LA FIBRA DE LLAMA
PUEDE MULTIPLICAR LAS GANANCIAS
Vender la fibra clasificada supone una diferencia en
el precio que llega en forma directa al productor.
En la Argentina, sólo el 30% son esquiladas. La propuesta
del INTA incluye sistematizar la actividad y realizar un procedimiento
estandarizado de clasificación de fibras. Así, se puede aumentar la cantidad
producida y su precio. Programas de apoyo y difusión, la clave.
En el país sólo el 30% de las llamas son esquiladas. Los más
de 3.000 pequeños y medianos productores que se dedican a la obtención de esta
fibra no esquilan sus animales por no estar en contacto con los compradores, o
porque no cuentan con las herramientas apropiadas para hacerlo. Técnicos del
INTA proponen sistematizar la actividad y realizar un procedimiento estandarizado
de clasificación de fibras. Así, se puede aumentar la cantidad producida y su
precio.
Vender la fibra clasificada supone una diferencia en el
precio que llega en forma directa al productor. Según Joaquín Müeller,
coordinador del Programa Nacional de Fibras Animales del INTA, “por vellones
bien clasificados y acondicionados, producto de acopio, se llegó a pagar el
doble”.
Gran parte de los 3.300 pequeños y medianos productores de
llamas que hay en la Argentina no esquilan sus animales por no estar en contacto
con los compradores, o porque no cuentan con las herramientas apropiadas para
hacerlo.
En este sentido, el investigador explicó que “existen casos
de productores que esquilan con una lata o vidrio, lo que lastima al animal y
estropea el producto para la venta”. Para solucionar este tipo de
inconvenientes, el INTA participó de la formación de cooperativas y
asociaciones de productores que se unieron para crear centros de acopio y
enseñar a los productores a clasificar las fibras.
Esta clasificación se hace de forma visual, por colores y
finuras. Sin embargo, el INTA incentiva la implementación de mediciones
objetivas sujetas a normas y procedimientos estandarizados. Santos Mamani, es
productor de llamas y presidente de la cooperativa Agroganadera Cuenca de Río
Grande San Juan Limitada, que funciona en la provincia de Jujuy. Mamani recordó
que “cuando nos iniciamos, en 1996, nos pagaban $0,75 por cada kilo de fibra”,
y comparó: “Hoy logramos que nos paguen hasta $13 el kilo”.
La cooperativa colabora en el desarrollo de nuevas
asociaciones locales y trabaja con los pequeños productores de llama que están
más alejados de los centros urbanos. “Los ayudamos en la esquila, les acercamos
materiales y herramientas de trabajo, y ellos nos venden la fibra”, explicó
Mamani. A su vez, reciben asistencia técnica y cursos del INTA Abra Pampa
–Jujuy–.
El valor de cada fibra
Diego Sacchero, responsable del Laboratorio de análisis de
fibras textiles del INTA Bariloche –Río Negro–, afirmó que “con mediciones
de Laboratorio, se tiene una descripción muy precisa de la fibra respecto a la
finura o el largo de mecha. Conocer estas características es de suma
importancia para la posterior transformación textil. Si nosotros estudiamos
bien la finura, el largo de las mechas, el rendimiento y lo certificamos, es un
buen comienzo para posicionar a nuestras las fibras en el mercado”, aseguró.
La mitad de las llamas en la Argentina son de fina capa, o
del tipo T´amphulli. Su vellón es desenredado y por eso tiene mayor valor. Para
el investigador, “nuestras llamas son muchos más finas que otras y tienen un
rango de colores más amplio”. En la actualidad, el 90% de las lanas se venden
con estas mediciones, mientras el 99% de las fibras de llama se venden sin
clasificar.
De acuerdo con Sacchero, se debe trabajar en la cadena
productiva de la llama con programas de apoyo y difusión de las mediciones
objetivas como sucedió con los criadores de ovejas en los años 80 y 90, cuando
el INTA tuvo un rol muy importante.
Fuente: INTA
Tomado de envío de pregón agropecuario de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario