martes, 2 de abril de 2013

BROMATOLOGIA , adiós gracias al neo-liberalismo


Los yogures ya no caducan a los 28 días de ser elaborados. El Gobierno ha derogado la norma que definía que estos productos debían tener un plazo límite de expiración. Desde ahora —la derogación se publicó en el BOE el 29 de marzo— las empresas decidirán qué fecha de consumo preferente dan a sus productos. Esa data marca el plazo tras el cual el alimento sigue siendo seguro, pero ha perdido algunas características organolépticas (sabor, textura, color). El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha anunciado esta medida dentro de la estrategia contra el desperdicio de alimentos que ha presentado este martes en Madrid.
Cañete, que hace unos meses declaró que no tenía ningún problema en comer estos productos fuera de su fecha de caducidad, ha explicado que la reforma sobre los yogures asimila a España con el resto de países de la Unión Europea, donde estos lácteos fermentados no caducan (la caducidad marca el momento a partir del cual el alimento ya no es seguro para su consumo) sino que son productos con fecha de consumo recomendado.
Los fabricantes creen que se debería conservar la fecha de caducidad aunque apuestan por aumentarla a 35 días
Las empresas del sector, sin embargo, no están conformes con la medida del Gobierno. La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), considera que se debería mantener la fecha de caducidad en lugar de apostar por la de consumo preferente. Aunque sí se muestran partidarios de aumentar ese plazo de expiración e los 28 días tradicionales a 35, como explica Luis Calabozo, director general de la Fenil, que integra a la Asociación Española de Fabricantes de Yogur y Postres Lácteos Frescos --donde se agrupan todos los fabricantes que comercializan sus productos en España--. “Consideramos que la fecha de caducidad otorga más orientación al consumidor. Aunque la responsabilidad última es suya, los fabricantes consideran que en el mensaje que proporciona el plazo de caducidad es más firme”, dice.
Fenil considera que las características específicas de España, por su clima fundamentalmente, hacen que sea "más oportuno" marcar estos productos con una fecha de caducidad en lugar de la de consumo preferente que impera en la UE. Las empresas no dicen que tras ese plazo de 35 días que proponen el alimento ya no sea seguro, aunque sí que “aumentan las probabilidades de que se pueda sufrir algún problema en función de la conservación”. “Por eso, los fabricantes evalúan que lo mejor es la fecha de caducidad, prefieren dotarse de esa seguridad”, indica Calabozo, que explica que a pesar de la derogación de la normativa anunciada hoy por Cañete, se está en proceso de modernizar la reglamentación que regula la comercialización del yogur; y en ella --que está analizando ahora la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición-- todavía se podría añadir esa fecha de caducidad de 35 días que proponen.
No obstante, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha precisado que a partir de ahora, las empresas comenzarán a etiquetar sus yogures con las nuevas fechas. Un plazo que decidirán en función del tipo de producto, envase que utilizan o zona de comercialización, por ejemplo. "Ya no va a haber confusión para el ciudadano, que a partir de la fecha de consumo preferente deberá tomar su decisión", ha dicho Cañete, que ha asegurado que la norma que fijaba la caducidad de los yogures en 28 días "llevaba a mucho desperdicio de un producto básico para la alimentación y un grado muy alto de consumo". Un producto ácido, además, en el que es difícil que, si está bien conservado y cerrado, proliferen microbios patógenos.
Los yogures eran uno de los pocos alimentos cuya fecha de caducidad estaba marcada por ley. De momento, el Gobierno no se plantea reformar otras normas que definen o recomiendan los plazos en los que los alimentos son aptos para el consumo. Normalmente solo la comida perecedera --pescado, carne, pastelería-- está marcada con una fecha de caducidad, que oscila entre los dos y los 30 días, según el tipo de alimento y el modelo de envase. Los embutidos, helados, legumbres o quesos no caducan. Pueden durar en perfectas condiciones hasta tres años, en función del producto; por eso llevan la etiqueta de “consumir preferentemente antes de...”, que indica el momento a partir del cual el producto va perdiendo propiedades: tiene menos cualidades, pero continúa siendo seguro. Entre estos últimos estará también el yogur.
España desperdicia siete millones de toneladas de alimentos perfectamente válidos al año
La de la revisión de las fechas de caducidad y consumo recomendado es solo una de las medidas que se integra dentro de la estrategia Más alimento, menos desperdicio con la que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente quiere poner freno al despilfarro de comida que se da cada día en España. Este país, el sexto de la Unión Europea qué más despilfarra, arroja cada año siete millones de toneladas de alimentos perfectamente válidos al contenedor. Una cifra que el Gobierno pretende reducir a la mitad con la estrategia de aquí a 2020. Para ello se va a tratar de reforzar el comercio de proximidad, se harán guías de buenas prácticas para consumidores, restaurantes y empresas, se fomentará la aplicación de la tecnología a la conservación de los alimentos y se reforzarán los convenios con los bancos de alimentos para poder canalizar hacia ellos los productos que todavía son aptos para el consumo.
Tomado de el país de España 

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