La megafauna del
planeta en estado crítico
La megafauna de mamíferos terrestres se encuentra más
amenazada que antes, con numerosas especies caminando hacia la extinción. Un
problema de todo el planeta. FOTO Jaime Pérez Munévar
10 mil kilos de presa
sostienen 90 kilos de biomasa de un carnívoro.
19 % de especies de presas de grandes animales, afectadas
por pérdida de hábitat.
Los días no son buenos para la mayoría de los 101 mamíferos
terrestres más grandes del planeta que poco a poco caminan hacia su
desaparición en un hecho que parece inexorable.
El obituario de algunos está en preparación, pero ya se ha
tallado la lápida con el epitafio de varias especies: el rinoceronte negro
africano (Diceros bicornis longipes) y la subespecie vietnamita del
rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus annamiticus). Y así habrá que
proceder, pronto, con el orix cuerno de cimitarra (Oryx dammah), extinto
en la naturaleza; el kuprey (Bos sauveli), visto por última vez en 1988;
y el rinoceronte blanco (Ceratotherium simum cottoni), del cual solo
persisten tres individuos.
La crisis de la megafauna desencadenada, como ha sucedido
desde el pleistoceno (que finalizó en el 10000 a. C.), por la acción
antropogénica por excelencia más que por factores de otro tipo como los
relacionados con el clima.
SOS. Esa es la voz de atención que se desprende de un
pormenorizado artículo deWilliam Ripple y otros 42 científicos de
todo el globo, publicado en BioSciences. En él se detalla el estado de los 27
grandes carnívoros, de más de 15 kilos, y los 74 herbívoros de más de 100
kilogramos de peso.
La lista es larga: el rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus
sumatrensis) ya está extinto en la naturaleza en Malasia, y se halla al
borde de la extinción en Indonesia, con su población en franco colapso, pasando
de un poco más de 800 individuos a 100 en 30 años, mientras al rinoceronte de
Java (Rhinoceros sondaicus) lo representa hoy una sola población de
alrededor de 58.
Podría decirse, de acuerdo con la información científica
disponible que “el 59 % de los carnívoros más grandes y el 60% de los
herbívoros de mayor talla están en la Lista Roja de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza (Iucn)”, clasificados con el nada motivador
rótulo: “amenazados de extinción”.
Un riesgo claro para algunos de los símbolos mundiales de la
fauna: el león, el tigre, el elefante y los gorilas, que desaparecen en momentos
en los que la ciencia evidencia el rol fundamental que cumplen en los
ecosistemas.
Los autores recuerdan que “los animales de tamaño corporal
grande se ven en mayor riesgo de extinción y declive que los de talla pequeña”
y reconocen que “en ciertos casos, algunas especies de megafauna terrestre han
podido recuperarse debido a la conjunción de programas de conservación, gestión
política favorable y cambios de actitud humana y es indudable que las
poblaciones de otras estarían en una situación apremiante de no ser por el
despliegue de acciones de conservación”.
Pero de esa ayuda no han gozado todas las especies, siendo
más delicada la situación que viven en el África Subsahariana y el sureste de
Asia, lugares que albergan la mayor diversidad de megafauna existente.
Crear conciencia
“Nuestros objetivos aquí son elevar la percepción general
del riesgo en que se encuentra la megafauna y promover el desarrollo de
recomendaciones específicas y de acción concertada, colectiva, que conduzca a
conservar dicha fauna”.
La megafauna, agregaron, provee una amplia gama de servicios
ambientales a través de procesos bióticos (como control descendente en la
cadena trófica) y abióticos (por ejemplo reciclaje de nutrientes, regímenes de
fuego). “Además, numerosas especies funcionan como especies clave o ingenieros
de ecosistemas, regulando efectos en cascada en los ecosistemas en los que
existen”. Y aporta servicios económicos y sociales, como el caso del
ecoturismo, que representa en varios países en desarrollo, el subsector con
mayor crecimiento dentro de la industria general del turismo de acuerdo con un
informe del Programa del Medio Ambiente de Naciones Unidas. Aparte de su aporte
en la conservación, el turismo con base en la vida silvestre contribuye a la
educación, a la economía, generación de empleos y en general al bienestar
humano.
Es el mismo hombre el que acorrala con sus actividades a
este tipo de fauna.
Las causas
Las amenazas no son de ahora pero han venido en crecimiento,
traduciéndose en la destrucción de hábitats, persecución y explotación.
Los grandes mamíferos requieren áreas extensas para mantener
sus poblaciones sanas y deben mantener una densidad baja, en particular los
carnívoros.
Factores antropogénicos como la deforestación, la expansión
de la frontera agrícola, el incremento en la ganadería y otras formas de
expansión humana en el terreno “conducen a la fragmentación y disminuyen la
disponibilidad de recursos, lo que ha degradado severamente el hábitat
necesario para la supervivencia de la megafauna”, escribieron los autores.
Aunque algunas especies muestran una flexibilidad de
adaptación, y logran acomodarse en nuevos ambientes con ciertas condiciones, “la
expansión ganadera, el crecimiento de la población humana y los impactos
acumulados del cambio de uso de la tierra, detonan nuevos conflictos o
exacerban los ya existentes, provocando así declives poblacionales
adicionales”.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) reveló que a 2014 había cerca de 3,900 millones de cabezas de
rumiantes en la Tierra, por solo unos 8,5 millones de animales de 51 especies
(de las 74) de megaherbívoros de las que se tienen estimaciones de su
distribución. Una relación de casi 400 a 1, muestra de la desproporción y la
anexión de áreas para sostener aquel número de cabezas.
En el declive inciden otras acciones como la caza con armas
de fuego y el envenenamiento, en ocasiones con patrocinio gubernamental, además
de la participación de las organizaciones criminales.
Así muchos animales son cazados por sus partes para la
medicina tradicional y el ornato, además de la carne, o por su amenaza a
cultivos o al ganado.
“Entre los casos sobresalientes se incluye la masacre de
elefantes africanos (Loxodonta africana) por el marfil, rinocerontes por
sus cuernos, y tigres (Panthera tigris) por sus partes corporales”.
Otras especies menos conocida también se encuentran
seriamente amenazadas.
Y como la mayoría de los megaherbívoros siguen siendo poco
estudiados, tal laguna de conocimiento hace que su conservación sea más
difícil.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
ANÉCDOTAUNA DECLARACIÓN DE INTENCIONES
“Mientras más analizo las tendencias que enfrentan los más
grandes mamíferos terrestres del mundo, más preocupado quedo de que podamos
perder esos animales (...) Es hora de que realmente pensemos en conservarlos
porque su disminución en número y hábitat está sucediendo con rapidez”, expresó
William Ripple.
Los 43 autores formulan en el artículo una declaración de 13
puntos que llama a conocer las amenazas, detener las prácticas nocivas y a un
compromiso global de conservación y el reconocimiento de que es obligación
moral proteger los animales más grandes del planeta, la megafauna.
Los temas de la
ciencia, la astronomía y el medio ambiente con énfasis en cambio climático
son mis campos de acción periodística. Con vocación por el mundo de los
pequeños felinos y la defensa animal. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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