jueves, 3 de septiembre de 2015

HACIENDOLE FRENTE AL CAMBIO CLIMATICO

Haciéndole frente al cambio climático desde la justicia y la interseccionalidad
Apuntes para una sociedad civil organizada frente a la crisis climática
Cuando hablamos de cambio climático y de las acciones que debemos tomar para hacerle frente, solemos basarnos en dos conceptos o ejes de acción: mitigación de las emisiones de efecto invernadero y adaptación a los efectos de aquellas emisiones que no hemos podido mitigar. En el contexto de las negociaciones climáticas (COP), es fácil como sociedad civil organizada enfocarnos en abordar el cambio climático desde el mundo de la "mitigación y adaptación" y sus aspectos más técnicos: memorizando acrónimos, siglas y cifras, hablando de soluciones que permitan reducir gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente o concentraciones por partes de millón, y muchas veces, priorizando la búsqueda de soluciones globales, arreglos tecnológicos y similares.  Manejar este lenguaje técnico nos permite entender, comunicar, incidir y generar propuestas de acción en el marco de las políticas nacionales e internacionales. En medio de todo esto, sin embargo, es crucial reconocer que cada propuesta técnica, cada mecanismo de mitigación, cada medida de adaptación tiene un impacto. Revela una postura. En un mundo y sistema marcado por relaciones de poder históricas, necesariamente beneficia a unxs y no a otrxs. Es necesario reconocer, explicitar y cuestionar esto introduciendo nuestros propios términos a la conversación: un lenguaje de posturas políticas claras, entendiendo la política como la vida - el ámbito de las relaciones de poder y la justicia. Así como el mundo de la mitigación y adaptación no es neutral, nuestros enfoques tampoco lo son. Las posiciones que tomamos como sociedad civil organizada tienen un contexto y un trasfondo histórico -y personas que se esforzaron y esfuerzan por construirlas. Desde TierrActiva Perú, publicamos este primer artículo a modo de introducción general y reconocimiento a dos conceptos claves dentro de nuestra postura política: la Justicia Climática y la Interseccionalidad.¿Qué es la Interseccionalidad? La interseccionalidad se centra en cómo las categorías sociales como el género, la raza, la clase socio-económica, las habilidades diferentes, la orientación sexual, la religión, y otros ejes de identidad interactúan en múltiples niveles, contribuyendo a la discriminación, exclusión, desigualdad social e injusticia sistémica. Asumir un enfoque de interseccionalidad busca visibilizar y abordar los diferentes privilegios y opresiones que tod@s tenemos, para construir un movimiento activista más justo, inclusivo y coherente. Como concepto, fue acuñado por Kimberlé Crenshaw en 1989, en el contexto de las luchas afro-feministas en EEUU.
¿Cuál es la relación entre la Interseccionalidad y la Justicia Climática?
En los últimos años, organizaciones de justicia climática en diversas regiones del mundo han empezado a asumir un enfoque explícito de interseccionalidad, con diferentes retos y resultados. A continuación, un fragmento que describe algunas de las razones por las cuales la interseccionalidad es relevante para dichos movimientos:

PRIMERO, UNA CITA DE LA GENIAL AUDRE LORDE “En el movimiento por la justicia climática, un análisis de interseccionalidad ayuda a explicar por qué no podemos simplemente luchar por una versión más verde y más limpia del sistema actual mediante la reducción de emisiones, frenando la deforestación y transicionando a energías renovables. El colapso de nuestros ecosistemas y desastres como huracanes y derrames de petróleo siempre han afectado a algunas personas más que a otras. Usualmente, también son esas mismas comunidades que tienen un menor acceso a recursos –como vivienda segura– que les podría ayudar a sobrevivir la devastación económica que viene con el colapso ecológico. (…) Debemos recordar: la interseccionalidad no es sólo estructural. También es personal. La mayoría de nosotr@s cargamos con capas superpuestas de privilegio y opresión. Como mujer migrante de color de una familia de clase trabajadora, puedo entender lo que es estar al frente de múltiples opresiones, pero también tengo el privilegio del acceso económico y social que mi educación universitaria, mi raza mestiza y parte de la transición de mi familia hacia la clase media me dan. Ignorar estas diferencias reales finalmente permite que opresiones históricas se sigan dando; minimizando, erradicando y silenciando a ciertas voces. A una escala mayor, debemos brindar recursos y acceso a aquellos que no los tienen, en maneras que no sean superficiales. L@s activistas tenemos que dejar de hablar de “empoderar” a las personas en los márgenes, como si no tuvieran ya su propio poder. Se trata de alejarse de los reflectores para dar espacio a otras personas, y de valorar el hecho de que el poder ya existe en comunidades marginalizadas. También se trata de entender nuestras propias identidades, de ver cómo nos beneficiamos del sistema y cómo no – y asumir responsabilidad por nuestras capas de privilegio en cómo nos movemos por el mundo. Se trata de que las organizaciones establecidas sean concientes de las desigualdades que perpetúan, especialmente en términos del acceso a recursos y al mercado laboral en el complejo sin fines de lucro. Mediante todo esto, debemos comprometernos a trabajar con cuidado a pesar de la urgencia de nuestras crisis, y de mantenernos responsables cuando surjan dinámicas destructivas.” –Henia Belalia (Traducción propia) enviado en red foroba 

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