¿Pueden
combinarse las vacunas de tratamiento de cáncer con otros tipos de terapia
contra el cáncer?
¿Qué es el sistema inmunitario?
El sistema inmunitario es una compleja red de células,
tejidos, órganos y sustancias producidas por ellos que ayuda al cuerpo a
combatir infecciones y otras enfermedades. Por mucho tiempo se ha reconocido la
función del sistema inmunitario en la defensa contra microbios que causan
enfermedades. Los científicos han descubierto también que el sistema
inmunitario puede proteger al cuerpo contra peligros que presentan ciertas
células dañadas, enfermas o anómalas, incluso células cancerosas (1).
Los glóbulos
blancos, o leucocitos,
tienen la más importante función en las respuestas inmunitarias. Estas células
llevan a cabo las muchas tareas requeridas para proteger al cuerpo contra los
microbios y las células anormales que causan enfermedades.
Algunos tipos de leucocitos recorren el sistema
circulatorio en busca de invasores foráneos y de células enfermas,
dañadas o muertas. Estos glóbulos blancos de la sangre proveen un grado de
protección inmunitaria general— o no específico.
Otros tipos de leucocitos, conocidos como linfocitos,
proveen protección dirigida contra amenazas específicas, ya sea de un microbio
específico o de una célula enferma o anormal. Los grupos más importantes
de linfocitos responsables de llevar a cabo respuestas inmunitarias contra
tales amenazas son las células
B y las células
T.
Las células B producen anticuerpos,
los cuales son proteínas grandes
secretadas que se unen a invasores foráneos o a células anormales y las vuelven
pasivas y ayudan a destruirlas. Las células
T citotóxicas, las cuales se conocen también como células T asesinas,
destruyen a las células infectadas o anormales al expedir compuestos químicos
tóxicos o al incitar a las células a que se autodestruyan (en un proceso
conocido comoapoptosis).
Otros tipos de linfocitos y de leucocitos tienen funciones
de apoyo para asegurar que las células B y las células T asesinas llevan a cabo
sus trabajos efectivamente. Estas células de apoyo son las células
T auxiliares y lascélulas
dendríticas, las cuales ayudan a activar tanto a las células B como a las
células T citotóxicas y facilitan su respuesta a amenazas específicas.
Los antígenos son
sustancias que tienen la posibilidad de causar que el cuerpo arme una respuesta
inmunitaria contra ellas. Ayudan a que el sistema inmunitario
determine si algo es foráneo o “no es propio”. Las células normales en el
cuerpo tienen antígenos que las identifican como “propias”. Los antígenos
propios comunican al sistema inmunitario que las células normales no son una
amenaza y que deberá ignorarlas (2).
Al contrario, los microbios son reconocidos por el sistema inmunitario como una
amenaza posible que deberán ser destruidos porque llevan antígenos foráneos, o
no propios.
¿Son las células cancerosas reconocidas por el sistema
inmunitario?
Las células cancerosas pueden llevar antígenos propios
y antígenos que se conocen como asociados con cáncer. Los antígenos asociados
con cáncer marcan las células cancerosas como anormales o foráneas y pueden
hacer que las células
T citotóxicas lancen un ataque contra ellas (1-7).
Los antígenos asociados con cáncer pueden ser:
- Antígenos
propios producidos en cantidades mucho más grandes por las células
cancerosas que por las células normales y, en esa forma, el sistema
inmunitario las ve como foráneas.
- Los
antígenos que no son producidos normalmente por el tejido en donde se
forma el cáncer (por ejemplo, los antígenos que son producidos normalmente
solo por tejido embriónico pero que se expresan en un cáncer adulto) y,
así, son vistos como foráneos por el sistema inmunitario.
- Los
antígenos que se forman recientemente, o neo-antígenos, que resultan
de mutaciones de genes en
células cancerosas y que el sistema inmunitario no había visto antes.
Sin embargo, varios factores pueden dificultar que el
sistema inmunitario se apunte a cánceres que crecen para destruirlos:
- Muchos
antígenos asociados con cánceres son solo versiones ligeramente alteradas
de antígenos propios y, por esto, puede ser difícil que el sistema
inmunitario los reconozca.
- Las
células cancerosas pueden sufrir cambios genéticos que puedan conducir a
la pérdida de antígenos asociados con cáncer.
- Las
células cancerosas pueden evadir las respuestas inmunitarias de las
células T citotóxicas contra el cáncer. Como resultado de esto, aun cuando
el sistema inmunitario reconozca como amenaza a un cáncer en crecimiento,
el cáncer puede todavía escaparse a un fuerte ataque del sistema
inmunitario (8).
¿Qué son las vacunas?
