Factores como que
el plato calórico esté dentro de un menú saludable, e incluso el sobrepeso del
camarero, pueden influir negativamente al decidir qué comer
BELÉN ESCUDERO
(EFE) | MADRID
Hamburguesa. /
Jose Usoz
Una buena parte
de las personas que salen a comer o cenar fuera de casa escogen de los menús de
los restaurantes los platos que tienen más calorías, los que más engordan y los
menos saludables, y el por qué de esa elección lo da un estudio realizado por
el profesor Gavan Fitzsimons, de la Universidad Duke.
En una entrevista
con Efe, Fitzsimons, profesor de Marketing y Psicología de la Fuquea School of
Business de la Universidad Duke, de Estados Unidos, explica cómo la mera
presencia de un plato saludable en un menú nos impulsa y nos da vía libre para
pedir otras opciones con mayor contenido calórico.
A esta conclusión
llegó el equipo del experto en sus trabajos titulados: "Cuando la sola
presencia de una opción saludable conduce a una decisión no saludable" y
"¿Podría una camarera con sobrepeso hacerte comer más?. Cómo el tipo de
cuerpo de los demás es suficiente para alterar el consumo de los
alimentos." Fitzsimons mantiene que las decisiones de los consumidores no
se basan únicamente en sus propias intenciones, sino que son influenciadas por
factores externos. Por ello, incide en la importancia de que las personas que
comen fuera de casa conozcan cuáles son esos factores y así tomar conscientemente
una decisión sana.
Las
investigaciones realizadas por este especialista han determinado dos variables
que influyen en los ciudadanos para elegir los platos con más calorías de los
menús: la primera, que figure un plato saludable, y la segunda, que quien lo
sirva tenga sobrepeso. "Estos dos factores -asegura- afectan
inconscientemente a nuestra psique cuando tenemos que elegir entre una
hamburguesa y un sandwich vegetal o entre patatas fritas y una ensalada".
Dos menús como
experimento
El primero de
esos factores fue analizado por Fitzsimons en una investigación en la que
participaron hasta 183 estudiantes, que se sometieron a varios experimentos.
Uno de ellos era sobre dos menús: en el primero, menos saludable, se incluía
hamburguesa con queso y beicon, sandwich de pollo frito y sandwich de pescado;
en el segundo estaba también la opción de hamburguesa con queso y beicon,
además de sandwich de pollo y sandwich vegetal.
El 37% de las
personas que participó en el estudio se decantó por la hamburguesa con queso y
beicon del menú saludable, mientras que sólo el 17% decidió pedir ese mismo
plato, cuando aparecía en el menú no saludable. La conclusión es clara: ese 37%
sintió que su objetivo de comer sano se cumplía sólo por el hecho de que su
hamburguesa apareciera en un menú en el que había opciones más saludables. El
sandwich vegetal y de pollo les dio licencia para caer en la tentación.
Es un fenómeno
que el experto denomina "cumplimiento indirecto del objetivo: debido a la
presencia de la opción saludable en el menú ya se obtiene el objetivo de
'alimentación saludable', incluso aunque la elección final no haya sido la más
saludable del menú". En una segunda investigación, el autor estudió cómo
el físico de las personas que sirven en un restaurante o que están alrededor
puede afectar a nuestra decisión a la hora de pedir.
Falsas
apariencias
Los resultados
constataron que las camareras con sobrepeso hacían que las mujeres que estaban
a dieta comieran más, mientras que las que no lo estaban tendían a comer más cuando
la persona que les servía era delgada. "Creemos que la razón subyacente
tiene que ver con la identificación personal con la forma física del
camarero", dice el profesor, que realizó un estudio de seguimiento a los
381 estudiantes que participaron en este experimento, en el que se apreció que
aquellos que hacían dieta se identificaban con la camarera con sobrepeso y los
que no con la camarera delgada.
Además, una
muestra más concreta sobre mujeres que hacían dieta, corroboró que la mayoría
de ellas, el 59% decidió elegir la opción que le recomendó la camarera con
sobrepeso. El 36% siguió las que le hacía otra profesional más delgada.
Por tanto, según
Fitzsimons, la peor situación que se puede dar para una persona que esté
haciendo dieta es que sea atendida por otra con sobrepeso y que le recomiende
un plato altamente calórico dentro de un menú que apenas tiene platos de este
tipo. De esta forma hará creer al comensal que está ante un menú apropiado para
conservar su salud.
Tomado de correo
de país vasco
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