lunes, 17 de diciembre de 2018

LA POBREZA QUE ARGENTINA SUPO CONSEGUIR


 LA POBREZA QUE SE SUPO CONSEGUIR
Por Daniel Muchnik
Nota publicada en infobae.com
La pobreza en la Argentina escaló al 33,6% y afecta a 13 millones y medio de personas sobre una población total que supera los 44 millones de habitantes. En el conurbano ronda en torno del 43%. Entre 2017 y 2018, en apenas 12 meses ingresaron 2 millones de nuevos carenciados a la población debilitada por la inflación extenuante, el desempleo y el atraso en los salarios.
Habrá gente que lo querrá negar, pero el Observatorio de la Deuda Social, dependiente de la Universidad Católica Argentina, a cargo del investigador Agustín Salvia nunca dio una cifra, tras sondeos en profundidad, que desmienta a la realidad.
Paralelamente, el Indec daba cifras provocadoramente mentirosas y Guillermo Moreno, que estaba a cargo desde sus funciones de Secretario de Comercio, se pavoneaba pregonando que lo que el Indec decía era santa palabra.
El Gobierno de Mauricio Macri ha admitido la suba de los pobres pero dijeron que están a la espera de los datos del Indec, dirigido por el respetado economista Jorge Todesca. ¿Fue una respuesta inteligente frente a las estadísticas de un valorado Observatorio que se ocupa de describir los movimientos sísmicos en la sociedad?
Este sólo dato muestra una administración que viene fracasando y busca paliativos con subsidios, al estilo del gobierno anterior. La ayuda del Estado no ha modificado el estado precario de las cosas.
Las cifras son apabullantes. Salvia aclaró que su trabajo no tiene un sesgo partidario y el Papa, a quien se los acusa de divulgar estas estadísticas, no tiene nada que ver. Para Salvia, del 2010 en adelante conforma una década perdida en la recuperación de los distintos estratos sociales. Señaló: “El actual es un modelo económico desequilibrado, que no se modifica aunque lluevan inversiones”. Por supuesto que los inversores están esperando al resultado de las elecciones en 2019, pero aun así, aunque el populismo sea derrotado, demorarán un tiempo.
¿Qué segmentos de la población descendieron más? Entraron en la pobreza bolsones importantes de clase media baja y otros tantos de la clase media no profesional, sin títulos especializados. El resultado es muy parecido al del año 2016, en pleno kirchnerismo. La pobreza había embolsado al 50% de la población en los desbordes financieros y económicos del 2001/2002.
El Observatorio también puso el semáforo en rojo frente al incremento de la inseguridad alimentaria (familias que pasan hambre o comen una sola vez al día) arrastrando en ello el 20% de los ciudadanos cuando el año pasado oscilaba en el 15%.
En el medio de esta tormenta el Gobierno ha puesto sobre el tapete, habida cuenta del apriete del Fondo Monetario y la impericia de algunos funcionarios, la polémica en torno de la seguridad, al uso de las armas por las fuerzas de seguridad y al contenido de la inminente reforma del Código Penal. Pero, por sobre todas las cosas, el Gobierno ya ingresó en la campaña electoral.
Marcos Peña, Jefe del Gabinete, y sus asesores, no tienen todavía en cuenta las cifras del Observatorio de la Deuda Social pero prevén, con su persistente optimismo, que Cambiemos o el Pro o cualquier alianza ampliada donde el Pro lleve la batuta, dispondrá del apoyo de un tercio de los votantes, más allá de las “dificultades económicas”. Esa seguridad puede ser puesta en duda. Por supuesto: todo va a depender de las circunstancias en el tiempo de las elecciones.
El peronismo disgregado no ha podido gestar un líder o un candidato firme que pueda hacer frente a la maquinaria oficialista. Se verá entonces, qué chances tiene el electorado, si seguir por un camino o cambiarlo por otro. Es probable que nadie lo haga con los ojos cerrados.
La campaña por la reelección tiene un ánimo superador y pone a la reunión del G20 como ejemplo. Consideran, seguramente exagerando su narcisismo, que Cambiemos representa lo que la gente quería y ha efectuado cambios profundos que importantes sectores no tienen en cuenta.
El Gobierno no ha podido responder a los reclamos urgentes de atención que se formularon desde distintas áreas de la actividad económica. Conviene repasar las serias dificultades que enfrenta en estos momentos y que se trasladan por lo menos al primer semestre del 2019.
El uso de la capacidad industrial instalada descendió un 65%. La estigmatizada recesión con inflación se tradujo en que las áreas más golpeadas de la producción fueron las metálicas básicas, el papel y cartón, los minerales no metálicos, los productos y las sustancias químicas, alimentos y bebidas, la edición e impresión, los productos del caucho y plástico, los productos textiles y la industria automotriz.
En síntesis, el cuarto año de Macri se inicia con casi la totalidad de los indicadores en descenso abrupto. Los mismos supermercados gigantes están en emergencia.
Es decir: la campaña electoral que ya comenzó sólo podrá llegar a buen término con realizaciones y no con promesas. Una faena delicada dado el encierro en el duro programa del FMI al que está sumido el Gobierno de Mauricio Macri.// TOMADO DE EL LITORAL DE CTES AR

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