La cárcel rusa os
espera
La 'jaula' de Greenpeace llega a Euskadi. Cualquiera puede
encerrarse para apoyar a los activistas detenidos en Rusia por
"vandalismo". A las Pussy Riot les 'cayeron' dos años por lo mismo ISABEL
IBÁÑEZ |
lo que pasará. A veces siento miedo, pero luego me digo que
no hay nada que pueda hacer desde aquí y que no tiene sentido preocuparse. Pero
es duro. Mi futuro no puede ser pudrirme en una cárcel de Murnmask. O eso
espero". Son las palabras de la joven activista británica Alexandra
Harris, de 27 años, una de las 30 personas que viajaban el 18 de septiembre en
el barco 'Arctic Sunrise' de Greenpeace por aguas internacionales para
denunciar los planes de la petrolífera Gazprom en el Ártico (los vascos
pudieron conocer bien ese buque porque hace no mucho, en mayo, estuvo atracado
en Bilbao junto al Museo Marítimo y recibió a cientos de visitantes). Ese día,
efectivos de las fuerzas armadas rusas interceptaron la nave y detuvieron a los
28 activistas, además de un cámara y un fotógrafo independientes que viajaban
con ellos, en la creencia de que iban a asaltar la plataforma Prirazlomnaya.
Han pasado 43 días desde entonces, 43 días encerrados en régimen de prisión
preventiva en Murmansk, acusados primero de piratería y ahora de vandalismo.
Este es un resumen en vídeo de cómo sucedieron las cosas.
La organización ecologista lleva todo este tiempo luchando
por su liberación. Ha recogido más de millón y medio de firmas en todo el mundo
exigiendo al Gobierno ruso que excarcele a su gente, pero todo ha sido en vano.
El 24 de noviembre es el plazo fijado para terminar la investigación; entonces
podrían salir a la espera de juicio, o podrían seguir dentro si se decide
alargar este proceso para recabar más pruebas. Pueden caerles hasta siete años
y no es broma. En principio, la gravedad de la acusación se ha rebajado, al
pasar de un delito como la piratería (hasta 15 años) a otro como el vandalismo,
pero esto es casi una trampa, porque es mucho más fácil que les declaren
culpables de lo segundo que de lo primero. Hay un ejemplo muy claro, las Pussy
Riot. Tres representantes del colectivo ruso feminista de punk-rock fueron
detenidas en febrero del año pasado durante un concierto improvisado y sin
autorización en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, donde durante un
minuto, hasta que llegó la Policía, cantaron un tema en el que pedían a la
Virgen María que "echara a Putin". Fueron arrestadas y acusadas de
vandalismo. El juez sentenció que habían "socavado el orden social"
al mostrar una "absoluta falta de respeto" a los creyentes. Y dio
igual la huelga de hambre que iniciaron y el hecho de que la propia Iglesia
ortodoxa rusa pidiera 'clemencia' para ellas. Les cayeron dos años y hoy siguen
entre rejas. Por eso la situación de los 30 de Greenpeace es tan delicada. Aquí
están sus caras y sus biografías.
