Las semillas del
Paraguay Por Caio Scavone Los pasados días 13 y 14 de agosto fue realizado en
la sureña y linda Encarnación el Primer Congreso Paraguayo de Semillas,
organizado por la Asociación de Productores de Semillas del Paraguay
(Aprosemp). La jornada estuvo interesante dada la potencialidad del sector y
sobre todo por la buena exposición de los actores que hacen a la semilla. Muy
pocos disertantes, junto a la buena comida y refrigerios, incitaron al bostezo
y a mejorar algún Segundo Congreso que pueda organizarse en el futuro. OPINIÓN La
simiente significa el mismo cimiento de toda producción agrícola y es la que
confiere calidad con que hoy trabajan muchos productores del Paraguay. La
semilla de un cultivo representa el futuro de este país. Hago refrigerar la
memoria diciendo que este país depende de lo que los agricultores –grandes,
medianos y pequeños– producen. También debe hacerse una mención especial a los
productores pecuarios y a una Asociación Rural del Paraguay que, desde un
tiempo a esta parte, se esmeraron para instalar a la producción cárnica y láctea
en sitios de vanguardia y en mercados de enorme privilegio. No hay que olvidar
igualmente que todo el buen producto pecuario como la gran calidad, exuberancia
genética y manejo de la carne vacuna paraguaya y sus derivados como las
vísceras y el cuero, los animales pequeños como los caprinos, las aves,
conejos, peces, abejas y ovejas, así como la excelente producción láctea
paraguaya, dependen en gran medida de la calidad de la semilla que origina la
obtención de un eficiente rinde forrajero. Puede señalarse entonces que la
semilla es la base y marca el rumbo de la economía paraguaya que, a su vez,
descansa en lo que la agricultura produce, sin desmerecer otras dependencias,
como la calidad del suelo y su buen manejo, como la labranza cero o mínima, el uso
de abonos verdes y la rotación de los cultivos, que son las otras actividades
que sostienen a toda una buena producción. El Ing. Héctor Cristaldo, presidente
de la UGP (Unión de Gremios de la Producción), desnudó las verdades y el
escenario dominante que tiene el sector semillero paraguayo que atañe, entre
otros rubros, a la soja, al trigo, maíz, algodón, canola, girasol, sésamo,
arroz, poroto, habilla, maíz chipá y maní. El productor paraguayo busca y no
encuentra una semilla de calidad. Se dispone solo del 30% de la semilla de soja
a sembrar, el 100% del maíz híbrido. Fue el país campeón de la siembra directa
y no hay semillas de abonos verdes y aún no se llega al 100% de la siembra
directa y suelos con cobertura que sustente su fertilidad. No se dispone de
semillas con alto poder germinativo y vigor y no se consigue en tiempo y los
precios siempre sobrevuelan hacia las nubes. Las malas prácticas agrícolas
siguen imperando, los regalitos maléficos de semillas siguen subyugando y
maquillando al populismo barato e inservible, su comercio sigue informal y las
“semillas de camión” siguen circulando como si nada. El Senave, institución de
control de la ley de semillas y protección de cultivares, debe modernizarse,
capacitar a sus técnicos y derogar leyes obsoletas. Debe esmerarse por una
buena producción de semillas que entregue confianza al agricultor sembrador,
debe desestimular el comercio ilegal, incentivar la investigación para el uso
de la semilla certificada y dejar de ser puro gestor de burocracia y traba para
las empresas que invierten y dejar de ser exclusivamente ente recaudador. Nada
aporta al desarrollo de los cultivos biotecnológicos y la agricultura criolla
produce alimento anual para más de 50 millones de seres humanos y, es lógico,
cada vez habrá más demanda mundial de alimentos. Es hora de sembrar buena semilla y confianza,
pero si las instituciones encargadas siguen cultivando suspicacias, ya se sabe
lo que en breve vamos a cosechar...
TOMADO DE ABC DE PARAGUAY
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