Más familias sin
hogar viven sobre ruedas en Los Ángeles
Crece el número de familias que viven en autos o casas
rodantes en Los Ángeles, y también los peligros que enfrentan
María Garibay muestra los daños a su casa rodante luego de
un ataque perpetrado por presuntos pandilleros.
Foto: La OpiniónCiro César
Por:
Virginia
Gaglianone / María Garibay vive con su esposo Ramón y sus tres perros en una
casa rodante. Cuatro meses atrás, sin saberlo, estacionó su "hogar"
en el barrio equivocado y fue víctima de un ataque que casi le cuesta la vida.
"Por mucho tiempo estuvimos parqueados en la
calle Paxton, al lado del Parque Ritchie Valens, de Pacoima, sin molestar a
nadie", recordó la oriunda de Michoacán. En abril de este año, un hombre
se acercó a su hogar y la atacó, golpeándole la cara y rompiendo todas las
ventanas de la casa rodante.
Garbay y su esposo forman parte de los Hidden Homeless
o 'Personas escondidas sin hogar', que no tienen vivienda, pero que, en lugar
de vivir en las calles a la intemperie, se refugian en vehículos, jardines o
garajes.
Jason Mandell, director de Asuntos Públicos de United Way,
Los Ángeles, explica que los Hidden Homeless forman parte de una población en
crecimiento en el condado de Los Ángeles, donde existen en la actualidad 18 mil
personas en esa condición.
"Su situación es tan traumática como la de aquellos que
viven en la calle. No tienen vivienda, ni recursos", indicó.
Pero además de eso, las personas que viven en casas rodantes
o en sus autos enfrentan una serie de peligros como el ataque que enfrentó
Garibay y su esposo.
"Primero se nos acercó un chamaquito como de 9 años
diciéndonos que este era su barrio, que ellos eran 'Pacas' y que nos iban a
correr. Al rato, volvió con un hombre de cómo 50 años, que fue quien me
atacó", recordó Garibay. Los "Pacas" son miembros de una
pandilla hispana de Pacoima.
El atacante, quien fue luego identificado como Juan Carlos
Estrada, tenía antecedentes criminales y dos arrestos previos.
"Yo lo ví agacharse, y creí que se le había caído algo,
pero al levantarse, el hombre sacó un machete que llevaba atrás y me
golpeó", contó. El agresor regresó más tarde con más hombres, portando un
cuchillo y un arma y persiguieron a su marido, tratando de atacarlo. Tres de
los cuatro agresores fueron detenidos.
"Hasta que nos atacaron, nunca había sentido miedo de
vivir en el trailito, pero ahora todo me asusta y el frío entra por las
ventanillas", dijo Garibay.
Dos años atrás, Garibay había sido declarada 92%
discapacitada, debido a serios daños cervicales y lumbares que hacen que
necesite un bastón para caminar. Debido a su precaria condición de salud,
Garibay no pudo defenderse del ataque.
La pareja aún no ha podido conseguir el dinero para reparar
su Dodge modelo 1977, al que llaman hogar.
"Si bien las personas que nos atacaron están en la
cárcel, nunca pagaron por las ventanas que rompieron", dijo Garibay, quien
ahora teme la llegada de la temporada de lluvias. "Siempre hay alguien que
nos quiere correr ", recordó.
Entre 2009 y 2011, aumentó un 66% el número de personas
viviendo en casas rodantes en los valles de San Fernando y Santa Clarita.
Aquellos en la misma situación de Garibay pueden llamar al
211 y pedir ayuda e información.
Fuente: Autoridad de Servicios para Personas sin Vivienda de
Los Ángeles.
TOMADO DE LA OPINIÓN DE CALIFORNIA EEUU
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