ÚLTIMOS ENSAYOS DE
UNA VACUNA CONTRA LA MASTITIS BOVINA
Este es un proyecto multidisciplinario que los
investigadores llevan adelante junto con especialistas de otras universidades,
como la de Tucumán y la Católica de Córdoba, como así también el INTA Rafaela,
además de docentes de las distintas unidades académicas de la UNRC.
La mastitis provoca
importantes pérdidas en la producción lechera. Es por esto que un grupo de
investigadores lleva adelante la última etapa de un proyecto para la prevención
de esta enfermedad, a través del diseño de productos veterinarios -vacunas y
probióticos- como métodos alternativos y complementarios a los utilizados
tradicionalmente.
La cuenca lechera de Argentina está constituida por
alrededor de 10 mil establecimientos, que totalizan una producción cercana a
los 11.600 millones de litros de leche anuales. La provincia de Córdoba
contribuye con un 36% a la producción nacional de leche y se estima que la
mastitis llega a provocar pérdidas de hasta el 10 por ciento de la producción
lechera.
Diferentes estrategias se desarrollaron en el país y el
mundo con el fin de minimizar las importantes pérdidas ocasionadas por la
enfermedad en los rodeos lecheros. Esta infección es causada por una bacteria
que produce inflamaciones provocando el endurecimiento de los pezones y la
ubre, se corta el suministro de leche y en su lugar aparece un líquido
amarillento y oloroso que, la mayoría de las veces, es acompañado por residuos
sanguíneos y, en casos muy severos, puede provocar la muerte del animal. Si
bien la desinfección pre y post-ordeñe y la terapia con antibióticos al secado
son los métodos de control más ampliamente utilizados, a menudo resultan
ineficientes para prevenir o eliminar las infecciones crónicas producidas por
el Staphylococcus aureus, principal agente causal de la enfermedad.
La ineficacia de estos procedimientos orientó la
investigación hacia la búsqueda de métodos de control alternativos, como el
empleo de vacunas, inmunomoduladores o sustancias naturales, como un enfoque
racional para controlar infecciones.
Para ello, el grupo de trabajo se propuso “profundizar en el
estudio de la respuesta inmune humoral, despertada en vaquillonas vacunadas con
la cepa de Staphylococcus aureus RC122 antes del parto” y “desarrollar un
producto probiótico de aplicación intramamaria para la prevención de la
mastitis bovina”. El proyecto sienta las bases para que se concrete el diseño
de productos, con lo que se realizará un importante aporte socio-comunitario
para la prevención de las mastitis bovinas.
Últimos ensayos
El equipo de investigadores transita la etapa final del
desarrollo de una vacuna contra la mastitis. La doctora Cristina Bogni,
directora del proyecto, precisó a Argentina Investiga que, “con un equipo de
trabajo que dirige la doctora María Elena Fátima Nader, investigadora del
Conicet, desarrollamos un probiótico, y estamos en una etapa próxima a la
transferencia al sector productivo”, remarcó.
Los probióticos son productos elaborados en base a bacterias
benéficas, conocidas como bacterias lácticas (BL), que se pueden encontrar, por
ejemplo, en el yogurt. Estas bacterias benéficas poseen propiedades de
inhibición de microorganismos patógenos. De esta manera, en el proyecto de
investigación que se desarrolla, éstas son utilizadas para la prevención de la
mastitis bovina, enfermedad producida por bacterias patógenas”.
Explicó la doctora Bogni: “Esta enfermedad es producida por
una amplia variedad de bacterias. Lo que estudiamos, desde hace mucho tiempo,
es cómo estas bacterias colonizan la glándula mamaria de la vaca y producen
infección, como así también los métodos de prevención. Así, surgió la idea de
utilizar un producto natural alternativo al uso de antibióticos para la
prevención de la enfermedad”.
“Hasta el momento -destacó la directora del proyecto-
elegimos aquellas bacterias lácticas que tienen las características necesarias
para producir la inhibición de patógenos. A través de un muestreo grande de
animales que se realizó en tambos de Córdoba y de Tucumán, aislamos esas
bacterias, las estudiamos y elegimos algunas de ellas con propiedades
probióticas. En este momento ya definimos cuáles son las cepas que van a
integrar la formulación probiótica y realizamos ensayos en animales para
determinar la efectividad del producto”. Esta es la última instancia antes de
gestionar la patente y, eventualmente, establecer un convenio con alguna
empresa para su producción.
Vacuna
El desarrollo de una vacuna contra la mastitis es un trabajo
que lleva 25 años de estudio en la Universidad Nacional de Río Cuarto. La
profesora Bogni precisó que se trata de una vacuna basada en una cepa viva de
Staphylococcus aureus, atenuada en su virulencia. Destacó la investigadora: “Ya
realizamos numerosos ensayos experimentales controlados utilizando pocos
animales. Han sido ensayos restringidos de vacunación con la cepa atenuada y
posterior desafío con una cepa virulenta, donde la vacuna Protege a los
animales vacunados respecto de un grupo de animales no vacunados”. Bogni señaló, asimismo, que el proyecto plantea dos
objetivos importantes. “Por un lado, pasar del ensayo experimental acotado a un
ensayo a campo en un establecimiento comercial, donde se van a vacunar los
animales y a evaluar la respuesta obtenida”. Y, por el otro, abordar un aspecto
más básico, que consiste en investigar, a través de técnicas moleculares, las
alteraciones que posee el microorganismo avirulento en su DNA.
Pionera
En 1997, la Universidad fue pionera en el diseño de una
vacuna contra la mastitis, producida y comercializada con buenos resultados, en
el marco de un convenio con la empresa BIOTAY. “Aquella vacuna -recordó Bogni-
estaba basada en bacterias muertas y brindó una buena protección al ganado
lechero. El problema era que teníamos que inyectar varias dosis para conseguir
una respuesta inmune duradera”. En cambio, subrayó: “La ventaja de una vacuna
viva avirulenta, como la que desarrollamos ahora, es que al ser un
microorganismo vivo se obtiene una mayor protección contra la enfermedad con un
menor número de vacunaciones”.
Este es un proyecto multidisciplinario que los
investigadores llevan adelante junto con especialistas de otras universidades,
como la de Tucumán y la Católica de Córdoba, como así también el INTA Rafaela,
además de docentes de las distintas unidades académicas de la UNRC.
La investigación se realiza en el laboratorio de Genética
microbiana de la Universidad y es llevada adelante por los docentes Cristina
Bogni, Liliana Odierno, Claudia Raspanti, Matías Pellegrino, Ignacio Frola,
Mirta Lasagno, Elina Reinoso, Cecilia Frigerio y Susana Bettera, de la facultad
de Ciencias Exactas; José Giraudo, Alejandro José Larriestra, Claudina Vissio y
Melina Richardet, de la facultad de Agronomía y Veterinaria, y Edith Ducrós y
Miriam Ferrari, de la facultad de Ingeniería.
Fuente: INFOUNIVERSIDADES
TOMADO DE ENVIO DE PREGON AGROPECUARIO DE AR
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