BAHÍA DE LA HABANA
¿Cómo lograr un futuro de aguas limpias?
En estos momentos, la población es la mayor fuente de
generación de residuales sólidos que llegan a la Bahía de La Habana, explicó a
Granma Mercedes Gzegozewski González, directora de Gestión Ambiental del Grupo
de Trabajo Estatal-Bahía de La Habana (GTE-BH)
Un puente y el río Luyanó son la frontera entre Jovellar, en
San Miguel del Padrón, y Lawton, en Diez de Octubre. Foto: Ricardo
López Hevia
Un puente y el río Luyanó son la frontera entre Jovellar, en
San Miguel del Padrón, y Lawton, en Diez de Octubre. Quien transite por este
paso, lejos de encontrar un camino que incite a seguir, solo verá el resultado
de la contaminación, en parte debido a la irresponsabilidad de quienes habitan
en el área.
A este lugar, el que está en el lado del municipio de Diez
de Octubre, le llaman La Virgen aparecida. Ahí reside Paula Hernández
Hernández. Tiene 53 años y desde que nació vive en esta zona.
«Hace dos años que aquí no había contenedores donde arrojar
la basura, por ello, los habitantes de esta área lo hacían en el mismo río. Una
vez esto se solucionó, la mejora se notó. Ahora volvimos a lo mismo, hace
semanas que la basura no se recoge y ya comienza a llegar al Luyanó», relata.
En otro lado de La Habana, más cerca de la bahía y en el
mismo cauce del río, las imágenes no distan mucho de las antes mencionadas.
Quienes habitan cerca del lugar, por la Virgen del Camino, cuentan que cuando
llueve mucho las aguas arrastran la basura con más fuerza y «ahí es cuando se
ve cuánto escombro llega al mar».
Las aguas de este río son solo una parte de las que
desembocan en la Bahía de La Habana junto al Martín Pérez. Por él transita la
mayor carga contaminante proveniente, en su mayoría, de las comunidades que
residen en todo su cauce y que van a parar al mar.
En estos momentos, la población es la mayor fuente de
generación de residuales sólidos que llegan a la Bahía de La Habana, explicó
a Granma Mercedes Gzegozewski González, directora de Gestión
Ambiental del Grupo de Trabajo Estatal-Bahía de La Habana (GTE-BH).
De acuerdo con la especialista, los residuales domésticos
están conectados a los ríos y al alcantarillado de la capital y, además, existe
un nivel bastante elevado de pobladores que se ha conectado de manera ilegal a
los drenajes pluviales.
Todo esto influye en el hecho de que el río Luyanó aporte el
20 % de la contaminación de materia orgánica y nutriente a la bahía. Por ello,
ante la necesidad de reducir dichos niveles, diferentes entidades en la capital
se dieron a la tarea de, con ayuda extranjera, iniciar los estudios para
construir cuatro plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) que
sirvieran como barrera contenedora.
Con la finalización de este proyecto se pretende reciban
tratamiento las aguas residuales municipales que llegan a través del drenaje
pluvial «Agua Dulce», los residuales de seis industrias y la capa
superficial
del río Luyanó.
Hasta el momento, solo las ptar Luyanó iv y Mantilla están
en los inicios de su funcionamiento y aún en espera de concluir se encuentran
las obras de Monterrey (para inicios de 2019), La Prosperidad y San Matías.
Con la puesta en marcha en su totalidad de la Luyanó IV, se
procesarán en la primera etapa 200 litros por segundo de aguas residuales y,
concluida la segunda, llegará hasta los 400 litros por segundo.
Para ello, el agua residual seguirá su cauce natural hasta
entrar a la planta donde comienzan una serie de tratamientos y procesos para la
limpieza de la misma.
El funcionamiento de la PTAR Luyanó IV tendrá un positivo
impacto socieconómico y ambiental, porque propiciará la reducción de la
contaminación de las aguas de la Bahía de La Habana, favoreciendo la progresiva
recuperación de este ecosistema.
