Haciéndole frente al cambio climático desde la justicia y la
interseccionalidad
Apuntes para una sociedad civil organizada frente a la
crisis climática
Cuando hablamos de cambio climático y de las acciones que
debemos tomar para hacerle frente, solemos basarnos en dos conceptos o ejes de
acción: mitigación de las emisiones de efecto invernadero y adaptación a los
efectos de aquellas emisiones que no hemos podido mitigar. En el contexto de
las negociaciones climáticas (COP), es fácil como sociedad civil organizada
enfocarnos en abordar el cambio climático desde el mundo de la "mitigación
y adaptación" y sus aspectos más técnicos: memorizando acrónimos, siglas y
cifras, hablando de soluciones que permitan reducir gigatoneladas de dióxido de
carbono equivalente o concentraciones por partes de millón, y muchas veces,
priorizando la búsqueda de soluciones globales, arreglos tecnológicos y
similares. Manejar este lenguaje técnico
nos permite entender, comunicar, incidir y generar propuestas de acción en el
marco de las políticas nacionales e internacionales. En medio de todo esto, sin
embargo, es crucial reconocer que cada propuesta técnica, cada mecanismo de mitigación,
cada medida de adaptación tiene un impacto. Revela una postura. En un mundo y
sistema marcado por relaciones de poder históricas, necesariamente beneficia a
unxs y no a otrxs. Es necesario reconocer, explicitar y cuestionar esto
introduciendo nuestros propios términos a la conversación: un lenguaje de
posturas políticas claras, entendiendo la política como la vida - el ámbito de
las relaciones de poder y la justicia. Así como el mundo de la mitigación y
adaptación no es neutral, nuestros enfoques tampoco lo son. Las posiciones que
tomamos como sociedad civil organizada tienen un contexto y un trasfondo
histórico -y personas que se esforzaron y esfuerzan por construirlas. Desde
TierrActiva Perú, publicamos este primer artículo a modo de introducción
general y reconocimiento a dos conceptos claves dentro de nuestra postura
política: la Justicia Climática y la Interseccionalidad.¿Qué es la Interseccionalidad? La interseccionalidad se centra en
cómo las categorías sociales como el género, la raza, la clase socio-económica,
las habilidades diferentes, la orientación sexual, la religión, y otros ejes de
identidad interactúan en múltiples niveles, contribuyendo a la discriminación,
exclusión, desigualdad social e injusticia sistémica. Asumir un enfoque de
interseccionalidad busca visibilizar y abordar los diferentes privilegios y
opresiones que tod@s tenemos, para construir un movimiento activista más justo,
inclusivo y coherente. Como concepto, fue acuñado por Kimberlé Crenshaw en
1989, en el contexto de las luchas afro-feministas en EEUU.
¿Cuál es la relación
entre la Interseccionalidad y la Justicia Climática?
En los últimos años, organizaciones de justicia climática en
diversas regiones del mundo han empezado a asumir un enfoque explícito de
interseccionalidad, con diferentes retos y resultados. A continuación, un
fragmento que describe algunas de las razones por las cuales la
interseccionalidad es relevante para dichos movimientos:
PRIMERO, UNA CITA DE LA GENIAL AUDRE LORDE “En el movimiento
por la justicia climática, un análisis de interseccionalidad ayuda a explicar
por qué no podemos simplemente luchar por una versión más verde y más limpia
del sistema actual mediante la reducción de emisiones, frenando la
deforestación y transicionando a energías renovables. El colapso de nuestros
ecosistemas y desastres como huracanes y derrames de petróleo siempre han
afectado a algunas personas más que a otras. Usualmente, también son esas
mismas comunidades que tienen un menor acceso a recursos –como vivienda segura–
que les podría ayudar a sobrevivir la devastación económica que viene con el
colapso ecológico. (…) Debemos recordar: la interseccionalidad no es sólo
estructural. También es personal. La mayoría de nosotr@s cargamos con capas
superpuestas de privilegio y opresión. Como mujer migrante de color de una
familia de clase trabajadora, puedo entender lo que es estar al frente de
múltiples opresiones, pero también tengo el privilegio del acceso económico y
social que mi educación universitaria, mi raza mestiza y parte de la transición
de mi familia hacia la clase media me dan. Ignorar estas diferencias reales
finalmente permite que opresiones históricas se sigan dando; minimizando,
erradicando y silenciando a ciertas voces. A una escala mayor, debemos brindar
recursos y acceso a aquellos que no los tienen, en maneras que no sean
superficiales. L@s activistas tenemos que dejar de hablar de “empoderar” a las
personas en los márgenes, como si no tuvieran ya su propio poder. Se trata de
alejarse de los reflectores para dar espacio a otras personas, y de valorar el
hecho de que el poder ya existe en comunidades marginalizadas. También se trata
de entender nuestras propias identidades, de ver cómo nos beneficiamos del
sistema y cómo no – y asumir responsabilidad por nuestras capas de privilegio
en cómo nos movemos por el mundo. Se trata de que las organizaciones
establecidas sean concientes de las desigualdades que perpetúan, especialmente
en términos del acceso a recursos y al mercado laboral en el complejo sin fines
de lucro. Mediante todo esto, debemos comprometernos a trabajar con cuidado a
pesar de la urgencia de nuestras crisis, y de mantenernos responsables cuando
surjan dinámicas destructivas.” –Henia Belalia (Traducción propia) enviado en
red foroba
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