Las vacunas son medicinas que refuerzan la habilidad natural
del sistema
inmunitario para proteger al cuerpo contra “invasores foráneos”, principalmente
de agentes infecciosos que puedan causar enfermedades.
Cuando un microbio infeccioso invade al cuerpo, el sistema
inmunitario lo reconoce como foráneo, lo destruye, y “recuerda” impedir otra
infección en caso que el microbio invada de nuevo al cuerpo en el futuro. Las
vacunas aprovechan esta respuesta defensiva de memoria.
La mayoría de las vacunas se producen con versiones inocuas
de microbios— destruidos o debilitados, o partes de microbios— que no causan
enfermedades pero pueden estimular una respuesta inmunitaria contra los
microbios. Cuando el sistema inmunitario encuentra estas sustancias por medio
de una vacunación,
responde a ellas, las elimina del cuerpo y se forma una memoria de ellas. La
memoria inducida por la vacuna hace que el sistema inmunitario actúe rápido
para proteger al cuerpo si se infecta por los mismos microbios en el futuro.
¿Qué son las vacunas contra el cáncer?
Las vacunas contra el cáncer pertenecen a una clase de
sustancias que se conocen como modificadoras de respuesta biológica. Los
modificadores de respuesta biológica trabajan al estimular o restaurar la
habilidad del sistema inmunitario para combatir infecciones y enfermedades. Hay
dos tipos amplios de vacunas contra el cáncer:
- Vacunas preventivas (o
profilácticas), las cuales tratan de impedir que se presente el
cáncer en gente sana.
- Vacunas
de tratamiento (o
terapéuticas), las cuales tienen como objeto el tratamiento de un
cáncer existente al reforzar la respuesta
inmunitaria natural del cuerpo contra el cáncer (9). Las
vacunas de tratamiento son una forma de inmunoterapia.
Dos tipos de vacunas preventivas de cáncer (las
vacunas contra el virus
del papiloma humano y las vacunas contra el virus
de la hepatitis B) están disponibles en los Estados Unidos, y una vacuna de
tratamiento (para cáncer metastático de próstata)
está disponible.
¿Cómo funcionan las vacunas preventivas de cáncer?
Las vacunas preventivas de cáncer se dirigen a sustancias
infecciosas que causan o contribuyen a que se forme el cáncer (10).
Son semejantes a las vacunas tradicionales, las cuales ayudan a impedir
enfermedades infecciosas, como el sarampión o la polio, al proteger al cuerpo
contra la infección. Tanto las vacunas de prevención de cáncer como las vacunas
tradicionales están basadas en antígenos que llevan las sustancias infecciosas
y que son relativamente fáciles de reconocer como foráneas por el sistema
inmunitario.
La mayoría de las vacunas de prevención, incluso las que se
dirigen a virus que causan cáncer (virus
de la hepatitis B y virus
del papiloma humano), estimulan la producción de anticuerpos que
se unen a microbios específicos en el blanco y bloquean su habilidad para
causar infecciones.
¿Cuáles vacunas de prevención de cáncer están aprobadas
en los Estados Unidos?
- Vacunas
contra los virus
del papiloma humano (VPH). Las infecciones persistentes
por tipos de VPH de alto riesgo pueden causar cáncer
de cuello uterino, cáncer
de ano, cáncer
de orofaringe y cánceres devagina,
de vulva y
de pene.Tres
vacunas están aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos
(FDA) para prevenir la infección por VPH: Gardasil®, Gardasil
9® y Cervarix®.
Gardasil y Gardasil 9 están aprobadas para usarse en mujeres de 9 a 26
años de edad para la prevención de los cánceres de cuello uterino, de
vulva, vagina y de ano causados por VPH; de lesiones precancerosas
de cuello uterino, de vulva, vagina y de ano; y de verrugas genitales.
Gardasil y Gardasil 9 fueron aprobadas también para usarse en hombres para
la prevención de cáncer de ano causado por VPH y para lesiones
precancerosas de ano y verrugas genitales. Gardasil fue aprobada para
usarse en hombres de 9 a 26 años de edad, y Gardasil 9 fue aprobada para
usarse en hombres de 9 a 15 años de edad. Cervarix fue aprobada para
usarse en mujeres de 9 a 25 años de edad para la prevención del cáncer
cervical (o cuello uterino) causado por VPH.
