Por Osvaldo Nicolás
Pimpignano
El pasado 30 de
noviembre una parte de los bonaerenses vivieron una inusual situación. Un
movimiento telúrico de una magnitud de
3,8 en la escala de Richter con epicentro en Esteban Echeverría. Fue leve y no
provocó daños, y las redes estallaron con las repercusiones.
Para quienes somos habitantes de la región este/norte de la
provincia de Buenos Aires los sismos o temblores son cosas que suceden muy
lejos y en zona montañosas o volcánicas. Es más, nunca las últimas generaciones
han registrado relatos familiares de un acontecimiento de esta naturaleza, tampoco
los textos escolares relatan situaciones como esta, pero la historia si los ha
registrado y en más de una ocasión. En esta oportunidad el sismo no provocó
heridos ni situaciones de emergencia, pero sí la evacuación preventiva del
personal de un edificio público, en las calles 6 y 35, porque se produjo una
rajadura en el piso.
Entre las repercusiones en las redes, algunas personas se
preguntaban sobre lo que llamaban “casualidad” de que el sismo ocurriera en la
región donde se estaba desarrollando el G-20, algo que no tiene ninguna
relación. Mientras tanto el Inpres, lo
calificó como un evento no destructivo, a pesar que liberó la suficiente
energía para que sea percibido. Pero retomando las implicancias con el G-20 hay
versiones no confirmadas que “La Bestia” como se denomina a la limusina
Cadillac producida por General Motors, de casi 6 metros de largo, y con peso
que ronda las 6,8 toneladas de peso, que traslada al Presidente Donald Trump, se detuvo en el preciso momento del episodio.
Esto se pudo deber, de haber sucedido, a dos posibles situaciones, el conductor
percibió el acontecimiento o el vehículo cuenta entre otros muchos accesorios,
con sismógrafos que le servirían para detectar
explosiones cercanas.
El Instituto Nacional de Prevención Sísmica, (Inpres)
precisó que el temblor se registró donde se sitúa el barrio privado La
Horqueta, en Canning, Esteban Echeverría. El sismo, de carácter superficial, se
irradió hacia otras localidades del sur del Gran Buenos Aires como Bernal,
Quilmes, Florencio Varela, Berazategui, Ensenada, Berisso, Lomas de Zamora,
Lanús y Almirante Brown y alcanzó a La Plata.
Geofísicos del Inpres señalaron que “si bien es un fenómeno
muy poco usual, a diferencia de lo que la gente cree Buenos Aires no es una
zona asísmica, sin ocurrencia de sismos, sino una zona sísmica en la que
ocurren eventos con muy poca frecuencia”.
En ese sentido, recordaron que “en 2016 se registraron dos
sismos en el suroeste, en Sierra de la Ventana: uno el 9 de agosto, de 3,7
grados en la escala de Richter, y otro el 4 de noviembre, de 4 grados. Y entre
los registros históricos, hay que señalar el de 1845 de 5 grados en la
escala Mercalli Modificada –en esa época
no había sismógrafos y esta escala mide la intensidad como fue percibida y por
sus consecuencias observables, otro en 1876 de igual magnitud, y el más fuerte,
de 6 grados, en 1888 que afectó a toda la costa del Río de la Plata,
especialmente Buenos Aires y Montevideo”.
De todas formas, los especialistas destacan que el umbral de
daño suele aparecer recién a partir de los 6 grados, o 5,5 en construcciones de
mala calidad. Dado la baja actividad telúrica bonaerense hay pocas estaciones
sísmicas para registrar los fenómenos, lo que hace que no se pueden medir eventos
de menos de 3,5 grados.
El temblor, de corta duración, entre cinco y diez segundos,
que alarmo bastante a los bonaerenses generó burlas e ironías en la región cuyana
donde los temblores son casi diarios y de mayor intensidad. Por ejemplo el día
anterior el Inpres registró otros nueve movimientos sísmicos, cuatro de ellos
en San Juan, los otros, en La Rioja, Catamarca, San Juan, Jujuy y Mendoza.
Más recientemente se registró un movimiento telúrico de
magnitud 6,3 a 111 kilómetros al este de la isla Visokoi, Georgia del Sur y las
islas Sandwich del Sur. El epicentro del temblor se produjo a 10 kilómetros de
profundidad, lejos de las zonas pobladas, por lo que no hubo riesgo para las
personas y las escasas construcciones de las islas.
Sin embargo, a pesar de lo casi folklorico del sismo, ha
servido para que los bonaerenses nos demos por enterados que estos
acontecimientos suceden bajo nuestros pies.
Recientemente se conoció un acontecimiento sísmico que
podríamos llamar global que llamo poderosamente la atención de los científicos
que lo denominaron “Ondas sísmicas globales” y que se desarrollaron desde el 11
al 30 de noviembre pasado con 19 episodios sísmicos, que consideraron como “novedosos”.
Pero esto será tema de la próxima nota.
Fuentes: Sismicidad
y sismotectónica en Uruguay por Alberto Benavidez Sosa – MysteryPlanet y UKEQ
Bulletin, vía Twitter
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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