Una “Nobel” de Ecología en la sierra mexicana
Martha Ruíz Corso, ganadora del premio Campeones de la
Tierra 2013, es ejemplo para los jóvenes que siguen su trayecto para conservar
la Reserva de la Biósfera
“Pati” (derecha) como la llaman los campesinos de la sierra
de Queretana se ha convertido en una de las mujeres más aclamadas del país.
Foto: Gardenia Mendoza/La Opinión
MÉXICO - Cada vez que Martha Ruíz Corso quiere que la
escuchen se pone a cantar. Su voz se impone potente en un auditorio que es a la
vez fan y sostén para conservar la Reserva de la Biósfera que rescató
con 26 años de trabajo, algunos tragos amargos y muchos dulces como el premio Campeones
de la Tierra 2013 que recibió hace poco.
“Pati” como la llaman los campesinos de la sierra de
Queretana es quizá ahora una de las mujeres más aclamadas del país después
de ganar el símil del Nobel en la Ecología que entrega cada año la Organización
de las Naciones Unidas por el trabajo positivo hacia el medio ambiente.
Cientos de jóvenes se reunieron en días pasados en el Centro
de Congresos de Querétaro para seguirla como si fuera una “rock star” para
pedirle autógrafos, sacarse fotos a su lado, pedir consejos y oir de su
garganta la voz entrenada como maestra de música que fue hasta los 30 años.
“Alguien se tiene que hacer responsable de la Tierra”, dijo
a los muchachos de 25 años . “Y nosotros sus padres no les vamos a dejar toda
la responsabilidad”.
Lo pensó igual cuando abandonó esta ciudad que la vio crecer
para internarse en el bosque de jilgueros, luciérnagas y jaguares donde nació
su marido, en medio de la Sierra Gorda que abarca dos terceras partes
del estado (38,000 hectáreas).
Encontró ahí la maravilla de la naturaleza y los horrores
del hombre desinformado que tala los bosques para sobrevivir a su pobreza antes de
tomar la decisión de emigrar. El municipio de Jalpan -donde opera su
oficina- es una de las zonas de mayor expulsión de mano de obra hacia Estados
Unidos.
“Comencé ahí a trabajar con l8,000 niños”, cuenta. “Los más
pequeños siempre están ‘de pechito’ para aprender y por eso cada mes durante
más de dos décadas vuelvo a 170 escuelas para enseñarles con videos,
papelería, canciones y todo lo que está a mi alcance, cómo reforestar,
limpiar, cuidar esta joya verde”.
-Y para que me entiendan mejor saco el acordeón- rie y
canta.
Ella sabe que con los adultos también funciona el método
musical casi tanto como las retribuciones económicas que les deja la
conservación de los bosques a 638 comunidades de alta marginación: unos $3.5 millones
gracias a la perseverancia de Ruíz Corso.
La idea de “Pati” para que los dueños de las tierras en la
Sierra Gorda reciban un “pago justo” por mantener en pie a los pulmones del
corazón de México se inspira en los principios del Protocolo de Kioto que
plantea a los países industrializados pagar a los desarrollados por cuidar
la flora que genera las emisiones de dióxido de carbono.
No logró apoyo ahí por la falta de documentos de propiedad
de la tierra de los campesinos mexicanos, pero sí trasladó la idea al gobierno
local, que finalmente aceptó esta realidad, a la par que otras instituciones
internacionales.
Así los campesinos se quedaron gustosos en sus pueblos
verdes, cuidando los suelos, pastoreando con responsabilidad el ganado que les
da de comer tanto por la protección como por la creación de biocombustibles, la
siembra de orgánicos, los bonos de carbono. Así han rescatado 14 ecosistemas.
¿Qué sigue, maestra?, le pregunta uno de los chicos que la
siguió al final de la conferencia.
“Que se levante una ola en todo el país, que todos
entendamos que a los dueños de los bosques se les tiene que pagar por el
usufructo de la humanidad”, contestó. Tomado de la opinión de california eeuu
No hay comentarios:
Publicar un comentario