El Mar Muerto se muere. La reducción en un 98% del caudal del río Jordán que lo alimenta y la sobreexplotación industrial para extraer sus minerales amenaza con hacer desaparecer una formación única en el mundo.
Disfrutar de la sensación de ingravidez que produce flotar en el agua hipersalina de este balneario y untarse el cuerpo con su aceitoso barro será un lujo del que no podrán disfrutar las próximas generaciones, según los expertos.
Las aguas del Mar Muerto descienden al vertiginoso ritmo de un metro por año, lo que podría hacerlo desaparecer en tan solo cuatro décadas, afirman. Sin embargo, otros predicen que nunca dejará de existir, gracias a los aportes de aguas subterráneas, aunque se encogerá hasta tener tan solo el 30% de los 625 km 2 que ahora ocupa.
Los grupos de defensa del medio ambiente denuncian que ni Israel ni Jordania ni la Autoridad Nacional Palestina hacen nada por conservar el lugar más bajo del planeta (situado a 416 metros bajo el nivel del mar), famoso por sus propiedades saludables y cosméticas y una densidad de oxígeno aumentada.
El deterioro en las últimas décadas ha hecho que la parte norte y sur del gran lago salino hayan quedado totalmente desconectadas.
"El mayor problema del Mar Muerto es que ya no recibe apenas agua del Jordán. Frente a los 1.300 millones de metros cúbicos al año que recibía en los años cincuenta, ahora solo llegan unos 50 millones", explica Mira Edelstein, portavoz de la ONG Amigos de la Tierra Oriente Medio. EFE
tomado del Expreso de Ecuador
Disfrutar de la sensación de ingravidez que produce flotar en el agua hipersalina de este balneario y untarse el cuerpo con su aceitoso barro será un lujo del que no podrán disfrutar las próximas generaciones, según los expertos.
Las aguas del Mar Muerto descienden al vertiginoso ritmo de un metro por año, lo que podría hacerlo desaparecer en tan solo cuatro décadas, afirman. Sin embargo, otros predicen que nunca dejará de existir, gracias a los aportes de aguas subterráneas, aunque se encogerá hasta tener tan solo el 30% de los 625 km 2 que ahora ocupa.
Los grupos de defensa del medio ambiente denuncian que ni Israel ni Jordania ni la Autoridad Nacional Palestina hacen nada por conservar el lugar más bajo del planeta (situado a 416 metros bajo el nivel del mar), famoso por sus propiedades saludables y cosméticas y una densidad de oxígeno aumentada.
El deterioro en las últimas décadas ha hecho que la parte norte y sur del gran lago salino hayan quedado totalmente desconectadas.
"El mayor problema del Mar Muerto es que ya no recibe apenas agua del Jordán. Frente a los 1.300 millones de metros cúbicos al año que recibía en los años cincuenta, ahora solo llegan unos 50 millones", explica Mira Edelstein, portavoz de la ONG Amigos de la Tierra Oriente Medio. EFE
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