En cuanto a la investigación histórica la doctora María
Laura Salinas advierte: “Los historiadores escribimos historia para los
organismos que nos evalúan. A veces estamos más preocupados por escribir un
artículo científico que por llegar a la gente”.
. En cuanto a la investigación histórica la doctora María
Laura Salinas advierte: “Los historiadores escribimos historia para los
organismos que nos evalúan. A veces estamos más preocupados por escribir un
artículo científico que por llegar a la gente”.
“En el imaginario y también desde algunas construcciones
historiográficas se piensa a la Nación desde 1810. Sin embargo existen tres
siglos previos en los que también se desarrolló nuestra historia. Considero que
es pertinente pensar la Historia Argentina desde el momento de la invasión
española y entre otros aspectos es importante conocer sobre la encomienda”,
argumenta la doctora Salinas.
POR PAULO FERREYRA
La historia es una pasión que estaba en mí pero no se dejaba
ver ni sentir”, desliza la doctora María Laura Salinas y su sonrisa se proyecta
en todo su rostro. “Estaba en mí” advierte y lleva sus manos al corazón. Cuando
terminó de cursar la escuela secundaria comenzó a estudiar medicina, tiempo
después tomó la decisión de abandonar dicha carrera e incursionar en la
historia. “Fue un cambio rotundo fundado en la necesidad de dejar fluir una
vocación que siempre estuvo presente. En principio estudié el profesorado en
historia para ser docente. Al graduarme comencé a trabajar en escuelas
secundarias y en el contexto del ejercicio de la docencia surgió el interés por
seguir estudiando. Me inscribí entonces en la Licenciatura en Historia. Allí
comenzó mi camino en la investigación histórica”, destaca.
Dentro de su formación académica María Laura se diplomó en
Estudios Avanzados en Historia Moderna en España y un año después realizó en el
mismo país un Máster en Historia de América. En el año 2007 realizó el
Doctorado en Historia en la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España.
Las primeras investigaciones las hizo de la mano del doctor
Ernesto Maeder, alguien que, confiesa, le cambié la vida. “El me sugirió como
tema de estudio el trabajo indígena en Corrientes en el período colonial o de
dominación española (siglos XVII-XVIII). Con esas primeras indagaciones fui
descubriendo un mundo que no imaginaba
tan complejo e interesante”, resalta.
“Para estudiar la situación laboral de los indígenas
sometidos en la colonia española se debe partir del estudio de la aplicación de
las encomiendas. Sobre el período colonial hay documentación suficiente en
diferentes repositorios: el Archivo Histórico de la provincia de Corrientes, el
archivo General de la Nación, el Archivo Nacional de Asunción, el Archivo de
Santa Fe y el archivo de Sucre. Estos repositorios se transforman en espacios
obligados de consulta para un investigador interesado en el mundo colonial de
Corrientes.
¿Por qué en un lugar tan lejano como la actual ciudad de
Sucre hay documentos que se refieren a Corrientes?
En el período colonial había una Institución que se ocupaba
de la administración de la Justicia, la Audiencia y se ubicaba en la ciudad de
Charcas, hoy Sucre. Por tal razón allí
se ha conformado un archivo muy rico donde reside buena parte de la
documentación de los territorios que pertenecieron a la antigua Audiencia, de
modo tal que hay datos significativos sobre Corrientes. La historia colonial es
importante para la región pero además los diversos temas que conciernen a su
estudio interesan también en países europeos.
Por un momento pensemos en Corrientes en la época colonial
sin las divisiones actuales. Por aquellos años esto era un espacio mayor que
nos conduce a la idea de una región histórica, un espacio geográfico más amplio
con múltiples conexiones entre territorios de Brasil, Paraguay, Bolivia,
Uruguay. Para poder entender la historia colonial de Corrientes es necesario
ampliar el foco de observación y analizar el rol de Corrientes en un contexto
amplio y configurado por diversos actores, relaciones y redes comerciales,
políticas y hasta culturales.
Bien, vayamos por el principio, ¿qué es la encomienda y por
qué es importante conocer su funcionamiento en la historia colonial de
Corrientes?