- Vacunas
contra el virus
de la hepatitis B (VHB). La infección crónica por
el virus de la hepatitis B puede conducir a cáncer
de hígado. La FDA ha aprobado muchas vacunas que protegen contra la
infección por el VHB. Dos vacunas, Engerix-B y Recombivax HB, protegen
solo contra la infección por VHB. Ambas vacunas están aprobadas para
usarse en individuos de todas las edades. Algunas otras vacunas protegen
contra la infección por VHB así como por otros virus. Twinrix protege
contra el VHB y contra el virus
de la hepatitis A, y Pediarix contra el VHB, contra el poliovirus y la
bacteria que causa difteria, tétanos y tosferina. Twinrix está aprobado
para usarse en personas de 18 años y más. Pediarix está aprobado para
usarse en infantes cuyas madres no tienen el antígeno de superficie de VHB
(HBsAg) y se administra tan pronto como desde las 6 semanas de edad hasta
los 6 años. La vacuna original contra el VHB fue aprobada por la FDA en
1981, y así fue la primera vacuna de prevención de cáncer en ser producida
y comercializada con éxito. Hoy en día, la mayoría de los niños de los
Estados Unidos están vacunados contra el VHB al poco tiempo después de
nacer (11).
¿Cómo se diseñan las vacunas de tratamiento de cáncer
para que funcionen?
Las vacunas de tratamiento de cáncer se usan para tratar
cánceres que ya se han formado. La intención es que retrasen o detengan el
crecimiento de células cancerosas; causar que se reduzca el tumor; impedir que
regrese el cáncer; o eliminar las células cancerosas que no hayan sido
destruidas por otras formas de tratamiento.
Las vacunas de tratamiento de cáncer se diseñan para que
funcionen al activar las células
T citotóxicas y para dirigirlas a que reconozcan y actúen contra tipos
específicos de cáncer o para inducir la producción deanticuerpos que
se unan a las moléculas en
la superficie de las células cancerosas. Para lograr esto, las vacunas de
tratamiento introducen uno o varios antígenos en
el cuerpo, generalmente por inyección, en donde causan una respuesta
inmunitaria que resulta en la activación de las células
T o en producción de anticuerpos. Los anticuerpos reconocen y se unen
a los antígenos en la superficie de las células cancerosas, mientras que las
células pueden detectar también antígeno de cáncer dentro de las células
cancerosas.
La producción de vacunas efectivas de tratamiento ha
resultado más difícil y problemática que la formulación de vacunas preventivas
de cáncer (12).
Para ser efectivas, las vacunas para tratamiento de cáncer necesitan lograr dos
propósitos. Primero, como las vacunas preventivas, las vacunas de tratamiento
de cáncer deben estimular respuestas inmunitarias específicas dirigidas al
blanco correcto. Segundo, las respuestas inmunitarias deben tener la potencia
suficiente para traspasar las barreras que usan las células cancerosas para
protegerse de los ataques de las células T citotóxicas.
¿Ha aprobado la FDA alguna vacuna de tratamiento de
cáncer?
En abril de 2010, la FDA aprobó la primera vacuna de
tratamiento de cáncer. Esta vacuna, sipuleucel-T(Provenge®),
está aprobada para usarse en algunos hombres con cáncer metastático de
próstata. Está diseñada para estimular una respuesta
inmunitaria a la fosfatasa
ácida prostática (PAP), un antígeno que se encuentra en la mayoría de
las células cancerosas de próstata. En estudios clínicos, sipuleucel-T aumentó
cerca de cuatro meses la supervivencia de hombres con cierto tipo de
cáncer metastático de próstata (13).
Al contrario de algunas otras vacunas de tratamiento de
cáncer, sipuleucel-T se ajusta a cada paciente. La vacuna se formula al aislar
células del sistema
inmunitario llamadas células
dendríticas, las cuales son un tipo de células que presentan antígenos
(APC), de la sangre de un paciente por un procedimiento llamadoleucocitaféresis.
Estas células se envían al fabricante de la vacuna, en donde se cultivan junto
con una proteína llamada PAP-GM-CSF.
Esta proteína consiste de PAP unida a una proteína llamada factor
estimulador de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF). El
GM-CSF estimula al sistema inmunitario y mejora la presentación de antígenos.
Las células APC cultivadas con PAP-GM-CSF forman el
componente activo de sipuleucel-T. Las células se regresan al médico que trata
al paciente y se infunden en el paciente. Los pacientes reciben tres
tratamientos, ordinariamente con una separación de dos semanas, y cada ronda de
tratamiento requiere el mismo proceso de fabricación. Aunque no se conoce el
mecanismo preciso de acción de sipuleucel-T, parece que las células APC que han
absorbido PAP-GM-CSF estimulan a las células
T del sistema inmunitario para que destruyan las células tumorales que
expresan PAP.
