos diez años
Según el estudio 'El estado del clima mundial 2001-2010. Un
decenio de fenómenos climáticos extremos', el
mundo sufrió en este periodo
desde olas de calor en Europa a sequías en Australia e inundaciones en Pakistán
El planeta sufrió extremos climáticos "sin
precedentes" durante la última década en la que excepto 2008, todos los
años estuvieron entre los diez años más cálidos de la historia, según un informe
de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que refleja que los extremos
están empeorando y las emisiones de gases de efecto invernadero están
aumentando.
Según el estudio 'El estado del clima mundial 2001-2010. Un
decenio de fenómenos climáticos extremos', el mundo sufrió en este periodo
desde olas de calor en Europa a sequías en Australia e inundaciones en
Pakistán, con una situación de fondo de calentamiento global.
Concretamente, expone que cada uno de los años de esta
década menos 2008 se situaron entre los diez más cálidos desde el récord de
1850 y, de ellos, 2010 fue el más caluroso, de acuerdo con el estudio de la
OMM, que añade que el número de días de récord de calor "se aleja de los
niveles bajos".
El documento señala que muchos de estos extremos podrían
explicarse por las variaciones naturales --tormentas anormales e inusuales y
sequías que han ocurrido a lo largo de la historia-- pero el incremento de las
emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, es decir, de
origen antrópico, también han jugado su papel.
El secretario general de la Organización Meteorológica
Mundial, Michel Jarraud, ha manifestado en un comunicado que el aumento de
concentraciones de calor a causa de las emisiones de gases de efecto
invernadero "están cambiando el clima" y que esto tiene implicaciones
de largo alcance en el medio ambiente y en los océanos, que están absorbiendo
el dióxido de carbono y el calor.
El estudio señala que los daños extremos incluyen el huracán
Katrina que afectó a Estados Unidos en 2005; el ciclón Nargis en Birmania en
2008; las inundaciones en Pakistán en 2010, las sequías en la cuenca del
Amazonas, Australia y el este de África así como el retroceso de hielo en el
Océano Ártico.
Además, los fenómenos extremos provocaron las muerte de
370.000 personas, un 20 por ciento más que en 1990, en un periodo en el que la
población aumentó de 5.300 millones de habitantes en 1990 a 6.900 millones en
2010. El incremento de la tasa de muerte fue provocado principalmente por la
ola de calor que vivió Europa en 2003, donde murieron 66.000 personas, y la ola
de calor de Rusia en 2010 que provocó la muerte a 55.000 personas.
Asimismo, el documento señala que el 44 por ciento de los
países batieron récord de temperaturas máxima más alta de los últimos 50 años
en la década 2001-2010, frente al 24 por ciento registrado en el decenio de
1991-2000. Sin embargo, solo el 11 por ciento informó de un nuevo récord de
temperatura mínima entre 2001 y 2010 frente al 32 por ciento que lo hicieron en
la década 1961-1970.
Jarraud ha añadido que esta década ha continuado un extenso
periodo de aceleración del calentamiento global, con una anomalía térmica
positiva de 0,21 grados centígrados más cálida que la media del periodo
1991-2000 que, a su vez, fue 0,14 grados centígrados más cálida que la década
anterior.
Según el estudio, este decenio fue el más caluroso en ambos
hemisferios y se ha producido una rápida disminución del hielo marino del
Ártico y una aceleración de la pérdida de la masa neta de las capas de hielo de
la Antártida y Groenlandia y de los glaciares del mundo. Como resultado de este
derretimiento generalizado y de la expansión termal del agua del mar, la media
mundial del nivel del mar aumentó unos 3 milímetros por año, aproximadamente el
doble de la tendencia que se había observado en el siglo XX, de 1,6 milímetros
al año. El nivel medio del mar a nivel mundial es en la actualidad 20
centímetros más elevado que en 1880.
Respecto a la concentración de gases de efecto invernadero,
el informe de la OMM constata un aumento y precisa que, a nivel mundial el
dióxido de carbono llegó a 389 partes por millón en 2010, es decir, un 39 por
ciento más que al inicio de la era preindustrial, en 1750. Mientras, el metano
llegó a 1.808,0 partes por mil millones (158%) y el óxido nitroso a 323,2
partes por mil millones (20%).
El secretario general de la OMM ha destacado que el informe
muestra que el calentamiento fue "significativo" entre 1971 y 2010 y
que la tasa decenal de aumento registrada entre 1991 y 2000 y entre 2001 y 2010
"no tenía precedentes".
"El aumento de las concentraciones de gases de efecto
invernadero que atrapan el calor están cambiando nuestro clima, lo que tiene
importantes repercusiones sobre nuestro medio ambiente y nuestros océanos, que
están absorbiendo tanto dióxido de carbono como calor", ha alertado.
Al mismo tiempo, Jarraud ha subrayado que el documento
refleja teniendo en cuenta la variabilidad natural del clima, causada en parte
por las interacciones entre la atmósfera y los océanos, como han puesto de
manifiesto los episodios de El Niño y La Niña, se traduce en que unos años son
más fríos que otros. "Si se examina con carácter anual se observará que la
curva de la temperatura mundial no es gradual. A largo plazo la tendencia subyacente
es claramente al alza, más aún en los últimos tiempos", ha apostillado.
El informe de 100 páginas incorpora los resultados de una
encuesta única dirigida a 139 Servicios Meteorológicos e Hidrológicos de
distintos países, y datos socioeconómicos de varios organismos y asociados de
la Organización de Naciones Unidas.
Por ello, el secretario general de la OMM ha manifestado que
los servicios climáticos son "más necesarios que nunca para hacer frente a
los cambios mundiales del clima, que se ven acentuados a escala regional y
nacional".
El informe analiza los distintos fenómenos extremos como
lluvias torrenciales, inundaciones, ciclones (511 entre 2001 y 2010), entre
otros fenómenos, así como las repercusiones en la mortalidad, epidemiología y
refleja que se están realizando nuevas investigaciones sobre la posibilidad de
atribuir fenómenos extremos individuales al cambio climático más que a la
vulnerabilidad natural.
Enviado en red foroba
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