Agonizan dos "áreas protegidas" de Córdoba
Los corredores biogeográficos del Chaco Árido y del Caldén
nunca cumplieron su objetivo y sufrieron varios desmontes. En su discurso ante
la Legislatura, De la Sota los incluyó dentro de las hectáreas conservadas.
En el inicio de sesiones del año 2013 de la Legislatura, el
gobernador José Manuel de la Sota destacó que Córdoba preservaba más de tres
millones de hectáreas de ecosistemas, lo que la convertía en la segunda
provincia con más superficie protegida, detrás de Misiones.
Sin embargo, esos tres millones se reducen a menos de la
mitad si se dejan de lado los dos corredores biogeográficos, el del Caldén (665
mil hectáreas) y el del Chaco Árido (1.173.000 hectáreas).
Estas figuras fueron creadas en 2003 por decreto del propio
De la Sota, pero no están incluidas dentro la ley 6.964 o “Régimen de
conservación de áreas naturales y creación del servicio provincial de áreas
naturales”.
Esta norma indica como categorías de protección parques y
monumentos naturales, refugios de vida silvestre y reservas provinciales de
diversos tipos. No se menciona la figura de “corredor biogeográfico”.
El decreto que los creó en 2003 sólo declara de interés
público la conservación y el desarrollo de estas biorregiones.
Determina que los desmontes que se hagan en estos sectores
deberán someterse a un Estudio de Impacto Ambiental. Y faculta a la autoridad
de aplicación “en el marco de la ley 6.964”, a promover “la gradual
incorporación de inmuebles al régimen de ambientes de conservación establecidos
en esta ley”.
Más allá de lo que digan los papeles, en la realidad se
corrobora que estos corredores biogeográficos no funcionan como áreas
protegidas.
“El objetivo fundamental era que cualquier intervención
debía ser debidamente evaluada y autorizada. Era mucho más severa que la norma
que protege cualquier campo privado. Pero este decreto no funcionó para nada”,
comenta el biólogo e investigador de Conicet Marcelo Cabido, uno de los autores
intelectuales de la iniciativa de los corredores.
Y sentencia: “No son áreas protegidas. La mitad del Chaco
Árido se ha desmontado desde el decreto. En el caldén también ha habido
desmontes. Son menos que un papel. No han protegido absolutamente nada” (ver
Infografía).
Enrique Bucher, reconocido biólogo de la Universidad
Nacional de Córdoba, asegura que la región del Caldén fue muy afectada por los
desmontes.
“Sobre el área de Caldén, en el sur de Córdoba y norte de La
Pampa, se ha producido un desmonte muy intenso recientemente y se ha
reemplazado la vegetación natural por pastizales. Se ha sembrado girasol y
soja”, comenta.
Cabido entiende que la única área protegida de Córdoba que
funciona correctamente es el Parque Nacional el Condorito. “En general, las
jurisdicciones provinciales y municipales del país hacen poco y nada por la
conservación”, agrega.
La Provincia tiene a su cargo 11 áreas protegidas. Además,
hay más de una decena en manos privadas.
Es el caso de la Reserva Realicó, la única iniciativa que
prosperó tras la creación de los corredores biogeográficos.
Son 5.300 hectáreas resguardadas bajo la figura de Reserva
Forestal dentro del corredor del Caldén.
En 2009 se realizó un intentó para reintroducir allí la
mara, la liebre criolla que supo habitar casi toda la provincia.
Bucher ha dedicado buena parte de su vida a investigar los
Bañados del Río Dulce y Laguna Mar Chiquita, la reserva provincial más grande,
con más de un millón de hectáreas.
Entiende que esta región está relativamente bien. “Al menos
tiene un destacamento (edificio) y personal permanente, aunque pocos. Lo que
aún no tiene es un Plan de Manejo, como corresponde por tratarse de una reserva
provincial y por ser sitio Ramsar (humedales de importancia internacional)”,
puntualiza. Y destaca que la principal amenaza actual es la disponibilidad de
agua del río Dulce.
Diferentes protecciones
Parque Natural. Es la categoría de máxima protección
que posee la Provincia, según la ley 6.964. Se conserva por sus características
naturales y paisajísticas. Son extensos y dependen completamente del Estado. No
se permite ninguna actividad humana (extracción de productos naturales,
agricultura, ganadería, minería). Sólo hay uno: Chancaní.
Refugio. Se destacan por tener una o varias especies
animales o vegetales de alto valor genético. Por lo general, son provinciales.
No se permiten actividades productivas. Ejemplo: Paso Viejo o Monte de las
Barrancas.
Reserva. Hay de varios tipos y la mayoría están
conformadas por predios públicos y privados. La Provincia las debería controlar
técnicamente. El objetivo es proteger un ecosistema ya transformado, pero en
equilibrio, o bien una cuenca hídrica (La Quebrada, por ejemplo), algunas
especies arbóreas o animales o restos arqueológicos (Cerro Colorado). Se
permiten la agricultura y otras actividades, pero conforme con el Plan de
Manejo elaborado por la Provincia.
Corredor biogeográfico. Esta categoría no está
incluida dentro de la Ley de Áreas Protegidas (6.964). Hay dos, y fueron
aprobados por decreto. Se entienden como un instrumento para promover que
algunos predios privados ubicados en estos corredores se transformen en
reservas, refugios o parques naturales. Además, el Estado debería ejercer mayor
control que en cualquier otro campo.
Enviado por marco Ferrero
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