PANORAMA DEL SECTOR
DE LA LADRILLERIA ANTE EL AUMENTO DEL RIO Ladrilleros: entre el temor por la
creciente del Paraná y las necesidades constantes
Foto TRABAJO. Con la
crecida del Paraná los ladrilleros tratan de producir todo lo que pueden con la
poca materia prima adecuada que cuentan.
Desde hace varios meses los obrajes de las costas
capitalinas casi no trabajan por la crecida del Paraná y aumenta el miedo por la llegada de la
corriente de “El Niño”. Los trabajadores solicitan ayuda para poder reactivar
la producción ladrillera. En muchos casos no cuentan con materias primas ni
trabajo para mantenerse.
Facundo Campos FOTOS Nicolás Alonso La piel reseca y
curtida, los pies embarrados y la mirada resignada son algunas de las postales
que pueden verse en los ladrilleros que
viven en la costa de la ciudad y cuyos obrajes quedaron bajo la crecida del río
Paraná o cuya producción se vio gravemente afectada ante la poca materia prima
que pueden conseguir. En la zona costera capitalina pueden encontrarse cientos
de testimonios sobre los inconvenientes por los que atraviesan las ladrillerías
en los últimos meses a raíz del nivel del Paraná pero cuyo denominador común
actual es el temor por el fenómeno climático de “El Niño” y como puede agravar
aún más la situación del sector.
El Litoral recorrió los obrajes de la zona del barrio Molina
Punta y dialogó con los trabajadores del ladrillo quienes no sólo explicaron la
situación por la que atraviesan todos los días desde hace meses sino también
mostraron sus lugares de trabajo copados por el río Paraná.
Sobre el margen del río Paraná, más precisamente en las
costas del barrio Molina Punta, cientos de ladrillerías quedaron bajo el poder
de las aguas que vienen creciendo considerablemente. Inclusive, aquellos
obrajes a los que el agua no les llegó se encuentran trabajando a menor
capacidad o directamente sin funcionamiento debido a la falta de materia prima.
Haciendo un paneo por la costa puede evidenciarse
ladrillerías paralizadas debido al agua y otros obrajes que trabajan a media
máquina. Vicente, dueño de una ladrillería, muestra sus manos curtidas y sus
pies embarrados en el lugar donde trabaja y explica que debido a la poca
materia prima y producción debió sumarse a la cadena de producción porque no
puede costear ayudantes.
“La ladrillería es una cadena de producción que va desde el
retiro de la tierra lecho del río y la obtención de aserrín y leña hasta el
acarreo del ladrillo hecho, pasando por los procesos de corte, quema,
apilación, canteo, entre otras”, explicó Juan Miño, uno de los ladrilleros de
la zona. “Cada parte de la cadena tiene su costo para el ladrillero por lo que
no saca ganancia, y si encima no puede conseguir tierra y produce poco, no
puede vender y no tiene para mantener a su familia”, añadió.
Según señalaron los ladrilleros, desde hace aproximadamente
unos siete meses que el río Paraná viene creciendo y afectando las zonas de
donde sacar la materia prima. “Actualmente el río llega casi hasta la puerta de
nuestras casas y no podemos sacar tierra o lo poco que sacamos no es la
adecuada para producir. Estamos en una situación muy complicada”, manifestó
Pascual, otro trabajador ladrillero.
Además de la creciente, otra cuestión que desvela a los
ladrilleros es la posible llegada del fenómeno meteorológico conocido como “El
Niño” el cual acarrearía más inconvenientes en el sector. “Todos los días nos
levantamos mirando al río y expectantes por ver si llega o no ‘El Niño’, ya que
no sólo crecería el río sino también habría tormentas, lo cual nos afectaría
aún más. Ahí ya no sé que más vamos a hacer”, señaló Vicente.
Baja calidad del
ladrillo Otro de los inconvenientes es la baja calidad de los ladrillos
producidos en Corrientes debido a la poca materia prima y por ende la merma en
los compradores masivos. “La gente suele decir que el ladrillo correntino deja
mucho que desear por su calidad, pero no entiende que no tenemos tierra
adecuada debido a la crecida del río y tampoco nos ofrecen mejor materia prima
para trabajar. Por eso hacemos lo que podemos y después no nos quieren comprar”,
explicó Pascual, uno de los trabajadores del barrio Molina Punta.
“Tanto el Estado como las constructoras empezaron a comprar
ladrillos del Chaco porque tienen mejor calidad y eso nos afecta. Muchas veces
la tierra que nos dan no nos sirve y encima tampoco nos compran, por lo que nos
terminan perjudicando gravemente”, añadió Juan Miño.
Los ladrilleros solicitan, además de los subsidios que
reclamaron (piden unos dos mil pesos por ladrillería) para reactivar la
producción, también requieren de tierra adecuada para la producción.
Vulnerabilidad y
necesidad En la recorrida pudo observarse el estado de precariedad de las
construcciones que se levantan en la zona de ladrillerías, caracterizado de
familias numerosas que viven de la ladrillería o de distintas “changas” que
surgen cuando crece el Paraná. “Hay mucha vulnerabilidad, con adultos mayores
que aún trabajan sin cobertura médica ni pensiones”, explicaron desde un centro
asistencial vecinal.
“Nosotros reclamamos asistencia económica para poder saldar
cuentas y reactivar la producción de ladrillos, así como también materias
primas para poder seguir trabajando cuando crece el Paraná y no tenemos otra
forma de subsistencia, porque hay mucha gente que sólo sabe vivir de la
producción de ladrillos”, expresó Juan Miño.
Por lo pronto, los ladrilleros no le quitan la vista a los
niveles del río Paraná y aguardan que el cauce fluvial les dé una tregua para
volver a levantar la producción sin necesidad de algún tipo de ayuda o
asistencia oficial. Tomado de el litoral de ctes ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario