Organismos no tienen
tecnología para analizar toxicidad de las algas
Informe de ONU señaló que de 25 floraciones de microalgas,
solo estudiaron la toxicidad en tres casos
Foto Floraciones de cianobacterias en lago Martínez
Entre 1994 y 2005 se registraron 25 casos de floraciones de
16 especies de microalgas potencialmente tóxicas, perjudiciales para la salud,
pero solo en tres casos se realizaron análisis de toxicidad. Fueron las
concentraciones correspondientes a microcistina en el embalse de Salto Grande
(río Uruguay), los embalses Palmar, Bonete y Baygorria (río Negro) y río Yí.
Las otras no fueron analizadas porque no se cuenta con la tecnología necesaria.
Así lo indicaba el informe GEO Uruguay, publicado por el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con la colaboración
del Centro Latinoamericano de Ecología Social y la Dirección Nacional de Medio
Ambiente, cinco años antes que el episodio de mal olor y sabor en el agua
potable despertara dudas sobre su confiabilidad y se comenzara a hablar del
riesgo que representan las microalgas tóxicas para la salud.
Una razón para esta omisión es que los organismos que
realizan el monitoreo de los cursos de agua –entre ellos, la Universidad de la
República, el Instituto Clemente Estable y la Dinama y sus dependencias– no
tienen los equipos necesarios para analizar toda la variedad posible de
toxinas.
Así lo había confirmado a El Observador el doctor en
ciencias biológicas, Luis Aubriot, al referirse en diciembre de 2012 a la
contaminación de los lagos de Paso Carrasco. “Tenemos la posibilidad de
determinar tres toxinas. Hasta allí llegaríamos. Tendríamos que enviar a
laboratorios en el exterior”, indicó.
A esto se suma que las toxinas no son eliminadas por el
proceso de potabilización (las algas sí son destruidas) ante la falta de
sistemas de filtros de carbón activado.
El informe apunta que no se analizó el caso de algunos tipos
de cianobacterias como la anabaena o de cylindrospermopsis raciborskii. De la
primera se encontraron cuatro especies: dos en el embalse de Salto Grande, dos
en el Lago Ton-Ton de Paso Carrasco y otras en los embalses de río Negro y
laguna del Sauce (Maldonado). El tipo anabaena circinalis, por ejemplo, es
neurotóxica. La cylindrospermopsis raciborskii, encontrada en las lagunas
Blanca, del Sauce y Chica (Maldonado); lago Javier (Paso Carrasco); en 2008
apareció en el lago Calcagno (Parque Miramar). Es un organismo de efecto
hepático y neurológico.
El estudio publicado por Pnuma señala que “muchos de estos
sistemas son utilizados con fines recreativos y para potabilización para
consumo humano, lo que constituye una amenaza para la salud”.
Concentraciones
Los análisis de toxicidad para detectar microcistina –el que con mayor frecuencia desarrolla floraciones en el país– indicaron altas concentraciones en el río de la Plata (hasta 1.074,3 microgramos de peso seco), en el embalse del Rincón del Bonete (1.035 microgramos) y en el embalse de Salto Grande (2.020 microgramos). De acuerdo al informe, en la mayoría de los casos, los valores de toxicidad se encontraron por encima del nivel recomendado para el uso de las aguas para recreación.
Los análisis de toxicidad para detectar microcistina –el que con mayor frecuencia desarrolla floraciones en el país– indicaron altas concentraciones en el río de la Plata (hasta 1.074,3 microgramos de peso seco), en el embalse del Rincón del Bonete (1.035 microgramos) y en el embalse de Salto Grande (2.020 microgramos). De acuerdo al informe, en la mayoría de los casos, los valores de toxicidad se encontraron por encima del nivel recomendado para el uso de las aguas para recreación.
En 2002, en el lugar donde se encuentra la toma de agua del
embalse del Rincón del Bonete se encontró una concentración de microcistina de
1.260 microgramos. La fecha coincide con la aparición de “un musgo en el agua”
como señaló un productor de la zona al que a fines del año pasado se le
murieron 15 ovejas. “Es como una tintura verde, espesa. Los animales entran a
tomar agua y salen verdes”, explicó.
La concentración máxima de microcistina se registró en el
río Yí en 2002: 2.879 microgramos. “Esta concentración es considerada alta
respecto a otros ambientes de la región”, afirmó el estudio.
El informe GEO Uruguay afirmó que “existe mucha
incertidumbre” sobre la taxonomía y toxicidad de algunas especies
“potencialmente nocivas” . Por lo tanto, “se considera necesario ampliar las
líneas de investigación actuales paralelamente al programa de monitoreo”.
Justamente las cianobacterias registradas en fuentes de agua
potable, son señaladas como “especies gravemente tóxicas” pero su toxicidad no
fue analizada. Pero además aclara: “No son eliminadas por los sistemas de
tratamientos tradicionales de las plantas potabilizadoras”. Para evitar su
traspaso al agua que será consumida, el estudio recomienda que se instalen
filtros de carbono. “La problemática de la eutrofización no parece haber sido
asumida en su total dimensión por parte de las autoridades y permanece
desconocida por el colectivo de la sociedad”, concluyó el informe.
TOMADO DEL OBSERVADOR DE URUGUAY
No hay comentarios:
Publicar un comentario