Industria gravará con
un peaje la producción casera de
electricidad
La tasa es un 27% más cara que la que se abona por comprar a
las compañías eléctricas
Paneles fotovoltaicos en una planta de Coburgo (Alemania). /
Reuters
El Gobierno tiene la determinación de que el autoconsumo
energético —producir tu propia energía mediante paneles fotovoltaicos o
minieólicos y consumirla en el momento—, se implante de forma muy controlada y
sin perder de vista “la compleja situación económica” que afecta al sector
eléctrico. El borrador del decreto de autoconsumo —esperado como agua de mayo
por numerosos consumidores para ver si se podían ahorrar unos euros en su
factura— ha incluido un peaje, denominado “de respaldo”, que, de momento, sube
la tarifa de quienes lo utilizan.
El decreto sobre autoconsumo ha llegado con más de un año de
retraso. El Ministerio de Industria lo remitió el jueves a la Comisión Nacional de Energía,
que tiene 15 días para emitir un informe que será oído, aunque no sea
vinculante.
La redacción del texto reserva al Gobierno la capacidad de
subir o bajar la cuantía de este peaje dependiendo de cómo vaya la implantación
de estos modelos de autogeneración eléctrica. Uno de los grandes miedos de las
eléctricas es que la autogeneración se descontrole y el sistema actual colapse.
Las cuantías de los primeros peajes de respaldo se incluyen
en el borrador del decreto elaborado por el Ministerio de Industria. Según
cálculos de la Unión Española
Fotovoltaica (Unef), el peaje de respaldo que se pagará por generar energía
en un domicilio será un 27% más alto que si se opta por el consumo convencional
y se abona el peaje por el uso tradicional de la red. La asociación, que agrupa
a unas 300 empresas y representa a un 85% del sector, critica que se impida el
ahorro de los consumidores y se paralice la entrada de nueva competencia en el
mercado eléctrico.
En los últimos cinco años los consumidores han visto cómo
los precios de la tecnología fotovoltaica han bajado un 80%. En un contexto
de crisis en el que las tarifas de las eléctricas no hacen más que subir,
producir su propia electricidad con paneles solares o molinillos se había
convertido en una alternativa de ahorro muy interesante. Se ha desarrollado un
pequeño mercado de autoconsumo instantáneo, amparado por un decreto de 2011, en
el que se han integrado sobre todo industrias y comercios, que conseguían
reducir sus facturas energéticas y mejorar su competitividad. Cuando se apruebe
el decreto de autoconsumo tienen dos meses para inscribirse en un registro
oficial y comenzar a pagar estos peajes. En caso contrario, se enfrentan al
corte de suministro o a sanciones que llegan a los 30 millones.
Aunque en España sea relativamente nuevo, el autoconsumo
energético está más que consolidado en países como Estados Unidos (sobre todo
en California) u Holanda. Es el camino hacia el que se dirigen las políticas de
la Unión
Europea. Lo habitual en los países en los que se ha implantado es que se
incentiven estas prácticas bonificando los peajes, permitiendo a los
consumidores que viertan energía a la red y la recuperen cuando la necesiten u
ofreciéndoles la posibilidad de venderla a la compañía eléctrica, algo que no
ocurre aquí.
El decreto nombra las bondades del sector renovable y la
eficiencia energética, así como las múltiples directivas europeas que las
promueven. Sin embargo, no esconde que se busca una “evolución gradual” del
autoconsumo que no atente contra el conjunto del sistema eléctrico.
Habla de “dirigir” el desarrollo de este “novedoso mecanismo” y considera un
“reto adicional” su integración en el sistema.
El Gobierno del PP considera que tener muchos puntos que
puedan emitir energía puede ser beneficioso para un sistema de grandes
centrales como el español, sobre todo en lo relativo a las pérdidas de red —que
suponen entre un 10% y un 15%—. Acto seguido subraya que la generación
distribuida (tener muchos productores de electricidad) no reduce los costes de
mantenimiento de transporte y distribución, ni los costes ajenos al suministro
que se incluyen en los peajes de acceso. “En algunos casos podría provocar
costes de inversión adicionales en las redes para adecuarlas”, justifica.
La venta de excedentes energéticos —facilitar que se venda o
intercambie la energía que no se utilice— se contempla como un “objetivo”, pero
no se ha desarrollado. De hecho, el texto especifica que las cesiones de
energía eléctrica a la red pública “no podrán llevar aparejada contraprestación
económica”. La modalidad conocida como balance neto —que consiste en aportar
energía sobrante a la red para luego recuperarla cuando se necesite en la misma
cantidad— no se contempla de momento.
Otras tecnologías, como la cogeneración, consiguen salvarse
de estos peajes hasta el 31 de diciembre de 2010. “Se trata de excepciones”,
explica David Arzoz, vicepresidente de la asociación de empresarios Cogen
España. “Las plantas que estaban vendiendo energía podrán continuar hasta este
plazo, pero las que hacían autoconsumo y las que se construyan tendrán que
pagar este peaje y ya no será rentable”, añade el representante de esta
asociación especializada en cogeneración
Tomado de envío de red foroba
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