Esto permitirá reorientar su uso hacia actividades
económicas y ambientalmente sostenibles, como son las propuestas turísticas
previstas en el programa de desarrollo futuro de este enclave geográfico de la
capital.
En el 2017, el Plan Maestro de la Oficina del Historiador de
La Habana publicó un libro que recoge un primer momento del plan de manejo del
paisaje cultural de la Bahía de La Habana y su entorno.
Este libro tuvo en cuenta la situación medioambiental, «por su
importancia en la preservación y conservación del patrimonio edificado y
natural».
Se consideró la incidencia de la contaminación terrestre
provocada, además de por los factores ya descritos, por el aire, debido a la
emisión de gases, de polvo y de ruidos, elementos nocivos para la salud humana
y la calidad ambiental urbana.
Miembros de la Brigada de Costa, perteneciente al Grupo de
Saneamiento de la Bahía, realizan trabajos de limpieza cerca de la terminal de
contenedores. Foto: Ricardo López Hevia
La PTAR Luyanó IV reducirá en un 56 % la carga contaminante
proveniente del río Luyanó. Foto: Ricardo López Hevia
PROCESOS INDUSTRIALES VS. SANEAMIENTO AMBIENTAL
Desde el 2014, la Bahía de La Habana y su zona de
amortiguamiento son consideradas Zona de Protección de la República de Cuba
mediante la Resolución 13 de la Comisión Nacional de Monumentos, adscrita al
Ministerio de Cultura.
Pero esta zona se caracterizó durante muchos años por su
función marítimo-portuaria solamente, lo cual incidía en el alto grado de
contaminación.
En estos momentos, este concepto se ha transformado y se
piensa para que su función esté encaminada a un carácter más turístico y
recreativo.
Para ello, el gte-bh está trabajando en mejorar las
condiciones de la bahía. En los 20 años de creado el grupo, se ha logrado
disminuir la carga contaminante de las entidades en un 78 %.
Esto se debe, entre otras razones, a la elevación del
desempeño medioambiental de las fuentes contaminantes, lo que no significa que
dejen de contaminar completamente, destacó la Directora de gestión ambiental
del GTE-BH.
También por la desactivación de algunas empresas, entre
ellas las centrales eléctricas Antonio Maceo y Frank País, se sacaron
completamente de la cuenca de la bahía los mataderos Ciro Redondo, Jesús
Menéndez y Antonio Maceo, que vertían niveles altísimos de contaminación, la
empacadora El Miño, una fábrica de levadura, y la planta de refinación de
aceite comestible Alberto Álvarez, entre otras instalaciones.
Otro de los motivos es la remodelación tecnológica o cambio
de uso de muchas de estas entidades, entre ellas la fábrica de gas
manufacturado Evelio Rodríguez Curbelo, que con la introducción de generaciones
más limpias tiene un proceso completamente noble, acciones que desde el punto
de vista empresarial han reducido la carga contaminante.
De acuerdo con el libro del Plan Maestro sobre la Bahía de
La Habana, «la refinería Ñico López está considerada entre los tres focos con
mayor aporte de contaminación por el vertimiento de residuales líquidos, la
emisión de gases contaminantes a la atmósfera y al suelo, lo que puede provocar
contaminaciones ocasionadas por compuestos químicos orgánicos dañinos para la
salud humana y el medioambiente».
Esta refinería, agrega el documento, aporta el 90 % de la
carga contaminante total que recibe la Bahía de La Habana de las industrias que
vierten sus residuales allí.
Sin embargo, la Directora de gestión ambiental del GTE-BH
comentó que, si bien es cierto que estas cifras son una realidad, la Ñico López
contempla en su proceso inversionista mejorar los impactos medioambientales que
genera.
El proceso natural de esta entidad es la refinación de
petróleo, por lo que su residual va a estar vinculado a ese producto. «La
refinería aporta la mayor cantidad de hidrocarburos a la bahía no solo por la
dimensión de la empresa misma, sino además por lo riguroso y amplio de sus
procesos», aseguró.
Destacó además que la barrera fija de la refinería fue
afectada por la ocurrencia de fenómenos meteorológicos y en estos momentos se
está trabajando en función de solucionar los problemas, aunque este diario no
pudo constatarlo in situ.
Otras entidades que aportan son las pertenecientes a la
Industria Alimentaria, con el 1,6 % de la carga contaminante que llega a aguas
de la Bahía de La Habana.
A largo plazo, también se trabaja para que cada una de las
empresas que aún permanecen en el área generen sus propias soluciones con
plantas de tratamiento y así minimizar el impacto de los residuales.
La mayor parte de la contaminación que llega a la Bahía de
La Habana proviene de las áreas residenciales.Foto: Ricardo López
Hevia
CALIDAD NECESARIA DE LAS AGUAS
Los parámetros que se usan fundamentalmente para medir la
calidad del agua son varios: oxígeno disuelto, demanda bioquímica de oxígeno
(concerniente a la carga orgánica que hay en la bahía), el porcentaje de
hidrocarburo, sólidos totales, entre otros.
Las mediciones de dichos parámetros tienen un sistema de
monitoreo en el año y se realizan en cinco puntos específicos donde se toman
muestras todos los meses: en cada una de las ensenadas, en el centro de la
bahía, a la entrada del canal, Playa del Chivo y la Caleta de San Lázaro.
Como proceso natural de depuración, explicó Mercedes
Gzegozewski, la bahía tarda entre ocho y nueve días para ello, situación que no
logra ser suficiente con la carga contaminante que está llegando en estos
momentos.
Para la actividad del uso recreativo-turístico que se
proyecta para la bahía en algún momento, todavía se mantiene en un porcentaje
desfavorable la carga contaminante, al no cumplir con los parámetros para ese
tipo de opciones, agregó la especialista.
Aunque en un estudio realizado en el 2012 se concluyó que,
si bien la Bahía de La Habana todavía presenta una situación desfavorable en
cuanto a la calidad de las aguas, evidencia el impacto positivo de las medidas
de mitigación de las fuentes contaminantes ejecutadas en los últimos años.
Sin embargo, es preciso no retroceder, no descuidarse, de
ahí la importancia de la sostenibilidad a largo plazo de todas las medidas de
rehabilitación tomadas.
Mientras, queda por parte de todos, tanto de los ministerios
relacionados con las industrias en la zona como de la población, lograr reducir
al mínimo los niveles de contaminación que llegan a la Bahía de La Habana.
No basta con las acciones que se están llevando a cabo. Para
que sus aguas vuelvan a lucir bien, es necesario crear conciencia de que la
contaminación es una realidad que está afectando directamente a este entorno
paisajístico de gran valor para todos los que viven en la capital.
Una de las variantes para recoger los desperdicios es
mediante trabajos manuales. Foto:Ricardo López Hevia.
EN CIFRAS
- Bahía de La Habana
- 18,9 km Perímetro
- 9,0 m Profundidad total
- 47 millones m3 Volumen del agua
- 520 ha Área total
- Datos de la Cuenca tributaria
- 8 500 ha Área total
- 906 000 Habitantes
- 18 Drenes pluviales
- 6,0 km Perímetro costero de influencia
CAUSAS QUE PUEDEN OCASIONAR CONTAMINACIÓN EN CONTEXTOS URBANOS
- Insuficiente cobertura de tratamientos de residuales
líquidos e ineficiente funcionamiento de los sistemas existentes.
- Disposición final de los residuales líquidos y sólidos
contaminados a corrientes de aguas superficiales, terrestres y marinas, y a los
sistemas de alcantarillado y drenaje pluvial.
- Inadecuado manejo de los residuos sólidos urbanos,
incluidos los peligrosos y los inertes.
- Alta densidad poblacional.
Foto: Granma
TOMADO DE LA GRANMA
DE CUBA