Industria perdió
30.000 puestos de trabajo en tres años en el país; los altos costos energéticos
tienen fuerte incidencia
Una empresa láctea peruana y otra estadounidense cerraron;
una fábrica de autos de origen chino y una pesquera local también: la lista de
quiebras este año en el sector industrial uruguayo crece con el deterioro del
contexto económico externo. Desde 2012 la industria uruguaya ha perdido 11% de
su personal y emplea actualmente a poco más de 200.000 personas de forma
directa, frente a unas 230.000 hace tres años, dijo a la AFP el presidente de
la Cámara de Industrias del Uruguay(CIU), Washington Corallo.
La situación es resultado de “múltiples” factores, explicó
el dirigente, que enumeró las dificultades que atraviesa el comercio
intrarregional.
Corallo recordó que “Argentina le trancó las exportaciones a
Uruguay por las declaraciones juradas” exigidas a los importadores antes de
autorizar el ingreso. A eso se suman los problemas de la economía de Brasil,
segundo socio comercial de Uruguay; de divisas en Venezuela, destino importante
para los lácteos uruguayos; y más recientemente, la devaluación en China.
Apuntó además que los incrementos de salarios en el sector
no se ven acompañados por un aumento de la productividad de la mano de obra y
señaló que si bien el dólar ha subido (15% en el año) y es un elemento que
ayuda a mejorar la competitividad de los productos industrializados que el país
exporta, otros factores como el precio de la energía se hacen cada vez más
pesados para los industriales. En efecto, Uruguay tiene el combustible más caro
de América Latina e incluso con el petróleo en franca caída, la aguja de los
precios no se mueve y los carburantes tuvieron un ajuste al alza de 5 a 7% en
julio pasado. Un 85% de las empresas registradas en la Cámara de Industrias son
pequeños y medianos emprendimientos que tienen menor margen de maniobra que una
industria de mayor tamaño, sin embargo, muchas firmas con cientos de empleados
cerraron sus puertas en lo que va del año. El último caso fue el de la
endeudada Fripur, que generaba la mitad de los empleos en el sector pesquero y
anunció el cese de actividades y el despido de sus 960 trabajadores hace 10
días. “Estamos ante una situación preocupante y angustiante porque no sabemos
qué va a pasar con esta industria”, reconoció a la AFP Juan Castillo, director
nacional de Trabajo. En junio, la empresa estadounidense de productos lácteos
Schreiber Foods anunció que ponía término a sus operaciones en Uruguay, en
medio de un descalabro de precios para el sector en el mundo.
La empresa alegó sufrir fuertes pérdidas y dijo que su
operación se vio afectada por el “cierre de los tradicionales mercados de
Venezuela, Rusia, México y Brasil” y un alto precio pagado a los productores
locales “que no acompañó a la caída de precios internacionales”.
A comienzos de año, otra gigante del sector, Ecolat,
controlada por capitales peruanos, dejó de producir en medio de un duro
conflicto con sus trabajadores y unas 400 personas quedaron sin trabajo. En
mayo, la fabricante china de vehículos Chery cerró su planta en Uruguay tras 10
meses sin producir vehículos, por dificultades para exportar, principalmente a
Brasil y al menos 350 trabajadores perdieron sus empleos.
En el último informe de expectativas industriales a junio de
este año, los empresarios se mostraron menos confiados, a “niveles similares a
los observados en contextos de dificultades económicas” como los meses finales
de 2001, previo a la crisis que estalló en 2002. Tomado de el telégrafo de
uruguay
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