Y por eso la ONG ecologista ha iniciado una campaña
protagonizada por una celda que ofrece la posibilidad de sentir en propia carne
algo parecido a lo que están viviendo estos 30 activistas. Comenzaron en
Madrid, con una jornada que atrajo a un buen número de famosos y hasta un
centenar de personas 'anónimas' que se dejaron encerrar durante unos minutos
como forma de protesta por todo este despropósito. Habla el suizo Marco Weber,
uno de los encarcelados: "No tengo, libros, periódicos, televisión o
alguien con quien hablar. En mi caminata diaria también estoy solo. El 'patio
para hacer ejercicios' mide 4x5 metros y está rodeado por paredes de cemento y
rejas. Encima de estas paredes, un techo impide que entre la luz del sol. La
única vez que puedo ver el cielo es a través de la ventana de mi celda, que
está ubicada en la pared norte del edificio. Esto significa que nunca veo el
sol. Los días son largos...". Greenpeace explica así la causa que ha llevado a su gente a
sufrir esta persecución: "Las petroleras aprovechan el deshielo para
extraer más del mismo combustible que está causándolo, poniendo en riesgo el
delicado ecosistema ártico y todos los que de él dependen. Treinta hombres y
mujeres, algunos jóvenes, otros no tanto, todos con un fuerte sentimiento ético,
tomaron la iniciativa de hacer algo para intentar evitar el problema. Como en
ocasiones pasadas, la determinación y el coraje de dejar un mundo mejor a
nuestros hijos requiere un sacrificio personal, un sacrificio que los Arctic 30
están haciendo". Si hay vascos dispuestos a apoyarles y a protestar por su
situación, podrán hacerlo este viernes, mañana, en Bilbao (en el Arenal, entre
las 10 y las 21 horas) y el sábado en Donostia (el lugar aún está por
determinar). Sólo hay que apuntarse aquí. Tampoco el hecho de ser periodista ha librado de la cárcel a
Denis Sinyakov, fotógrafo 'freelance' ruso de 36 años. Así se defendió en la
vista preliminar en Murmansk: "La actividad criminal de la que se me acusa
se llama periodismo. Seguiré ejerciéndolo. Greenpeace es una organización con
40 años de historia y es bien conocida por sus acciones. Yo no trabajo para
ellos. Yo soy periodista. Pueden ver mis fotos en los medios de comunicación
rusos y de todo el mundo. Todo mi equipo ha sido confiscado. Mi única arma es mi
cámara". No ha valido de nada.
La cárcel rusa os espera
El capitán del
'Arctic Sunrise', Peter Willcox.
.Se da la circunstancia de que el capitán del 'Arctic
Sunrise' es Peter Willcox, un estadounidense de 60 años y padre de dos hijos
unido a Greenpeace desde hace tres décadas. Era precisamente él quien gobernaba
el 'Rainbow Warrior I', el original, sí, cuando en 1985 fue bombardeado en
Nueva Zelanda por los servicios secretos franceses, que intentaban impedir la
protesta contra las pruebas nucleares que Francia realizaba en el atolón de
Mururoa. Aquel ataque en el que falleció ahogado el activista Fernando Pereira
quedó reflejado en una película para televisión -'The Sinking of the ‘Rainbow
Warrior' (1992)- donde John Voight interpretaba al capitán Willcox que hoy
vuelve a ser noticia. Este es un fragmento de la carta que le escribe el que
fuera director de Greenpeace en España durante diez años y hoy cabeza visible
de Equo, Juantxo López de Uralde, en su blog.
"Tuve la suerte de navegar contigo en las frías costas
del archipiélago de Svalbard en octubre de 2009, poco antes de la Cumbre de
Copenhague. Nunca olvidaré esa campaña, ni aquellos acantilados cubiertos por
el hielo, ni la pared del frente del glaciar en el que nos quedamos varados
durante unas horas. Recuerdo aquellos ratos de conversación en el puente del
'Arctic Sunrise', comentando lo que podríamos esperar de aquella Cumbre. Al
final no salió bien, Pete, y los contaminadores siguen a sus anchas. Tal vez la
próxima. Ahora veo tu cara en las fotos que han circulado por ahí, en las que
estáis entre rejas, como si fuerais peligrosos delincuentes. Te veo preocupado,
agobiado por una situación que está completamente fuera de vuestro control.
Quería decirte, aunque sé que no te llegará, que hay mucha gente con vosotros;
que os apoyamos y admiramos vuestra acción, y que nos produce una indignación
profunda veros enjaulados (...) Te han cambiado la libertad del mar que tanto
amas, por las cuatro paredes de una oscura celda. Ahí no llega el viento, ni se
escucha el resoplar de las belugas. Qué enfermo debe estar el mundo, que
permite que encarcelen a gente como vosotros. Pero que no te quepa duda de que
vamos a sacarte, sacaros, de ahí. Os queremos fuera".
Un vídeo de por dónde pueden ir las cosas en los dos actos
de protesta en Euskadi. Son imágenes de Madrid, donde junto a los ‘anónimos’ se
encerraron varios famosos.
Tomado de el correo de país vasco , ver videos en: http://www.elcorreo.com/vizcaya/20131031/mas-actualidad/sociedad/carcel-rusa-espera-201310301646.html
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