En octubre de 2015, la FDA aprobó la primera terapia
oncolítica con virus, talimogene laherparepvec (T-VEC,
o Imlygic®) para el tratamiento de algunos pacientes con melanoma metastático
que no puede ser operado quirúrgicamente. Además de infectar y de causar lisis
en las células cancerosas cuando se inyecta directamente en tumores de
melanoma, T-VEC induce respuestas en lesiones en donde no se inyectó, lo que
sugiere que desencadena una respuesta inmunitaria contra el tumor semejante a
las de otras vacunas anticancerosas.
¿Cómo se producen las vacunas contra el cáncer?
Todas las vacunas preventivas contra el cáncer aprobadas por
la FDA hasta la fecha se han producido mediante el uso de antígenos de
microbios que causan o contribuyen a la formación de cáncer. Esto incluye a
antígenos de VHB y a tipos específicos de VPH. Estos antígenos son proteínas
que ayudan a formar la superficie externa de los virus. Ya que solo se usa una
parte de los microbios, las vacunas resultantes no son infecciosas y, por lo
tanto, no pueden causar enfermedades.
Investigadores están creando también versiones sintéticas de
antígenos en el laboratorio para usarse en vacunas preventivas para cáncer.
Para hacer esto, ellos modifican con frecuencia la estructura química de los
antígenos para estimular respuestas inmunitarias que son más fuertes que las
causadas por los antígenos originales (14).
En forma semejante, las vacunas de tratamiento de cáncer se
crean usando antígenos asociados con cáncer o versiones modificadas de ellos.
Los antígenos que se han usado hasta ahora incluyen proteínas, carbohidratos(azúcares),
glucoproteínas o glucopéptidos (combinaciones de carbohidratos y proteína),
y gangliósidos(combinaciones
de carbohidratos y lípidos).
Las vacunas de tratamiento de cáncer se formulan también
mediante el uso de células cancerosas debilitadas o muertas que llevan
antígeno(s) específicos asociados con cáncer o células inmunitarias modificadas
para presentar tal antígeno(s) en su superficie. Estas células pueden
originarse del paciente mismo (llamada vacunaautógena,
como con sipuleucel-T)
o de otro paciente (llamada vacuna alogénica).
Algunas vacunas para el cáncer en su estadio tardío de
formulación usan virus, levaduras o bacterias como vehículos (vectores) para
depositar un antígeno o más en el cuerpo (15).
Estos mismos vectores son inmunogénicos naturalmente (es decir, pueden
estimular una respuesta inmunitaria) pero están modificados para que no puedan
causar enfermedades.
Otros tipos de vacunas de tratamiento de cáncer que están
siendo formuladas son las hechas con moléculasde ADN o
de ARN que
contienen instrucciones genéticas para antígenos asociados con cáncer. El ADN o
el ARN pueden inyectarse solos en un paciente como vacuna de “ácido nucleico
desnudo”, o empacada dentro de un virus inocuo. Después de que se inyecta el
ácido nucleico desnudo o virus en el cuerpo, el ADN o ARN es absorbido por las
células, las cuales empiezan a producir los antígenos asociados con el tumor.
Los investigadores esperan que las células producirán suficientes antígenos
asociados con el tumor para estimular una fuerte respuesta inmunitaria.
Ahora se usan varios antígenos diferentes asociados con
cáncer para hacer vacunas experimentales de tratamiento de cáncer. Algunos de
estos antígenos se encuentran sobre la mayoría de los tipos de células
cancerosas o dentro de ellas. Otros son únicos a tipos específicos de cáncer (1, 5, 6, 13, 16-19).
¿Se usan adyuvantes con las vacunas para cáncer?
Sustancias conocidas como adyuvantes se añaden con
frecuencia a las vacunas para reforzar su habilidad de inducir fuertes
respuestas inmunitarias contra el cáncer (20).
Los adyuvantes usados para vacunas para cáncer se originan
de muchas fuentes diferentes. Algunos microbios, como el bacilo Calmette-Guérin
(BCG),
pueden servir como adyuvantes (21).
Sustancias producidas por bacterias, como el Detox B (una emulsión aceitosa en
forma de gotas de monofosforil lípido A y un esqueleto micobacteriano de pared
celular) se usan con frecuencia también como adyuvantes. Productos
biológicos derivados de organismos que no son microbios pueden usarse también
como adyuvantes. Un ejemplo es la hemocianina
de lapa californiana (KLH), la cual es una proteína grande producida
por un molusco marino. Los antígenos que se pegan a la KLH han mostrado que
aumentan su habilidad para estimular las respuestas inmunitarias. Aun algunas
sustancias que no son biológicas, como un aceite emulsificado conocido como
montanide ISA–51, pueden usarse como adyuvantes.
