sábado, 3 de agosto de 2013

POBREZA Y TURISMO

La pobreza y el turismo
Gerardo García - En efecto, la principal tarea. Amén de la obligación de brindar seguridad, el Estado Mexicano, debe tener como prioridad combatir la pobreza; disminuir la desigualdad económica que en países como México, separa tanto a tantos. Hacer que cada día más ciudadanos tengan las condiciones económicas no sólo para sobrevivir, sino para desarrollarse. Esa, la responsabilidad.
Esta semana se liberaron los índices de pobreza que mide el Coneval a diciembre del dos mil doce. Datos que reflejan que para las autoridades mexicanas la tarea sigue siendo compleja; si bien se reporta que el número de mexicanos en pobreza extrema ha disminuido, no así sucede con aquellos otros que han engrosado las filas en otros indicadores, como el de la pobreza alimentaria. El Informe 2012 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social refleja que entre 2010 y 2012 aumentó el número de personas pobres en México, aunque el porcentaje sobre la población total disminuyó levemente. Cincuenta y tres millones de un total de ciento diecisiete se encuentra en condición de pobreza, quinientos mil más que en el año 2010; sin embargo, la población en pobreza extrema disminuyó de trece a once y medio millones.
Quintana Roo es una de las entidades que mejores resultados reportan. Sin dejar de considerar que hay ciudadanos en condiciones de pobreza extrema, principalmente en los municipios rurales, el número ha venido disminuyendo en las regiones urbanas y, principalmente, en las zonas turísticas. El 24.6 por ciento de la población está en el renglón de No Pobre y No Vulnerable, contra el 8.4 por ciento en pobreza extrema. Un porcentaje que debe desaparecer y la tendencia debe ir en ese sentido. Los datos, sin embargo, simplemente reflejan que a la pobreza, se le combate no con programas asistencialistas, sino con oportunidades económicas. Que el número de pobres se reduce en la medida que funcione un motor económico que ayude a resolver las necesidades de los ciudadanos. Verdad de perogrullo que, sin embargo, no siempre ha sido considerada en realidad.
Un estudio realizado por un equipo dirigido por Francisco Madrid, el director de la escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac, revelaba que en México, aquellos municipios en los que la actividad turística es el principal motor económico, incluso aquellos que es una actividad complementaria, reportan mejores indicadores sociales que otros. Que las condiciones económicas que genera una actividad altamente generadora de empleo y derrama, sí representan la posibilidad de una mejora en la situación de vida de los ciudadanos. Inversión pública en infraestructura turística que, sumada a la privada, genera motores de desarrollo como el que ha conseguido que la región sureste de México –porque eso consiguió la creación de Cancún y Riviera Maya- no sea la más pobre del país. Eso lo ha posibilitado el turismo.
Combatir la pobreza no debe ser un asunto de solidaridad o subsidiaridad. Hacerlo a través del impulso a motores de la economía –en este caso el turismo- resultará más exitoso. Los ejemplos ahí están. En un mes habrá de comenzar en el Congreso el periodo de sesiones en el que se revisará el presupuesto público federal; en todo el sexenio pasado, el proyecto que enviaba el Poder Ejecutivo le recortaba recursos al gabinete turístico y en la Cámara de Diputados se rechazaba y se le asignaba más. Así sucedió por años. Lo que envíe la administración del presidente Enrique Peña Nieto, habrá de determinar si en verdad, como lo han declarado varios de sus funcionarios, consideran al turismo como una herramienta para erradicar la pobreza.

Tomado de el periodico de Quintana Roo México -

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