ONG: ideas y tendencias La mirada internacional muestra que
después del control sobre las ONG ciudadanas, vendrá el encauzamiento sobre
sindicatos y otras asociaciones.
Eduardo Gudynas Ideas, Página Siete (La Paz, Bolivia), Las
advertencias técnicas de las ONG, por ejemplo, sobre los riesgos de
contaminación por la explotación petrolera en bosques, son tildadas, en un
país, como propias de una rabiosa izquierda, pero en la nación vecina se dice
que representan al capitalismo imperial. Un repaso a la situación continental
muestra que las ONG son atacadas tanto por gobiernos conservadores como
progresistas. El problema es que el progresismo nos puede dejar una sociedad
sin ONG, lo que siempre fue el sueño de los conservadores. El debate sobre el
papel de las organizaciones no gubernamentales, las ONG, está sacudiendo
Bolivia. Es sin duda un tema de enorme importancia y vale la pena no caer en
simplificaciones y avanzar en un análisis más riguroso. Una mirada conceptual y
regional es particularmente útil para esa tarea. El ataque contra las ONG por
sus alertas sobre los impactos del extractivismos se repite en varios países.
Por ejemplo, pocas semanas atrás, en Perú, un canal de información
ultraconservador, en el que participan periodistas también conservadores,
señalaba que las alertas sobre los impactos de la minería y las propuestas de
salida de los extractivismos eran un "complot” contra el desarrollo del
país. Los cuestionamientos oficiales en Bolivia provienen, en cambio, de un
gobierno progresista. En los dos casos los razonamientos y calificativos son
similares, tales como decir que esas organizaciones sirven a intereses
extranjeros, sus informes no son certeros, etc. Todos esos argumentos son, en
el fondo, distintas vías para señalar supuestos impedimentos al desarrollo. Política
y encauzamiento ¿Qué nos dicen estas situaciones? Que la arremetida contra
las ONG no está predeterminada ideológicamente. Tanto progresistas como
conservadoras intentan acallarlas. Las advertencias técnicas de las ONG, por
ejemplo, sobre los riesgos de contaminación por la explotación petrolera en
bosques, son tildadas, en un país, como propias de una rabiosa izquierda, pero
en la nación vecina se dice que representan al capitalismo imperial. Esto deja
muy en claro que las verdaderas razones no son políticas. No encuentro mucha
rigurosidad en cuestionar unas ONG por ser "trostkistas verdes”, ya que
sería una buena cosa que esa corriente política se actualizara y asumiera la
importancia de una agenda ambiental, ni en insistir que hay leninistas que
siguen siendo grises por no entender mucho de la naturaleza o del mundo
indígena. Eso es un debate que nos atrasa a un siglo atrás, corriendo el riesgo
de confundir a campesinos andinos con mujiks y al ayllu con un koljós. Es que
el examen internacional muestra que en el fondo del asunto no están tanto las
disquisiciones sobre qué o cómo se hace política ciudadana, sino intentos
gubernamentales de proteger extractivismos, la llegada de inversores o la
salida de exportaciones. Eso es muy evidente en el caso de la rara virulencia
que tienen los gobiernos contra las ONG que presentan mapas, simples cartas
donde se superponen los bloques petroleros sobre las áreas protegidas o
territorios indígenas. Los mapas no son armas ideológicas políticas, pero sí
desnudan los avances e impactos potenciales de las estrategias exportadoras de
materias primas que se repiten en todo el continente. Las organizaciones
ciudadanas deberían ser fiscalizadas como cualquier otra entidad, y si incurren
en delitos, deben ser juzgadas y sancionadas por la justicia civil o penal. En
cambio, encontramos que gobiernos de derecha o progresistas están creando un
entramado jurídico aparte, restrictivo y con condicionantes que pueden usarse
luego para imponer clausuras. ¿De dónde salió esta moda? Hasta donde puede
verse, las primeras experiencias de este tipo las lanzó Vladimir Putin en
Rusia, apuntando específicamente contra las ONG en derechos humanos y libertad
política. Es difícil saber si las están copiando en América Latina. Algunos de
esos nuevos controles violan libertades constitucionales básicas, tal como ha
sido expresado por defensores de los derechos humanos. Se llega a una situación
donde a una organización no se la clausura o expulsa (una medida antipática
para quienes se dicen progresistas), pero se la limita y asfixia por otras vías
(como puede ser trabando su trabajo con los bancos). Es como si un gobierno
enemistado con los zapateros, en lugar de prohibirlos, les impidiera tener
cuentas en un banco para comprar insumos, o si se peleara con los médicos y
para castigarlos impediría que receten medicamentos a los enfermos. La
situación es grave porque la mirada internacional muestra que después del
control sobre las ONG ciudadanas, vendrá el encauzamiento sobre sindicatos y
otras asociaciones. El legado político Es
bien sabido que a los gobiernos y partidos conservadores no les gustaban las
ONG. Las combatían a veces por convicción ideológica, ya que consideran que las
cuestiones sociales se debían dirimir en los mercados y, por lo tanto, que ese tipo de organizaciones no tenían
sentido, ya que en muchos casos lo que hacen es una política no partidaria.