Las citocinas naturales
o sintéticas pueden usarse también como adyuvantes. Las citocinas son
sustancias producidas naturalmente por los glóbulos blancos para regular y
afinar las respuestas inmunitarias. Algunas citocinas aumentan la actividad de
las células B y de las células T citotóxicas, mientras que otras citocinas
suprimen las actividades de estas células. Las citocinas usadas con frecuencia
en las vacunas de tratamiento de cáncer o que se dan junto con ellas son
la interleucina 2
(IL2, conocida también como aldesleucina)
el interferón alfa (INF–a), y el factor estimulador de colonias de granulocitos
y macrófagos (GM–CSF, conocido también como sargramostim)
(22).
¿Tienen las vacunas contra el cáncer efectos secundarios?
Antes de autorizar cualquier vacuna, la FDA debe verificar
que sea segura y efectiva. Las vacunas que tienen el fin de prevenir o de
tratar cáncer parecen tener perfiles de seguridad comparables a los de otras
vacunas (6).
Sin embargo, los efectos secundarios de las vacunas para cáncer pueden variar
entre las formulaciones de vacunas y de una persona a otra.
El efecto secundario que se notifica con más frecuencia de
las vacunas para cáncer es la inflamación en el sitio de inyección, incluso
enrojecimiento, dolor, inflamación, calentamiento de la piel, comezón y
ocasionalmente una erupción cutánea.
Algunas personas experimentan síntomas como de gripe después
de recibir una vacuna para cáncer, incluso fiebre, escalofríos, debilidad,
mareos, náuseas, vómitos, dolor muscular, fatiga, dolor de cabeza y
ocasionalmente dificultad para respirar. La presión arterial puede afectarse
también. Estos efectos secundarios, que en general duran solo por un corto
tiempo, indican que el cuerpo está respondiendo a la vacuna y produciendo una
respuesta inmunitaria, como lo hace cuando se expone a un virus.
Otros problemas de salud más graves se han notificado en
menos personas después de recibir una vacuna para el cáncer. Estos problemas
pueden haber sido causados por la vacuna o no. Los problemas reportados han incluido
asma, apendicitis, enfermedad
inflamatoria pélvica y ciertas enfermedades
autoinmunitarias, incluso artritis y lupus
eritematoso sistémico.
Las vacunas que usan células o microbios pueden tener
efectos secundarios adicionales. Por ejemplo, los efectos secundarios graves
de sipuleucel-T son
la infección cerca del sitio de inyección y sangre en la orina.
Las vacunas, como cualquier otra medicina que afecta al
sistema inmunitario, pueden causar efectos adversos que pueden poner la vida en
peligro. Por ejemplo, reacciones graves de hipersensibilidad (alérgicas)
a ingredientes específicos de vacunas han ocurrido después de una vacunación.
Sin embargo, tales reacciones graves son raras.
¿Pueden combinarse las vacunas de tratamiento de cáncer
con otros tipos de terapia contra el cáncer?
Sí. En muchos de los
estudios clínicos de vacunas de tratamiento de cáncer que están ahora en curso,
las vacunas se administran con otras formas de terapia para el cáncer. Las
terapias que se han combinado con vacunas de tratamiento de cáncer incluyen la cirugía,
la quimioterapia, radioterapia,
y algunas formas deterapia
dirigida, incluso terapias que tienen como objeto reforzar las reacciones
del sistema inmunitario contra el cáncer.
Varios estudios han sugerido que las vacunas de tratamiento
de cáncer pueden ser más efectivas cuando se administran en combinación con
otras formas de terapia para cáncer (18,23). Por
ejemplo, estudios
preclínicosy estudios clínicos en fase inicial han demostrado que la
radioterapia puede intensificar la eficacia de
las vacunas de tratamiento de cáncer (24). Además,
en algunos estudios clínicos, las vacunas de tratamiento de cáncer han parecido
aumentar la efectividad de otras terapias para cáncer (18,23).
Evidencia adicional sugiere que la extirpación quirúrgica de
tumores grandes puede intensificar la efectividad de las vacunas de tratamiento
de cáncer (23).
En pacientes con enfermedad extensa, el sistema inmunitario puede verse abatido
por el cáncer. La extirpación quirúrgica del tumor puede facilitar que el
cuerpo presente una respuesta inmunitaria efectiva.
Los investigadores están diseñando también estudios clínicos
para responder a cuestiones tales como si las vacunas de tratamiento de cáncer
funcionan mejor cuando se administran antes, después o al mismo tiempo que
otras terapias (7).
Las respuestas a tales preguntas pueden no solo proveer información acerca de
cómo usar mejor una vacuna específica de tratamiento de cáncer sino también
revelar principios básicos adicionales que guíen la creación futura de terapias
de combinación que incluyen vacunas.
