Ningún sistema de evacuación de aguas residuales será suficiente si no se detiene el proceso de urbanización desmedido, advierten especialistas. Llaman a autoridades a revisar la política poblacional en el Valle de México
El crecimiento acelerado de la población, ante una infraestructura que data de 1975, la falta de mantenimiento de las redes de drenaje y hasta el cambio en el patrón de lluvias que se ha registrado en los últimos años son parte de las razones por las cuales el sistema de drenaje profundo podría quedar rebasado, coincidieron, por separado, funcionarios y especialistas.
De acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), la evacuación de aguas negras —en época de estiaje— es de 25 metros cúbicos por segundo, pero cuando está la temporada de lluvias, la demanda de desalojo se incrementa hasta los 200 metros cúbicos por segundo.
Por ello, al drenaje superficial de 12 mil kilómetros, al Gran Canal del Desague, al sistema de interceptores en el poniente, el Río de los Remedios, y al Dren General del Valle y al drenaje profundo, cuyo cuerpo principal es el emisor central, se sumará uno más: el Túnel Emisor Oriente (TEO) cuya construcción costará más de 12 mil millones de pesos.José Miguel Guevara Torres, coordinador General de los Proyectos de Abastecimiento y Saneamiento del Valle de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), explica que con el TEO se elevará la capacidad de evacuación del agua de lluvia hasta 345 metros cúbicos por segundo. “Nos aguantará, con el mantenimiento adecuado, hasta 100 años”, afirma.
Por dificultades técnicas, para 2012, el TEO sólo operará en una primera etapa que aportará 40 metros cúbicos más para la evacuación del agua. El funcionario reconoce que no es la gran solución para resolver el tema pues a la par de nuevas construcciones debería darse una revisión en la política poblacional, es decir, la construcción de más vivienda en el Valle de México.
Agustín Breña, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica en su texto Problemática del recurso agua en grandes ciudades: Zona metropolitana del Valle de México, “estamos edificando ciudades monstruos que demandan muchos recursos naturales y hemos modificado el entorno”, por lo que, propone, detener el proceso de urbanización desmedido y aplicar un riguroso reordenamiento territorial.En las entrañas de la ciudad
Debajo de las casas y calles de la ciudad de México, desde hace cuatro años, decenas de trabajadores bajan hasta a 130 metros de profundidad para reparar el emisor central y los interceptores que forman los 168 kilómetros del drenaje profundo y una de las cuatro salidas de aguas del Valle de México.
El objetivo es reforzar la estructura de las tuberías para evitar un colapso y por ende una gran inundación que, según cálculos de la Conagua, abarcaría desde la zona del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el Centro Histórico de la Ciudad de México hasta llegar a la colonia Obrera, en la delegación Cuauhtémoc.
Pero también se extendería a municipios del Estado de México como Nezahuatcóyotl y Ecatepec.
La primera gran obra se inauguró en 1900, bajo la presidencia de Porfirio Díaz: El Gran Canal del Desague. Luego en 1975, el emisor central que es la columna vertebral de drenaje profundo. A ello se suman las presas, lagos y hasta alcantarillas que conforman el sistema superficial.Un diagnóstico realizado por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), iniciado en 2007, indica que el emisor central no presentó daños que constituyan un riesgo de falla estructural o colapso. Sólo deterioro en el revestimiento del tramo inicial del túnel y en lumbreras.
Por lo que se reforzó y rehabilitó para recuperar la capacidad original de desalojo de aguas que disminuyó de 170 a 130 metros cúbicos.
Ramón Aguirre, titular del SACM, informó que se ha reforzado estructuralmente el tubo del drenaje profundo lo que disminuye los factores de riesgo de una falla en el sistema.
Detalla que en el caso del emisor central, que mide 50 kilómetros la afectación mayor ocurrió en las orillas de las lumbreras, en los interceptores.La importancia de los trabajos de rehabilitación es porque una falla en el drenaje profundo tendrían alcances catastróficos para la ciudad de México, consideró Ramón Aguirre.
Reconoció que antes del inicio de las labores, que no se efectuaban desde hace 13 años, generaron que si bien el drenaje no tuviera riesgo de colapso, “si estaba fuera de los parámetros de seguridad razonable de lo que está en riesgo que es la vida de la ciudad”.
En coordinación, los gobiernos federales, del Estado de México y capitalino han invertido de 2007 a 2011, mil 851 millones de pesos para la rehabilitación, la cual debe continuar.Las siguientes acciones, comenta Aguirre, es trabajar en la recuperación de la capacidad de desalojo del túnel, el cual se complementará con el TEO.
Los asentamientos diferenciales provocaron que el Gran Canal de Desague perdiera su pendiente por lo que expulsar el agua a través de la gravedad ya no era posible —paso de 80 a 15 metros cúbicos por segundo—. Fue con la construcción de cuatro plantas de rebombeo que se restituyó su capacidad con 30 metros cúbicos adicionales.En el futuro, expuso Aguirre, sería conveniente revisar la situación del drenaje profundo, pero descartó que haya daño que ponga en riesgo la estructura. Añadió que en los últimos dos años se han presentado lluvias fuera de la temporada por lo que se han modificado, entre otras cosas, la forma de trabajar en el mantenimiento del drenaje profundo.
Pero también, esto ha alertado a las autoridades federales, mexiquenses y capitalinas, para reactivar un protocolo de actuación ante la presencia de las llamadas lluvias “atípicas”.
tomado de Johana Robles | El Universal de Mexico
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