Pero la situación bajo los progresismo es mucho más complicada y, por momentos,
más triste. Recordemos que izquierda y progresismo son dos regímenes políticos
distintos, y justamente aquí se evidencia esa divergencia. La izquierda siempre
alentó vivir la política en toda su plenitud, que la sociedad se organizara de
todas las maneras posibles, que se autoconvocara, se informara y opinara sobre
todos los temas nacionales. Apuntaba a un sociedad repleta de ONG en muy
diversos temas, como salud, educación, vivienda, ambiente, etc. Bajo el
progresismo la situación es distinta. Comenzaron a limitar la vida política
ciudadana, restringiéndola a la esfera partidaria y a los actos electorales.
Algunos gobernantes comenzaron a usar la frase "usted hace política”, pero
en un tono amenazador. Se empuja hacia una situación donde "la política”
aceptable es sólo aquella alineada con los programas gubernamentales. Y de allí
se avanzó sobre las ONG, haciendo que muchas de ellas se convirtieran en
agencias tercerizadas para ejecutar programas estatales o ser meras proveedoras
de consultorías. Las otras, las que seguían con sus voces independientes, son
las que ahora sufren todo el peso de los gobiernos progresistas. Es aquí donde
aparece esa triste consecuencia. El progresismo busca crear sociedades carentes
de ONG. Y ese fue siempre el sueño de la derecha, arribar a un mundo sin grupos
ciudadanos organizados o políticamente activos. Ante el visible agotamiento del
programa político progresista en varios países, si allí retornaran gobiernos
conservadores, serían todavía más fuertes que en el pasado, ya que no estarían
las ONG y la sociedad civil estaría más debilitada. En cambio, la
reconstrucción de un programa político desde la izquierda impone respetar a
todos los ciudadanos y a sus capacidades de organización en sus ONG, y
salvaguardarlas. Incluso a aquellas que piensan distinto a cada uno de
nosotros. http://www.paginasiete.bo/ideas/2015/8/23/ong-ideas-tendencias-67292.html
MAS asfixia ONGs PUEDEN SER EXPULSADAS POR GONISTAS O
TROSKISTAS García Linera visibilizó a Milenio, Fundación Tierra, CEDIB y CEDLA.
Dijo que defienden la naturaleza para intereses extranjeros; reciben recursos
del exterior, defienden intereses foráneos y difunden datos erróneos. En junio
Evo advirtió que si perjudican “la exploración de los recursos naturales se va
a ir de Bolivia”.
El vicepresidente Álvaro García amenazó a cuatro
organizaciones no gubernamentales (ONGs) –Milenio, CEDIB, Fundación Tierra y
CEDLA- con expulsarlas si hacen política, pero además las acusó de recibir
financiamiento del extranjero, defender intereses foráneos y difundir datos
erróneos.
“Esa es la política de esas ONGs y ese discurso de fondo lo
defienden con mentiras, con datos erróneos, hacen política. Entonces, por
supuesto que nosotros también decimos: señores de la ONG usted no tiene derecho
a entrometerse en asuntos políticos en nuestro país, si se entromete se va
afuera”, aseguró el vicepresidente Álvaro García Linera en una rueda de prensa.
En junio pasado, el presidente Evo Morales advirtió que se
expulsará del país a cualquier ONG o fundación que intente perjudicar la
exploración de hidrocarburos. “No es posible que algunas ONGs, algunas
fundaciones manden o decidan a nombre del movimiento indígena, no comparto.
Quiero decirles que cualquier ONG o fundación que perjudique la exploración de
los recursos naturales se va a ir de Bolivia, compañeras y compañeros. No
necesitamos instituciones del extranjero que vengan del exterior, que vengan a
perjudicarnos”, aseveró entonces.
García Linera citó a la Fundación Milenio de la que dijo es
de propiedad del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR), es “gonista a
morir”. Sobre la Fundación Tierra sostuvo que es dirigida por un exministro de
Gonzalo Sánchez de Lozada, refiriéndose a Miguel Urioste. Afirmó que en el
Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) y en el Centro de
Desarrollo para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) están “unos troskistas
verdes o troskistas oenegistas”.
“Que por plata han cambiado su ideología”, dijo García
Linera, pues a su juicio tienen como objetivo que el Sur de América Latina se
“estanque” en su desarrollo y crecimiento; que durante los años 60 y 70
buscaron controlar la natalidad de las mujeres; mientras que hoy se muestran
como defensoras de la naturaleza, solo para beneficiar y proteger a los países
del norte en detrimento y la pobreza del sur.
García Linera afirmó que si las ONGs pretenden hacer
política que formen un partido político y compitan en elecciones. “No tiene
derecho la ONG extranjera de venir aquí a Bolivia y decir que está apoyando el
desarrollo y está haciendo política y defendiendo intereses transnacionales.
Financien en su país, no tienen por qué venir a entrometerse a nuestro país”,
dijo.
El sábado, el Vicepresidente denunció que las ONG Fundación
Tierra y CEDIB son financiadas por poderes extranjeros, para que mientan a los
bolivianos y eviten que se utilicen sus recursos naturales, bajo el pretexto
del cuidado de la Madre Tierra.
Dicen que quieren conspirar
El secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Ayllus y
Markas del Qullasuyu (Conamaq), Hilarión Mamani, dijo que las ONGs llegaron al
país con el objetivo de fragmentar al Estado y a los pueblos originarios.
“Prácticamente entraron a diferentes sectores y comunidades informando mal a
nuestros sectores”, protestó.
Fuente: Página Siete Digital/ La Paz.
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