¿Qué investigación hay en curso para mejorar las vacunas
de tratamiento de cáncer?
Avances recientes en el conocimiento de cómo las células
cancerosas evitan ser reconocidas y atacadas por el sistema inmunitario
proporcionan a los investigadores la información necesaria para diseñar vacunas
de tratamiento contra el cáncer que puedan lograr ambos objetivos (16,25).
Aunque los investigadores han identificado muchos antígenos
asociados con cáncer, estas moléculas varían mucho en su habilidad para
estimular una fuerte respuesta inmunitaria contra el cáncer. Dos campos
principales de investigación están asignados a responder a este problema. Uno
implica la identificación de antígenos novedosos asociados con cáncer, o
neo-antígenos, que pueden resultar más efectivos en estimular respuestas
inmunitarias que los antígenos que ya se conocen. Por ejemplo, un
planteamiento de vacuna personalizada que se basa en neo-antígenos que está en
pruebas clínicas en fase inicial comprende la identificación y puesta en el
blanco de antígenos mutados específicos a los pacientes para crear vacunas de
tratamiento para pacientes con glioblastoma y melanoma (26,27). El
otro campo principal de investigación comprende la creación de métodos para
incrementar la habilidad de los antígenos asociados con cáncer para estimular
al sistema inmunitario. Hay también investigación en curso para determinar cómo
combinar muchos antígenos con una sola vacuna de tratamiento de cáncer para
producir respuestas inmunitarias óptimas contra el cáncer (28).
Mejorar nuestro entendimiento de la biología básica como
fundamento de cómo interactúan las células del sistema inmunitario y las
células cancerosas será muy importante para concebir vacunas contra el cáncer.
Como parte de este programa, se están creando nuevas tecnologías. Por ejemplo,
un nuevo tipo de tecnología con imágenes permite a los investigadores observar
las células
T citotóxicas y las células cancerosas interactuando dentro del cuerpo
(29).
Los investigadores están tratando también de identificar
mecanismos por los que las células cancerosas evaden o suprimen las respuestas
inmunitarias contra el cáncer. Al comprender mejor en qué forma las células
cancerosas manipulan el sistema inmunitario se podría llegar a la formulación
de fármacos que bloquean esos procesos, lo que mejoraría la efectividad de las
vacunas de tratamiento de cáncer (30).
Por ejemplo, algunas células cancerosas producen señales
químicas que atraen glóbulos blancos conocidos como células
T reguladoras, o Tregs, al sitio del tumor. Las Tregs liberan con
frecuencia citocinas que
suprimen la actividad de las células T citotóxicas (18, 31).
La combinación de una vacuna de tratamiento de cáncer con un fármaco que impide
la inactivación de las células T citotóxicas puede mejorar la efectividad de la
vacuna al generar respuestas fuertes de las células T citotóxicas contra el
tumor.
Los moduladores inmunitarios de puntos de control pueden
también mejorar la efectividad de las vacunas contra cáncer (32).
Estos moduladores se apuntan a otro mecanismo inmunitario regulador usado por
las células cancerosas para evadir la destrucción, uno que implica las
proteínas de puntos de control inmunitarios como el PD-1, el cual se expresa en
la superficie de las células T. La unión de PD1 a proteínas compañeras
específicas (o ligandos), llamadas PD-L1 y PD-L2, en la superficie de algunas
células normales o células cancerosas crea una señal de “apagado” que dice a la
célula T que no lance una respuesta inmunitaria contra esas células. (Esta
unión hace que el sistema inmunitario no se exceda al actuar contra las células
normales e impida la autoinmunidad). Algunas células tumorales expresan altas
concentraciones de PD-L1, lo cual causa que las células T se “apaguen” y ayuda
a las células cancerosas a evadir la destrucción inmunitaria. Los anticuerpos
que bloquean la unión de una proteína de punto de control inmunitario a su
ligando en una célula cancerosa eliminan esta señal de “apagado” y permiten que
haya una respuesta inmunitaria contra las células cancerosas.
Varios de esos anticuerpos han sido aprobados por la FDA
para el tratamiento de algunos cánceres y están mostrando efectos prometedores
en otros cánceres (33).
Ya que estas sustancias permiten que las células T sean más efectivas contra el
cáncer, se espera que ellas también mejorarán la efectividad de las vacunas
contra el cáncer. En verdad, se ha encontrado que sí lo hacen en modelos
animales, y hay estudios clínicos en curso que combinan una vacuna con inhibición
de PD1 o de PD-L1 (34).
Actualmente están en preparación varias vacunas diseñadas
para tratar cánceres específicos (35–38).
