LO QUE DEJO LA VISITA DEL PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Cárceles: el drama de la sobrepoblación y la violación de
los derechos humanos
CARCELES. La UP1 contiene más de 400 presos, tiene
“carencias”, viola tratados internacionales y la Constitución Nacional, según
denuncian los referentes.
La UP1 contiene más de 400 presos. Presenta “carencias” y
viola tratados internacionales y la Constitución Nacional, según denuncian los
referentes. Las diferentes unidades penales de la provincia fueron sede de
visitas de referentes de derechos humanos y del defensor de la no-violencia,
Pérez Esquivel.
POR: MELISA VEGA
La sobrepoblación, el hacinamiento resultante, la falta de
infraestructura y de condiciones mínimas de salud y educación, son algunas de
las cuestiones a resolver por el Estado en las cárceles correntinas que fueron
muy criticadas por los referentes y defensores de derechos humanos que las
visitaron el pasado jueves.
La violación de tratados internacionales y de la
Constitución Nacional fue el común denominador en la Unidad Penal 1, en el
Penal 6 de San Cayetano y en el Centro de Contención de Menores que dejó una
imagen muy negativa del resguardo de los derechos humanos.
Unidad Penal Nº1: en cada celda conviven entre tres a seis
presos
Con más de 400 reclusos, la UP1 afronta una situación
preocupante hacia los ojos de los referentes. En cada celda conviven entre tres
a seis presos. Los colchones encimados, la ropa colgada, los instrumentos de
cocina y limpieza son una visual constante en cada una de ellas. Los más
afortunados tienen TV o algún equipo de música para distraerse, otros tan sólo
ocupan los espacios vacíos como las paredes para dejar algún mensaje o dibujo y
así encontrar un escape y distraer la vista.
Roberto Cipriano García, director de la Comisión Contra la
Tortura Provincia de Buenos Aires, en conversación con ellitoral.com.ar,
denunció las condiciones y fue tajante al sostener que el penal “debe ser
clausurado”. El referente conversó con presos y tras observar las condiciones
de las celdas, pudo constatar que la
gran mayoría vive la violación de sus derechos y del respeto a la dignidad del
ser humano.
“En estas condiciones, esto se parece a un depósito de
personas y no un lugar pensado para que la mismos puedan mejorar”, afirmó. Así
también fue muy claro al expresar que de esta manera “se alimenta la violencia
y el sujeto se deteriora física y psíquicamente”, por lo que consideró
necesaria la creación de políticas de Estado que sean “centrales, estructurales
y sinceras”, pensadas a partir de
consensos de distintas fuerzas políticas para que no se agoten en un gobierno.
El pabellón 10 de “castigo y aislamiento”, donde conviven
aquellos que tienen problemas de conducta de la UP1, dejó una imagen muy dura
de cómo viven los presos que sólo cuentan con 30 minutos al día para salir a
los pasillos, ir al baño, lavar su ropa o tan sólo escapar del encierro unos
instantes. Algunos deben recurrir a orinar en botellas ya que el tiempo que
pasan encerrados excede al que cuentan para asearse o hacer sus necesidades
diarias, según manifiestan.
“En estas condiciones esto es un depósito de personas y no
un lugar pensado para que los mismos puedan mejorar”, remarcó.
En el pabellón 10 de “castigo y aislamiento” los reclusos poseen solo 30 minutos para
salir a los pasillos.
Mientras cuentan las situaciones que atraviesan y los
castigos que reciben traen a memoria a un ex preso que decidió suicidarse en
febrero de este año: “Estuvo solo un día en este pabellón y no aguantó”, dicen
en referencia a Nelson Solís, un detenido que decidió terminar con su vida en
las mismas instalaciones del penal.
“Sé que estoy en un pabellón de castigo y no soy santo, pero
tanta reja, tanto encierro nos pega mucho”, dice uno de ellos. Las paredes
parecen tomar vida y expresar lo que por dentro los está matando: “No lloren
por mí, yo no estoy muerto, solamente perdí mi libertad”, aparece escrito en la parte superior de las
paredes de unas de las celdas.
La creencia popular también es una imagen que se repite en
cada unidad: santos como el Gaucho Gil o San la Muerte, son los más solicitados
y a quienes le rezan a diario y le piden protección para sus familias.
La población carcelaria de la UP1 es, en su mayoría, de
personas de escasos recursos. Al respecto Cipriano explicó que no se ven a los
autores de delitos complejos o de “cuello blanco” como la trata de persona, el
narcotráfico o los piratas del asfalto, sino que la gran parte de los reclusos
son de delitos simples como hurtos, condenas de 2 a 3 años lo que desliza otra
crítica al sistema:
“El sistema debe dejar de detener personas por delitos
menores y redirigir sus esfuerzos a los autores de hechos complejos (...) una
persona que está detenida por hurto en estas condiciones no va a mejorar”,
afirma Cipriano.
“Sé que estoy en un pabellón de castigo y no soy santo, pero
tanta reja, tanto encierro nos pega mucho”, reiteró.
El referente señala la necesidad de buscar “medidas
alternativas a la prisión”, que sirvan para “acompañar la reinserción” y
asegurar condiciones básicas también para cuando recupere la libertad, porque
de lo contrario “se inserta en un circuito de deterioro y desmejora su
situación”, señaló.
La UP6 y el Centro de Contención al Menor
La Unidad Penal 6 contiene un total de 327 presos procesados
los cuales están divididos en cinco módulos. En la misma los referentes en
Derechos Humanos observaron serias carencias como las conexiones de agua, de
infraestructura y la falta de personal de salud como médicos y psiquiatras, un
detalle no menor para este sector de la sociedad.
Las celdas también son pequeñas, pero a diferencia de la UP1
los reclusos pueden circular por los pasillos hasta horarios nocturnos.
En tanto, en el Centro de Contención al Menor que depende de
la UP6 y contiene por lo menos a 21 menores, se observan otras falencias y
restricciones como los horarios de visita, la infraestructura y la educación.
Los menores comentaban al respecto que no pueden tener
visitas íntimas, además que no poseen agua caliente y el manejo del dinero que
se les otorga para sus gastos queda al criterio de la directora comisaria. En cuanto a la educación, expresaron que es
muy débil ya que los niveles secundarios se dan solo dos días a la semana por
una hora.
Miembros del Comité contra la Tortura de Corrientes junto al
Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, notaron que además se encuentra
“fuera de toda normativa internacional” ya que viola la convención de derechos
humanos que “prohíbe que la custodia del niño que cometa delitos esté a cargo
del servicio penitenciario”. TOMADO DE EL LITORAL DE CTES AR
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