Mejores empleos
para los pobres: rompiendo el ciclo de “amigos y familia”
Posteado por
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el 25-10-2013
Si usted es pobre
en América Latina y el Caribe, por favor, no busque contactos o recomendaciones
para encontrar un trabajo exclusivamente entre sus amigos y familiares! Como
explicamos en un post anterior, un trabajador pobre que busca empleo entre sus
propios contactos (también con escasos recursos), sólo van a encontrar, por lo
general, trabajos malos e informales. Un “círculo vicioso” que mantiene a la
población más pobre atrapada en un abanico de empleos de baja calidad.
Al buscar entre
familiares y amigos, solo encontrarán trabajos malos e informales. / Gentileza,
BID
Por Jacqueline
Mazza
Esto subraya lo
importante que es ofrecer a esa población más vulnerable métodos más “formales”
de búsqueda de empleo si realmente queremos mejorar sus posibilidades de
encontrar un empleo de calidad. Los métodos formales se centran básicamente en
los servicios explícitos –servicios de empleo o los llamados servicios de
intermediación. Lugares a los que puedes ir presencialmente, llamar o acceder a
ellos a través de internet. Las prestaciones básicas de estos servicios
incluyen un sistema de búsqueda de trabajo (una bolsa de trabajo, que case las
ofertas de empleo con los buscadores) y un sistema de apoyo a la búsqueda de
empleo (por ejemplo, orientaciones sobre la forma de vestir, cómo preparar la
entrevista, cómo presentar sus capacidades y habilidades, etc.)
Pero en el Banco
Interamericano de Desarrollo estamos comprobando que los servicios de empleo públicos
y privados de América Latina y el Caribe han innovado en aspectos muy
importantes –y frecuentemente, de manera coordinada. Los Servicios de Empleo
están ampliando la gama y el tipo de servicios que ofrecen (información sobre
el mercado de trabajo, capacitación, servicios sociales, desarrollo
profesional, migración, etc.) y están trabajando más de cerca con los
empleadores (véase Mazza, 2013, los casos de México, Brasil, Honduras,
entre otros). Las viejas oficinas trasnochadas se están modernizando para
ofrecer servicios informatizados y una mejor información sobre la situación del
mercado laboral. Se están transformando en “mediadores” que integran programas
–a menudo muy dispares– de formación, asistencia social y otros servicios. Y
por tanto están adoptando un aspecto distinto a lo que vemos en los países
desarrollados.
La primera fase
de esta evolución es que los países han “rediseñado” sus servicios públicos de
empleo con un planteamiento más moderno, creando nuevas relaciones con
empleadores (por ejemplo, en República
Dominicana o en Honduras). Pero muchos países de la región ya se encuentran
en una segunda fase, con la que mejoran drásticamente la cobertura, la
eficiencia y los servicios ofrecidos (por ejemplo, en México
y Chile). Y ahora ya estamos entreviendo una fase futura, lo que podríamos
llamar una tercera fase de desarrollo en la intermediación laboral, que conecta
a los trabajadores con una red “público-privada ” de intermediarios de empleo y
con programas de desarrollo de capital humano (educación, formación y
desarrollo profesional).
En los próximos
artículos iremos explicando con más detalle qué están haciendo los servicios de
Latinoamérica y el Caribe para avanzar en las diferentes fases y las
oportunidades reales que esto supone para romper el ciclo de “amigos y
familiares”.
Esta columna fue publicada originalmente en el blog Factor Trabajo
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). @factortrabajo tomado de abc de
Paraguay
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