Estas incluyen vacunas con células
dendríticas para carcinoma metastático de
células renales, glioblastoma y cáncer
de próstata metastático refractario a hormonas; vacunas autólogas de
células tumorales para cáncer
colorrectal y linfoma
folicular; vacunas antiidiotípicas para linfomas y
algunos tumores sólidos; vacunas diseñadas para estimular una respuesta
inmunitaria contra hormonas requeridas para el crecimiento y supervivencia de
malignidades gastrointestinales; vacunas alogénicas para cáncer de pulmón; y
vacuna con base en el ADN para cáncer metastático de seno.
¿Qué tipos de vacunas están siendo evaluadas en estudios
clínicos?
La lista de abajo muestra los tipos de cáncer a los que se
enfocan estudios clínicos activos patrocinados por el NCI para la prevención o
tratamiento de cáncer mediante el uso de vacunas. Los nombres de los cánceres
son enlaces a resultados de búsqueda de la lista de estudios clínicos del
NCI. Se puede también buscar en esta lista en http://www.cancer.gov/clinicaltrials/search.
Estudios clínicos activos de vacunas de tratamiento de
cáncer por tipo de cáncer:
- Cáncer
de colon
- Cáncer
de cuello uterino
- Cáncer
de ovario
- Cáncer
de páncreas
- Cáncer
de próstata
- Cáncer
de pulmón
- Cáncer
de riñón
- Cáncer
de seno
- Cáncer
de vejiga
- Leucemia
- Linfoma
de Hodgkin
- Linfoma
no Hodgkin
- Melanoma
- Mieloma
múltiple
- Tumores
de cerebro
- Tumores
sólidos
Estudios clínicos activos de vacunas de prevención
de cáncer por tipo de cáncer:
Bibliografía selecta
- Pardoll
D. Cancer immunology. In: Abeloff M, Armitage J, Niederhuber J, Kastan M,
McKenna W, eds.Abeloff's Clinical Oncology. 4th ed. Philadelphia:
Churchill Livingstone; 2008.
- Murphy
KM, Travers P, Walport M, editors. Janeway's Immunobiology.
7th ed. New York: Garland Science, 2007.
- Waldmann
TA. Effective cancer therapy through immunomodulation. Annual
Review of Medicine 2006; 57:65–81.
- Emens
LA. Cancer vaccines: on the threshold of success. Expert Opinion
on Emerging Drugs 2008; 13(2):295–308.
- Sioud
M. An overview of the immune system and technical advances in tumor
antigen discovery and validation. Methods in Molecular Biology 2007;
360:277–318.
- Pazdur
MP, Jones JL. Vaccines: an innovative approach to treating cancer. Journal
of Infusion Nursing2007;30(3):173-178.
- Butterfield
LH. Cancer vaccines. British Medical Journal 2015; 350:h988.
- Rivoltini
L, Canese P, Huber V, et al. Escape strategies and reasons for failure in
the interaction between tumour cells and the immune system: how can we
tilt the balance towards immune-mediated cancer control? Expert
Opinion on Biological Therapy 2005;5(4):463-476.
- Lollini
PL, Cavallo F, Nanni P, Forni G. Vaccines for tumour prevention. Nature
Reviews Cancer 2006; 6(3):204–216.
- Frazer
IH, Lowy DR, Schiller JT. Prevention of cancer through immunization:
prospects and challenges for the 21st century. European Journal of
Immunology 2007; 37(Suppl 1):S148–S155.
- U.S.
Centers for Disease Control and Prevention. A comprehensive immunization
strategy to eliminate transmission of hepatitis B virus infection in the
United States: recommendations of the Advisory Committee on Immunization
Practices (ACIP) Part 1: immunization of infants, children, and
adolescents.Morbidity and Mortality Weekly Report 2005; 54(No.
RR–16):1–31.
- Rosenberg
SA, Yang JC, Restifo NP. Cancer immunotherapy: moving beyond current
vaccines. Nature Medicine 2004; 10(9):909–915.
- Kantoff
PW, Higano CS, Shore ND, et al. Sipuleucel-T immunotherapy for
castration-resistant prostate cancer. New England Journal of
Medicine 2010;363(5):411-422.
- Berzofsky
JA, Wood LV, Terabe M. Cancer vaccines: 21st century approaches to
harnessing an ancient modality to fight cancer. Expert Review of
Vaccines 2013; 12(10):1115-8. doi: 10.1586/14760584.2013.836906Notificación de salida.
- Larocca
C, Schlom J. Viral vector-based therapeutic cancer vaccines. Cancer
Journal 2011; 17(5):359-71.
- Parmiani
G, Russo V, Marrari A, et al. Universal and stemness-related tumor
antigens: potential use in cancer immunotherapy. Clinical Cancer
Research 2007; 13(19):5675–5679.