La encomienda era una concesión que hacía el rey a los
primeros conquistadores. Cuando llegaban a América se otorgaba un premio por
haber venido a estos territorios y esa recompensa eran los nativos de la
tierra. Los indios tenían una categoría de vasallos de la corona y como tales debían
pagar un tributo al rey. Este tributo lo pagaban con servicios a esos
representantes del monarca que era los encomenderos. Dicho sistema, legislado y
organizado desde la monarquía fue el sostén económico de la conquista. Por
supuesto que los indios no se sometieron voluntariamente. Este proceso vino de
la mano de guerras, resistencias, enfrentamientos y una serie de consecuencias
negativas y devastadoras para la cultura indígena.
Conocer su funcionamiento y sus prácticas regionales nos
permite ingresar en esta sociedad, su vida cotidiana y analizar las relaciones
de todos los actores.
¿Sobre los indios entonces iba a recaer la economía?
Así es, sobre los brazos de los indígenas recaía la
economía. Además la sociedad colonial, al igual que en la Europa de la misma
época, consideraba al trabajo manual como algo vil, algo que no debe realizar
una persona que tiene determinada categoría social. Entonces quienes debían
asumir todos los trabajos eran los indios y los esclavos posteriormente.
¿Cuál era la situación de la encomienda en Corrientes?
A partir de estudios previos pudimos incursionar en el mundo
del trabajo indígena. Los clásicos libros de Hernán Gómez y Manuel Florencio
Mantilla hacen mención al tema. Luego señalaron el camino las investigaciones de
Ernesto Maeder sobre la historia de Corrientes en el período colonial, sus
estudios contextualizan la época pero no profundizan en el tema porque no era
su interés principal de investigación.
Por eso a partir de nuestros estudios fuimos desentrañando
sus características y formas de aplicación en la región. Sobre este tema en
particular encontramos un documento en el archivo de Sucre. Una fuente que
abrió la puerta de nuestras investigaciones. Nos referimos al registro que
realizó un Oidor de la Audiencia de Charcas cuya misión fue recorrer estos
territorios y verificar la situación de los indígenas sometidos. Este oficial
llamado Andrés Garabito de León, recorrió
Paraguay, Corrientes y Santa Fe.
En el marco de este control se entrevista con los encomenderos y con los
caciques de cada una de los de los pueblos existentes.
¿Qué lugares visita de Corrientes?
En el caso de Corrientes visita la ciudad de Corrientes y
los pueblos de Itatí, Santiago Sánchez y Candelaria de Ohoma cercanos a la
actual Empedrado, en ellos había etnias chaqueñas que no perduraban en la
reducciones. Y por último visita Santa Lucía de los Astos. El oidor preguntaba
cuál era la situación, cómo los trataban, qué relación tenían con los
encomenderos y además hizo un registro de habitantes que nos sirve para estimar
la población sometida en este período.
¿Y qué dicen ahí los indígenas?
Bien, en este aspecto reside lo particular del documento.
Aquí los indios se quejan de que el encomendero no les da alimentos, los
maltrata. Los indios estaban sometidos en una situación cercana a la
esclavitud. Tienen un servicio permanente en tareas domésticas y servicio
personal. Este tipo de reclamos aparece escasamente en otras documentaciones y
nos sirven para entender cómo funcionaba la sociedad. Este documento no se
conocía en la región.
¿Qué otros trabajos
realizaban los indios?
En Corrientes no hay metales preciosos como en otras
regiones, como en Perú o Potosí, que eran la base económica de la conquista
española. En estas tierras se explota la agricultura, se realizan vaquerías, la
tierra y su explotación se constituyen en la riqueza económica. Los grupos de
indios que residen en Itatí y en los otros pueblos mencionados trabajan en
estas tareas, por eso tener indios al servicio se transforma en un símbolo de
distinción y poder en esta sociedad bastante pobre y rústica.
¿Cómo era la sociedad de Corrientes en relación a otras
durante los siglo XVII y XVIII?
El grupo de encomenderos en Corrientes conformaba una élite
de 23 vecinos, cuya particularidad era la de ser beneméritos de la conquista o
descendiente de los mismos. Muy lejos de compararse con aquellos grupos de
encomenderos de otras ciudades del continente donde además de poder se
apreciaba riqueza, los encomenderos correntinos gozaban del beneficio de la
institución de la encomienda aunque con signos evidentes de pobreza e
insolvencia. Estas características sin lugar a dudas influyeron en la
aplicación del sistema y en formas particulares de relación entre encomenderos
y encomendados.
