2.200 árboles
talados: el costo ambiental de valorización
Unas 3341 talas y 729 transplantes han sido solicitadas por
el Fonvalmed desde el 2010. La Mesa Ambiental cuestiona el balance y pide mayor
seguimiento por parte de las autoridades. FOTO EDWIN BUSTAMANTE ÁLEX ESTEBAN
MARTÍNEZ HENAO
6.270 árboles deberán ser sembrados como compensación de las
13 obras finalizadas de valorización.
La ampliación de viejas vías y la construcción de unas
calles nuevas para el Proyecto de Valorización tiene un costo que todos
conocemos: 701.452 millones de pesos, de los cuales 458.362 fueron distribuidos
entre los propietarios del área de influencia.
Pero las 23 obras viales, de las que han sido entregadas 14
y 5 más se encuentran en ejecución, acarrean un costo adicional por el que
muchos se han opuesto a las obras: el ambiental.
El impacto
Una de las maneras para medir las consecuencias ambientales
de la construcción de pasos a desnivel, segundos carriles, prolongaciones de
vías y demás obras civiles, es el número de árboles talados.
Datos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva)
indican que desde el 2010, año en la que empezaron los trabajos, hasta la fecha
se ha solicitado un total de 3341 talas en el área de influencia en de las
obras de valorización. A esa cifra se le suma la solicitudes de trasplantes,
que ascienden a un total de 729. De las talas solicitadas, fueron autorizadas
2214, mientras que se autorizaron 494 trasplantes.
El Amva explica que “Por norma el titular de un proyecto al
que se le otorga un permiso de aprovechamiento forestal de árboles aislados,
debe compensar las afectaciones ambientales generadas por los tratamientos
silviculturales autorizados”. Por esto, los contratistas de valorización
debieron reponer 6270 árboles, tras las talas que les fueron permitidas.
La autoridad ambiental añadió que dependiendo de las
características del proyecto y de la disponibilidad de zonas verdes en sus inmediaciones,
“se exige como mínimo que el 60 % de la siembras por compensación se realicen
en área de influencia directa del proyecto”.
El 40 % restante “se recomienda establecer en espacio
público del municipio en el que se encuentra ubicado el proyecto, siempre y
cuando, tenga el permiso del ente territorial respectivo. El plan de
compensación debe estar previamente aprobado por la entidad (el Amva), antes de
su ejecución”.
¿Por qué se taló?
De acuerdo con el Fondo de Valorización del Municipio de
Medellín (Fonvalmed), algunos de los motivos por los cuales se ha solicitado la
tala de un árbol van desde que, como es apenas natural, se encuentran en zonas
de intervención de las obras civiles hasta que los árboles “evidencian
inadecuadas prácticas de manejo silvicultural como podas incorrectas, descope,
podas que no han cicatrizado correctamente, convirtiéndose en focos de
infección y pudrición, pérdida de la estructura de la copa, tallos ramificados
y sistema radicular expuesto”. Del mismo modo, se han solicitado talas porque
los árboles “se encuentran en regular estado fitosanitario y estructural,
evidenciado en la presencia de daños y heridas en los tallos, copas
descompensados, tallos ramificados y raíces expuestas”.
En igual sentido que lo expresado por el Área Metropolitana,
otros de los motivos por los cuales se solicita y autoriza cortar un árbol, es
por el riesgo que representa para los vecinos, transeúntes y trabajadores, como
el volcamiento. Esto se debe a hay árboles que no crean una estructura radicular
lo suficientemente fuerte como para sostener su peso y soportar los vientos
fuertes, propios de la temporada de lluvias.
Además, “porque son árboles inapropiados para la zona
(leucaenas, ficus, eucaliptos) y pueden ser reemplazados por algunos más adecuados”.
¿Qué es lo adecuado?
Ondequera (Cassearia corymbosa), comino (Aniba perutilis),
guayabillo (Terminalia oblonga), palma escoba (Chrysophila Kalbreyeri) arrayán
(Adenaria floribunda), marañón (Anacardium occidentale) son algunas de las
especies escogidas por los ingenieros forestales del Fonvalmed y el Amva para
los diseños paisajísticos y la compensación arbórea en las obras del proyecto.
De acuerdo con el Fondo, los criterios para escoger los
árboles están determinados por su tamaño (que sea adecuado para las áreas de
los alcorques, unos hoyos al pie de las plantas para detener el agua en los
riegos), además que no representen un riesgo para los transeúntes, derivados de
los frutos tóxicos o flores resbalosas.
Además, que se cuente con flores atractivas y frutos
comestibles para los pájaros y mariposas, además de que las raíces no generen
riesgo o daño a los andenes y vías.
¿Quién hace el
seguimiento?
Para José Fernando Álvarez, integrante de la Mesa Ambiental
de El Poblado, el balance en materia verde de valorización es negativo. Para
él, es indispensable que las autoridades le hagan un seguimiento a las plantas
sembradas en el componente paisajístico de las obras. En este sentido se
expresó Mónica Rivera, una transeúnte de la Superior con El Tesoro. Además del
malestar permanente por el resultado en movilidad de la obra, el muro verde que
se construyó está muy deteriorado. “A esas maticas les dio el poniente durante
meses y nadie hizo nada”, dijo. Es por ello por lo que hoy, una buena parte de
ese muro se encuentra marchita.
Ante esto, el Fonvalmed sostiene que dentro de las funciones
del interventor de la obra se encuentra este seguimiento. “Cada obra tiene un
interventor que debe hacer control a estas actividades y entregar los
respectivos informes al Fonvalmed con la descripción de las acciones
realizadas”.
Pero el trabajo no termina allí. La entidad asegura que
cuenta con un equipo ambiental que le hace seguimiento a la obra, aún después
de terminada. “Asimismo, Fonvalmed presenta ante el Área Metropolitana informes
de las actividades silviculturales de cada obra”, explicó el Fondo.
Ante las dudas por la calidad de la compensación en el
tiempo, el Fonvalmed sostiene que “Los contratistas deben cumplir con la
siembra exitosa del árbol y en caso de que no se dé, debe reemplazarlo”.
“No es cuestión de números”
Para José Fernado Álvarez, la presencia de árboles en mal
estado es una muestra de la necesidad de hacer un acompañamiento constante a la
compensación. Para él, la compensación no se debe medir en términos de árboles
plantados contra árboles talados, sino también de la pertinencia de las plantas
en el nuevo entorno, para que absorban una cantidad de aire similar o superior
a la que dejaron los árboles que fueron removidos.
Álvarez indicó que es preocupante que se esté haciendo la
compensación con palmas que, a su juicio, no tienen la capacidad de absorción y
solicitó una intervención del Área Metropolitana para monitorear el proceso –
TOMADO DE EL COLOMBIANO
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