domingo, 23 de agosto de 2015

LADRILLEROS , OFICIO VULNERABLE POR CRECIENTES E INUNDACIONES

 PANORAMA DEL SECTOR DE LA LADRILLERIA ANTE EL AUMENTO DEL RIO Ladrilleros: entre el temor por la creciente del Paraná y las necesidades constantes
 Foto TRABAJO. Con la crecida del Paraná los ladrilleros tratan de producir todo lo que pueden con la poca materia prima adecuada que cuentan.
Desde hace varios meses los obrajes de las costas capitalinas casi no trabajan por la crecida del Paraná y  aumenta el miedo por la llegada de la corriente de “El Niño”. Los trabajadores solicitan ayuda para poder reactivar la producción ladrillera. En muchos casos no cuentan con materias primas ni trabajo para mantenerse.
Facundo Campos FOTOS Nicolás Alonso La piel reseca y curtida, los pies embarrados y la mirada resignada son algunas de las postales que  pueden verse en los ladrilleros que viven en la costa de la ciudad y cuyos obrajes quedaron bajo la crecida del río Paraná o cuya producción se vio gravemente afectada ante la poca materia prima que pueden conseguir. En la zona costera capitalina pueden encontrarse cientos de testimonios sobre los inconvenientes por los que atraviesan las ladrillerías en los últimos meses a raíz del nivel del Paraná pero cuyo denominador común actual es el temor por el fenómeno climático de “El Niño” y como puede agravar aún más la situación del sector.
El Litoral recorrió los obrajes de la zona del barrio Molina Punta y dialogó con los trabajadores del ladrillo quienes no sólo explicaron la situación por la que atraviesan todos los días desde hace meses sino también mostraron sus lugares de trabajo copados por el río Paraná.
Sobre el margen del río Paraná, más precisamente en las costas del barrio Molina Punta, cientos de ladrillerías quedaron bajo el poder de las aguas que vienen creciendo considerablemente. Inclusive, aquellos obrajes a los que el agua no les llegó se encuentran trabajando a menor capacidad o directamente sin funcionamiento debido a la falta de materia prima.
Haciendo un paneo por la costa puede evidenciarse ladrillerías paralizadas debido al agua y otros obrajes que trabajan a media máquina. Vicente, dueño de una ladrillería, muestra sus manos curtidas y sus pies embarrados en el lugar donde trabaja y explica que debido a la poca materia prima y producción debió sumarse a la cadena de producción porque no puede costear ayudantes.
“La ladrillería es una cadena de producción que va desde el retiro de la tierra lecho del río y la obtención de aserrín y leña hasta el acarreo del ladrillo hecho, pasando por los procesos de corte, quema, apilación, canteo, entre otras”, explicó Juan Miño, uno de los ladrilleros de la zona. “Cada parte de la cadena tiene su costo para el ladrillero por lo que no saca ganancia, y si encima no puede conseguir tierra y produce poco, no puede vender y no tiene para mantener a su familia”, añadió.
Según señalaron los ladrilleros, desde hace aproximadamente unos siete meses que el río Paraná viene creciendo y afectando las zonas de donde sacar la materia prima. “Actualmente el río llega casi hasta la puerta de nuestras casas y no podemos sacar tierra o lo poco que sacamos no es la adecuada para producir. Estamos en una situación muy complicada”, manifestó Pascual, otro trabajador ladrillero.
Además de la creciente, otra cuestión que desvela a los ladrilleros es la posible llegada del fenómeno meteorológico conocido como “El Niño” el cual acarrearía más inconvenientes en el sector. “Todos los días nos levantamos mirando al río y expectantes por ver si llega o no ‘El Niño’, ya que no sólo crecería el río sino también habría tormentas, lo cual nos afectaría aún más. Ahí ya no sé que más vamos a hacer”, señaló Vicente.
Baja calidad del ladrillo Otro de los inconvenientes es la baja calidad de los ladrillos producidos en Corrientes debido a la poca materia prima y por ende la merma en los compradores masivos. “La gente suele decir que el ladrillo correntino deja mucho que desear por su calidad, pero no entiende que no tenemos tierra adecuada debido a la crecida del río y tampoco nos ofrecen mejor materia prima para trabajar. Por eso hacemos lo que podemos y después no nos quieren comprar”, explicó Pascual, uno de los trabajadores del barrio Molina Punta.
“Tanto el Estado como las constructoras empezaron a comprar ladrillos del Chaco porque tienen mejor calidad y eso nos afecta. Muchas veces la tierra que nos dan no nos sirve y encima tampoco nos compran, por lo que nos terminan perjudicando gravemente”, añadió Juan Miño.
Los ladrilleros solicitan, además de los subsidios que reclamaron (piden unos dos mil pesos por ladrillería) para reactivar la producción, también requieren de tierra adecuada para la producción.
Vulnerabilidad y necesidad En la recorrida pudo observarse el estado de precariedad de las construcciones que se levantan en la zona de ladrillerías, caracterizado de familias numerosas que viven de la ladrillería o de distintas “changas” que surgen cuando crece el Paraná. “Hay mucha vulnerabilidad, con adultos mayores que aún trabajan sin cobertura médica ni pensiones”, explicaron desde un centro asistencial vecinal.
“Nosotros reclamamos asistencia económica para poder saldar cuentas y reactivar la producción de ladrillos, así como también materias primas para poder seguir trabajando cuando crece el Paraná y no tenemos otra forma de subsistencia, porque hay mucha gente que sólo sabe vivir de la producción de ladrillos”, expresó Juan Miño.

Por lo pronto, los ladrilleros no le quitan la vista a los niveles del río Paraná y aguardan que el cauce fluvial les dé una tregua para volver a levantar la producción sin necesidad de algún tipo de ayuda o asistencia oficial. Tomado de el litoral de ctes ar 

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