Las diferencias entre los encomenderos y el resto de la
sociedad correntina estaban marcadas por el hecho de tener indios al servicio,
pero no existen muchas diferencias en otros aspectos. Estamos frente a una
sociedad modesta, en una pequeña ciudad de provincia, sin riquezas
trascendentes.
Las importantes élites de encomenderos descriptas para
algunas regiones de México, Perú o Potosí, distan de la situación encontrada en
estos territorios con estos encomenderos casi tan pobres como sus indios.
¿Cabe imaginar entonces que había en ese contexto
encomenderos sin tierras?
Así es, un encomendero sin tierras en situación de pobreza
extrema alquilaba a sus indios ya que no tenía actividades en qué emplearlos.
De esta manera asistimos a situaciones particulares que provienen de las
características de esta sociedad de encomenderos.
¿Hasta cuándo perdura la encomienda?
En los primeros siglos de la conquista dejó de existir la encomienda, pero en nuestros territorios todo es más
tardío conforme con el proceso que se fue desarrollando en la conquista. En
nuestra región se estaban fundando ciudades mientras que en centroamérica ya
estaban en plena consolidación. Aquí la encomienda perdura hasta principios del
siglo XIX. La Asamblea del año XIII pone fin a los sistemas serviles como la
encomienda, la mita y el yanaconazgo. La documentación que tenemos para
Corrientes nos permite visualizar la pervivencia de las encomiendas hasta
principios del XIX.
Cabe destacar las actas del cabildo indígena de Itatí como
una fuente significativa para estudiar este período y la relación entre
indígenas y encomenderos. El gobierno de la provincia de Corrientes, por
decreto del 18 de mayo de 1826 suprimió el régimen de comunidad que aún existía
en Itatí.
El rol de la historia y de los historiadores
¿Cuál es el rol de los historiadores? ¿A quién corresponde
la divulgación histórica?
En realidad debo ser muy crítica en este punto. Por eso me
parecen muy oportunas estas entrevistas y la divulgación científica que se
genera con ellas. En general los historiadores no escribimos historia para la
gente. Los historiadores escribimos historia para los organismos que nos
evalúan, para el Conicet, para una revista especializada, para la Universidad y
estamos más preocupados por escribir un artículo científico que por llegar a la
gente. Quizás el mismo sistema nos introduce en ese circuito.
Nos preocupamos muy
poco porque estas investigaciones tengan una salida popular y puedan ser
conocidas por la sociedad. A veces escuchamos que la gente dice -“qué lástima
que no se investiga sobre tal o cual tema”-, sin embargo esas investigaciones
existen pero los historiadores no nos ocupamos de que esa información pueda
llegar a la sociedad a través de los canales que corresponden, puede ser un
buen libro de divulgación, escrito en un lenguaje sencillo y atrayendo a un
público a través de temas de su interés. A la sociedad le interesa saber cosas
de su lugar, su ciudad o su pueblo. Los datos y la información están, falta esa
conexión con la sociedad.
¿Y en qué le beneficia a la sociedad saber y conocer su
historia?
Considero que no se puede construir un presente y pensar en
el futuro si no sabe sobre el pasado. No se puede valorar lo que no se conoce.
En nuestra región tenemos muchos temas para analizar en profundidad. La
identidad, ¿cómo se construye?, ¿existe una identidad regional?, ¿existe esta
diferencia que hoy tenemos entre Chaco y Corrientes?, conocer el pasado
ayudaría a entender mucho mejor los problemas actuales que tenemos en la
sociedad. Cómo se fueron tejiendo las
relaciones y las costumbres en los espacios de sociabilidad que ya tenían lugar
desde siglos atrás en esta gran región.
¿En el marco de estas entrevistas del Ciclo Camino al
Bicentenario una docente de historia planteó justamente que había escasa
bibliografía para las escuelas?
Sucede que falta “bajar” la información y las
investigaciones que se vienen realizando en distintos campos. Nosotros, en el
ámbito del Conicet y de las Universidades tenemos muchas publicaciones pero no
tenemos realizado un material bibliográfico que sea adecuado para el docente y
el alumno en el aula. Existen manuales de historia de Corrientes y otras
bibliografías, pero es necesario realizar una producción mayor, ofrecer
materiales y análisis desde diversos enfoques para que puedan tener
herramientas para problematizar en el aula.
