La pobreza y
el turismo
Gerardo García - En efecto, la
principal tarea. Amén de la obligación de brindar seguridad, el Estado
Mexicano, debe tener como prioridad combatir la pobreza; disminuir la
desigualdad económica que en países como México, separa tanto a tantos. Hacer
que cada día más ciudadanos tengan las condiciones económicas no sólo para
sobrevivir, sino para desarrollarse. Esa, la responsabilidad.
Esta semana se
liberaron los índices de pobreza que mide el Coneval a diciembre del dos mil
doce. Datos que reflejan que para las autoridades mexicanas la tarea sigue
siendo compleja; si bien se reporta que el número de mexicanos en pobreza
extrema ha disminuido, no así sucede con aquellos otros que han engrosado las
filas en otros indicadores, como el de la pobreza alimentaria. El Informe 2012
del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social refleja que entre 2010
y 2012 aumentó el número de personas pobres en México, aunque el porcentaje
sobre la población total disminuyó levemente. Cincuenta y tres millones de un
total de ciento diecisiete se encuentra en condición de pobreza,
quinientos mil más que en el año 2010; sin embargo, la población en pobreza
extrema disminuyó de trece a once y medio millones.
Quintana Roo es
una de las entidades que mejores resultados reportan. Sin dejar de considerar
que hay ciudadanos en condiciones de pobreza extrema, principalmente en los
municipios rurales, el número ha venido disminuyendo en las regiones urbanas y,
principalmente, en las zonas turísticas. El 24.6 por ciento de la población
está en el renglón de No Pobre y No Vulnerable, contra el 8.4 por ciento
en pobreza extrema. Un porcentaje que debe desaparecer y la tendencia debe ir
en ese sentido. Los datos, sin embargo, simplemente reflejan que a la pobreza,
se le combate no con programas asistencialistas, sino con oportunidades
económicas. Que el número de pobres se reduce en la medida que funcione un
motor económico que ayude a resolver las necesidades de los ciudadanos. Verdad
de perogrullo que, sin embargo, no siempre ha sido considerada en realidad.
Un estudio
realizado por un equipo dirigido por Francisco Madrid, el director de la
escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac, revelaba que en México, aquellos municipios
en los que la actividad turística es el principal motor económico, incluso
aquellos que es una actividad complementaria, reportan mejores indicadores
sociales que otros. Que las condiciones económicas que genera una actividad
altamente generadora de empleo y derrama, sí representan la posibilidad de una
mejora en la situación de vida de los ciudadanos. Inversión pública en
infraestructura turística que, sumada a la privada, genera motores de
desarrollo como el que ha conseguido que la región sureste de México –porque
eso consiguió la creación de Cancún y Riviera Maya- no sea la más pobre del
país. Eso lo ha posibilitado el turismo.
Combatir la
pobreza no debe ser un asunto de solidaridad o subsidiaridad. Hacerlo a través
del impulso a motores de la economía –en este caso el turismo- resultará más
exitoso. Los ejemplos ahí están. En un mes habrá de comenzar en el Congreso el
periodo de sesiones en el que se revisará el presupuesto público federal; en
todo el sexenio pasado, el proyecto que enviaba el Poder Ejecutivo le recortaba
recursos al gabinete turístico y en la Cámara de Diputados se rechazaba y se le
asignaba más. Así sucedió por años. Lo que envíe la administración del
presidente Enrique Peña Nieto, habrá de determinar si en verdad, como lo han
declarado varios de sus funcionarios, consideran al turismo como una
herramienta para erradicar la pobreza.
Tomado de el periodico de Quintana Roo México -
No hay comentarios:
Publicar un comentario