La pobreza crece
desde 2011 y afecta al 40,4% de los niños y adolescentes
Por Mariano De Vedia | Los niños y adolescentes, más que los adultos,
sufren las restricciones marcadas por la pobreza, que durante el segundo
mandato presidencial de Cristina Kirchner creció seis puntos entre los menores
de 18 años. Hoy afecta al 40,4% de los chicos, según el quinto informe del
Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, presentado ayer en la Universidad
Católica Argentina (UCA). Esa afligente realidad social impactaba en 2011 al
34,4% en esa franja de edad. Esta medición de la Iglesia supera largamente el
28,7% de pobreza registrado el mes pasado para la población adulta y representa
a 4,9 millones de chicos que conviven con la escasez. Viven en hogares cuyos
ingresos no superaban los $ 1780 en 2014 y la proporción trepa al 48,8% en el
conurbano bonaerense. También creció desde 2011 la cantidad de chicos bajo la
línea de indigencia, cuya tasa hoy es del 9,5% (1,1 millones), un punto más que
en 2011. Se trata de menores cuyas familias percibían el año pasado ingresos
inferiores a $ 851. El nuevo mapa de la
pobreza infantil denuncia también problemas alimentarios y déficits en el
acceso la educación y a la salud. Además, el 26,2% no tiene cubiertas sus
necesidades básicas insatisfechas (NBI), explicó a LA NACION la licenciada
Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia.
Añadió, incluso, que según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares que
realiza el Indec, la pobreza entre los menores de 18 años sería del 30%, y la
indigencia llegaría al 8 por ciento La
investigadora atribuyó el empeoramiento de los indicadores a la etapa de
estancamiento en la economía, marcada por la recesión y la inflación. También
alertó sobre la retracción en la creación de empleo y la alta proporción del
trabajo no registrado, que se mantiene en
el 35 por ciento. LAS PROTECCIÓN
SOCIAL El nuevo informe de la UCA se conoció en momentos en que la Presidenta
encara la campaña electoral de su candidato Daniel Scioli con una catarata de
anuncios oficiales, mediante el insistente uso de la cadena nacional, como el
reciente aumento otorgado a los jubilados. El tema de la protección social no
es menor. El informe de la UCA revela que 2,2 millones de chicos -el 21,7%- no
está protegido por ningún plan de salud. Durante los últimos cuatro años, se
mantuvo estable la proporción de chicos que recibe la Asignación Universal por
Hijo (AUH), que hoy beneficia al 30,9% de los chicos. "Ese número refleja dos caras. Por un
lado, es promisorio que se incorporen al sistema de seguridad social. Pero, por
el otro, refleja que aún es alta la proporción del mercado de trabajo
informal", dijo la coordinadora del estudio. Tras señalar que "la AUH
es necesaria, pero insuficiente", Tuñón estimó que aún hay un 22% de
chicos que no cobra la asignación, porque probablemente estén indocumentados o
vivan en situaciones de extrema marginalidad. La licenciada Tuñón advirtió
sobre otro parámetro: la pobreza multidimensional, que permite evaluar el
problema desde distintas dimensiones y no quedarse únicamente en la medición
según los ingresos familiares. Así, el 57,4% de los chicos (7 millones) sufre
privaciones graves y moderadas en el acceso a algunos derechos, como el de la
alimentación, el saneamiento, la vivienda digna, la salud, la estimulación
temprana, la educación y el derecho a la información. En el 18,3% de los casos
(dos millones de chicos), esas restricciones son severas. Y las privaciones
principales se concentran en los sectores sociales más precarios, en los
estratos socioeconómicos más bajos y en las villas y asentamientos urbanos. "La
desigualdad social es muy grande. En el 25% de los hogares más pobres, la
pobreza multidimensional afecta al 33,7%, mientras que en las clases más
acomodadas la privación de derechos es notoriamente reducida", observó la
coordinadora del informe. El estudio revela que el 21,5% de la infancia vive en
hogares con dificultades para acceder a los alimentos y el 8,4% (950.000
chicos) tiene privaciones alimentarias graves. Como registra el informe, el
26,2% de los chicos viven con necesidades básicas insatisfechas. Eso implica,
por ejemplo, que no tienen espacio en sus hogares o carecen de instalaciones
sanitarias adecuadas, entre otras privaciones. La población más afectada es la
que reúne a los menores de cuatro años (30,2%), mientras que el índice
disminuye a medida que se avanza en el trayecto escolar. Como era de esperar,
la incidencia es mayor en las villas y asentamientos, donde trepa al 61,8 por
ciento. Además, cuatro de cada diez menores de 13 años no comparten historias
orales o cuentos con otros miembros de su familia, y una proporción similar no
tiene en su hogar libros infantiles, lo que puede interpretarse como una
virtual hipoteca de su futuro. Tomado de nación de ar
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