La misteriosa planta nuclear
Que se construirá
en Formosa y tendrá una capacidad de 150 Megavatios es lo único que el Paraguay
sabe sobre la planta nuclear proyectada por el gobierno argentino. Sobre las
consecuencias o beneficios nadie sabe nada.
Activistas de
Greenpeace en la central nuclear Atucha I, Argentina. / greenpeace.org
Brasil y
Argentina son los únicos países de Sudamérica que cuentan con reactores
nucleares para abastecer de energía a sus diferentes regiones.
Brasil tiene
actualmente dos plantas nucleares: Angra I, con una producción de 657
MW inaugurada en 1985; y Angra II con una capacidad de 1.350 MW, habilitada en
el 2001.
Argentina cuenta
con tres
plantas nucleares: Atucha I ubicada a 100 kilómetros de Buenos Aires tiene
una capacidad de producir 357 MW; Atucha II está a poca distancia de la primera
y tiene una potencia de 692 MW; y Embalse con una capacidad de 600 MW se
encuentra a 100 kilómetros de Córdoba.
Desde el 2009
que la construcción de una planta nuclear en Formosa viene siendo un motivo de
duda y temor. En el 2010, fue el ministro de Planificación de la Argentina
Julio De Vido el que informó sobre el plan al entonces gobernador local Gildo Insfrán, y pocos meses después a
Paraguay, tras una reunión con el entonces presidente Fernando Lugo.
Con la sombra del
accidente de Chernobyl ocurrido en abril de 1986 en Ucrania, que durante un
simulacro causó la explosión de la planta y liberó todo tipo de material
radiactivo, 500 veces más que la bomba nuclear de Hiroshima, y con el reciente
desastre de Fukushima en Japón, tras un terremoto y tsunami, las dudas en torno
al proyecto fueron fortaleciendose aún más.
Accidente en
Argentina
Además de las
tres plantas nucleares, Argentina tiene seis
reactores utilizados en su mayoría para realizar investigaciones y la
capacitación de futuros técnicos nucleares.
En 1983 un error
humano causó un accidente en uno de los reactores del Centro Atómico
Constituyentes. Según los datos que se manejan un viernes 23 de setiembre de
1983 se tenía previsto hacer un experimento pero una falla humana causó una
inestabilidad en el reactor el cual terminó liberando material radiactivo afectando
a un técnico operador quien recibió toda la descarga radiactiva, y, en menor
proporción a otro grupo de empleados que estaba en una sala contigua.
La exposición a
una alta cantidad de material radiactivo, causó la muerte del técnico en tan
solo tres días y afectó a unas 17 personas las cuales recibieron atención
médica.
Ese mismo año el
reactor fue sacado de servicio y se informó del accidente a Comisión de Regulación Nuclear (Nuclear Regulatory
Commission) de Estados Unidos.
500 kilómetros a
la redonda
Mientras que
Japón aún no puede dormir con los dos ojos cerrados debido a la inestabilidad
de la planta nuclear Fukushima, la cual mantiene en vilo a la población
japonesa y al mundo, en junio pasado, el ministro argentino Julio De Vido
revivió en Rusia el proyecto de planta nuclear en Formosa e incluso
una quinta cuya locación no dio a conocer.
Este anuncio fue
visto con preocupación por las autoridades de Paraguay, ante el riesgo que existía de un
desastre nuclear tomando como ejemplo el caso de Japón. Debido a la falta de
información oficial por parte de la presidenta Cristina Kirchner, los
paraguayos comenzaron a mover el avispero tratando de conseguir una respuesta.
El argentino Raúl Montenegro, ambientalista y Premio Nobel Alternativo
2004 visitó el Paraguay el 17 de julio para brindar una conferencia sobre las
consecuencias que podría tener la construcción de una planta nuclear en
Formosa.
Durante su
exposición, en el edificio del Ministerio de Obras Públicas, explicó que una
planta en Formosa pondría en riesgo a la población ubicada en un radio de 500
kilómetros. Dentro de este radio figuran Formosa, Entre Ríos, Corrientes y la
propia capital del Paraguay, Asunción.
“Cuando se
produce un accidente nuclear como el de Chernobil o Fukushima la liberacón de
material radiactivo puede ser por aire y por agua. El área de impacto sería de
500 km alrededor del reactor. El área de impacto incide sobre Paraguay, la
provincia de Corrientes, de Entre Ríos, de Santa Fe”, señaló.
Agregó además que
el material radiactivo sería arrastrado por el Río Paraná llegando a varias
otras localidades.
Greenpeace
advierte
Los tres
reactores nucleares de Argentina ponen en riesgo la vida de 48 millones de argentinos distribuidas
en un radio de 300 kilómetros de en cada uno, según la organización
ambientalista Greenpeace.
El 9 de julio
pasado, La Nación publicó un llamado de atención a la organización
ambientalista por la poca transparencia de las normas referentes a la actividad
nuclear en Argentina que crea condiciones similares a las que causaron el
colapso de la central Fukushima en el 2011.
Exigieron que el
organismo encargado de regular la energía nuclear aplique mayor rigor al exigir
a la operadora Nucleoeléctrica Argentina la realización de estudios de impactos
y audiencias públicas sobre la actividad.
Mauro Fernández
vocero de Greenpeace señaló que otro cuestionamiento fue la decisión de
prolongar la vida útil del reactor nuclear Embalse sin un estudio previo de
impacto.
TOMADO DE ABC DE
PARAGUAY
ver tambien: http://evaluacionimpactosambientales.blogspot.com.ar/2010/08/energia-nuclear-formosa-el-fantasma-de.html
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