- Parmiani
G, De Filippo A, Novellino L, Castelli C. Unique human tumor antigens:
immunobiology and use in clinical trials. The Journal of
Immunology 2007; 178(4):1975–1979.
- Finn
OJ. Cancer immunology. New England Journal of Medicine 2008;358(25):2704-2715.
- Curigliano
G, Spitaleri G, Dettori M, et al. Vaccine immunotherapy in breast cancer
treatment: promising, but still early. Expert Review of Anticancer
Therapy 2007; 7(9):1225–1241.
- Chiarella
P, Massi E, De Robertis M, Signori E, Fazio VM. Adjuvants in vaccines and
for immunisation: current trends. Expert Opinion on Biological
Therapy 2007; 7(10):1551–1562.
- Herr
HW, Morales A. History of Bacillus Calmette-Guérin and bladder cancer: an
immunotherapy success story. The Journal of Urology 2008;
179(1):53–56.
- Berzofsky
JA, Terabe M, Wood LV. Strategies to use immune modulators in therapeutic
vaccines against cancer. Seminars in Oncology 2012;
39(3):348-57.
- Emens
LA. Chemotherapy and tumor immunity: an unexpected collaboration. Frontiers
in Bioscience 2008; 13:249–257.
- Garnett-Benson
C, Hodge JW, Gameiro SR. Combination regimens of radiation therapy and
therapeutic cancer vaccines: mechanisms and opportunities. Seminars
in Radiation Oncology 2015;2 5(1):46-53.
- Renkvist
N, Castelli C, Robbins PF, Parmiani G. A listing of human tumor antigens
recognized by T cells.Cancer Immunology and Immunotherapy 2001;
50(1):3–15.
- Duan
F, Duitama J, Al Seesi S, et al. Genomic and bioinformatic profiling of
mutational neoepitopes reveals new rules to predict anticancer immunogenicity. Journal
of Experimental Medicine 2014; 211(11):2231-48.
- Kreiter
S, Vormehr M, van de Roemer N, et al. Mutant MHC class II epitopes drive
therapeutic immune responses to cancer. Nature 2015;
520(7549):692-6.
- Schlom
J, Arlen PM, Gulley JL. Cancer vaccines: moving beyond current
paradigms. Clinical Cancer Research2007;
13(13):3776–3782.
- Ng
LG, Mrass P, Kinjyo I, Reiner SL, Weninger W. Two-photon imaging of
effector T-cell behavior: lessons from a tumor model. Immunological
Reviews 2008; 221:147–162.
- Garnett
CT, Greiner JW, Tsang KY, et al. TRICOM vector based cancer
vaccines. Current Pharmaceutical Design 2006;
12(3):351–361.
- Zou
W. Regulatory T cells, tumour immunity and immunotherapy. Nature
Reviews Immunology 2006; 6(4):295–307.
- Sharpe
AH, Wherry EJ, Ahmed R, Freeman GJ. The function of programmed cell death
1 and its ligands in regulating autoimmunity and infection. Nature
Immunology 2007; 8(3):239-45.
- Topalian
SL, Hodi FS, Brahmer JR, et al. Safety, activity, and immune correlates of
anti-PD-1 antibody in cancer. New England Journal of Medicine 2012;
366(26):2443-54.
- Kleponis
J, Skelton R, Zheng L. Fueling the engine and releasing the break:
combinational therapy of cancer vaccines and immune checkpoint
inhibitors. Cancer Biology and Medicine 2015;
12(3):201-8.
- Liu
JK. Anti-cancer vaccines - a one-hit wonder? Yale Journal of
Biology and Medicine 2014; 87(4):481-489.
- Singh
BH, Gulley JL. Therapeutic vaccines as a promising treatment modality
against prostate cancer: rationale and recent advances. Therapeutic
Advances in Vaccines 2014; 2(5):137-148.
- Freeman-Keller
M, Goldman J, Gray J. Vaccine immunotherapy in lung cancer: Clinical
experience and future directions. Pharmacology & Therapeutics 2015;
153:1-9.
- Tiriveedhi
V, Tucker N, Herndon J, et al. Safety and preliminary evidence of biologic
efficacy of a mammaglobin-a DNA vaccine in patients with stable metastatic
breast cancer. Clinical Cancer Research2014; 20(23):5964-5975.
Recursos relacionados
- Terapias
biológicas para el cáncer
- Vacunas
contra los virus del papiloma humano
- Información
sobre estudios clínicos para pacientes y personas a cargo de su cuidado
Tomado d e la pagina de Instituto Nacional del Cáncer de eeuu
No hay comentarios:
Publicar un comentario