¿La historia debe leerse cómo proceso o acontecimiento?
La historia debe leerse como proceso. Desde hace bastante
tiempo se ha reemplazado la historia “acontecimiento” por la historia
“problema”. Con esta perspectiva no desestimamos el hecho histórico porque
debemos conocerlo, sin lugar a dudas, pero nos interesa problematizar sobre
cada cuestión y esto implica pensar en procesos históricos. No es sólo el Río
de la Plata, no es sólo Corrientes, no es sólo el Chaco, sino que hay un
contexto mucho más amplio y esto le cuesta entender al alumno que debe estudiar
historia. A veces se estudian fragmentos, por ejemplo lo ocurrido el 9 de Julio
en Tucumán, pero sin la conexión latinoamericana y global es difícil comprender
cabalmente cómo se llega a la Declaración de la Independencia.
Por eso reitero que se debe leer la historia en clave de
proceso y de problemas y no de hechos y acontecimientos. Creo que ahora hay más
gente interesada en la historia a partir de estas visiones. Además hoy interesa
mucho más la vida cotidiana, la historia desde abajo, donde los protagonistas
ya no son los gobernantes, los intelectuales, interesa la vida común, qué papel
tenían todos los actores de la sociedad y cómo participaban desde cada lugar.
Por ello nos abocamos en mayor medida al estudio de los grupos subalternos, en
el período colonial por ejemplo, el rol de los indígenas o de los
afrodescendientes.
El concepto de revisionismo histórico estuvo en auge en los
últimos años a partir de la creación del Instituto Dorrego, hubo disputas entre
diferentes historiadores, ¿cuál fue su visión sobre estos planteos y estas
disputas?
En aquel momento un buen grupo de historiadores manifestó su
posición sobre el tema oponiéndose a la creación de dicho Instituto. Se oponían
sobre todo por el desconocimiento y la desvalorización que se hacía de la
producción historiográfica que se realizaba en el marco de las instituciones
científicas del país, universidades públicas y privadas, organismos
dependientes del Conicet, entre otras, donde trabajan cientos de investigadores
en historia, siguiendo las pautas que impone la disciplina científica.
La historia es un conocimiento que intenta aproximarnos a un
mundo y una realidad, pero al mismo tiempo puede servir para legitimar el
poder El historiador debe trabajar desde
un lugar de objetividad, esto lo pongo entre comillas porque esa objetividad no
existe y es imposible, pero sí tenemos que trabajar con seriedad y basándonos
con las herramientas que tenemos. Hay que trabajar los datos que nos ofrecen
los documentos, problematizar sobre ellos, trabajar con indicios, porque muchas
veces no tenemos todas las respuestas pero nos arriesgamos con hipótesis para
tratar de entender ese mundo del que tenemos poca información.
En lo personal no me parece correcto levantar algunos
personajes de la historia y por otro lado desprestigiar a otros. Esa idea de los buenos y los malos le quita
seriedad a esa reconstrucción de la historia. Hay que interesarse por los
procesos históricos y allí no caben estas dualidades de buenos o malos.
Con respecto al Bicentenario de la Independencia que
recordamos este año, ¿qué rol juega el período colonial de la Argentina en este
proceso?
En el imaginario y también desde algunas construcciones
historiográficas se piensa a la Nación desde 1810, sin embargo existen tres
siglos previos en los que también se desarrolló nuestra historia. Considero que
es pertinente pensar nuestra historia argentina desde el momento de la invasión
española. Rescatar este proceso y los diferentes integrantes de la sociedad que
se fue configurando nos ayudaría a entender mejor los caminos de la
emancipación y de la independencia. Sobre todo si aportamos sobre la historia
de los que menos sabemos: los indígenas que fueron sometidos por los españoles,
los mestizos, pardos y blancos pobres, los esclavos y los negros libres, los
plebeyos urbanos, los artesanos, los peones,
los soldados, las mujeres trabajadoras. Sabemos bastante sobre las
élites, nos falta profundizar en la historia de las clases populares de cada
región como plantean algunos autores como Di Meglio. Tomado de el litoral de
ctes ar
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