La ANDE conspira
contra el desarrollo del país No deja de ser una ironía que el Paraguay, siendo
el mayor exportador de electricidad del mundo y nadando en su abundancia, tenga
que estar sufriendo una de las peores crisis en cuanto al suministro de este
vital insumo. Todo por culpa del ente estatal responsable de su provisión, la
ANDE. A tal punto ha llegado la ineficiencia de la institución, que la
ciudadanía está al borde de una explosión de histeria colectiva, no solo en la
Capital y el área metropolitana, sino también en ciudades y pueblos del
interior de la República. El titular del ente, Víctor Romero, se ha visto
obligado a admitir que la ANDE simplemente ya no tiene la capacidad para seguir
proporcionando un servicio regular a la ciudadanía. Aún más, ha acusado a la
Municipalidad de Asunción de ser la culpable de la actual crisis energética por
promover el aumento del consumo de electricidad autorizando la construcción de
edificios de altura. Quiere decir que en lo sucesivo, para construir un
edificio en Asunción –y en otras ciudades– hay que preguntarle a la ANDE si
puede o no suministrarle electricidad. ¡Qué prueba más que esta se necesita
para afirmar que el ente estatal citado es un declarado enemigo del progreso! La
electricidad se ha convertido en un insumo vital para la humanidad, porque casi
no hay actividad humana que no dependa de ella de una forma u otra. Esto es así
hasta el punto de que, actualmente, nadie podría imaginar la vida en el mundo
sin ella. La necesitamos para iluminación, comunicación, transporte, cuidado de
la salud, industria, innovación tecnológica y mil necesidades cotidianas más.
De ahí que cualquier crisis en su suministro represente una catástrofe en
cualquier sociedad civilizada. Por tales razones, no deja de ser una ironía que
el Paraguay, siendo en estos momentos el mayor exportador de electricidad del
mundo con más de 40 millones de MWh –que cada año, a vil precio, se llevan
Brasil y Argentina de las usinas binacionales–, nadando en su abundancia, tenga
que estar sufriendo una de las peores crisis en cuanto al suministro de este
vital insumo. Todo por culpa del ente estatal responsable de su provisión: la
Administración Nacional de Electricidad (ANDE). En efecto, a tal punto ha
llegado la ineficiencia de la institución que la ciudadanía está al borde de
una explosión de histeria colectiva, no solo en la Capital y el área
metropolitana, sino también en ciudades y pueblos del interior de la República,
debido al colapso total del crucial suministro energético. Hasta ese extremo ha
llegado la inoperancia de la ANDE para hacer frente a los innumerables y
exasperantemente prolongados cortes de electricidad, que el propio presidente
del ente estatal, el ingeniero Víctor Romero, se ha visto obligado a admitir
que la institución a su cargo simplemente ya no tiene la capacidad para seguir
proporcionando un servicio regular a la ciudadanía. Esta decepcionante
confesión de parte del máximo responsable institucional de la crisis energética
que afecta al país equivale a una flagrante abdicación de responsabilidad,
tanto personal como institucional, y amerita que el Gobierno nacional tome el
toro por las astas para poner remedio a la grave crisis energética que amenaza
no solo la paz social de la República, sino también su economía. El mero relevo
del presidente de la ANDE no servirá para nada, mientras no se adopten
drásticas medidas de transformación estructural del sector eléctrico. Tales
medidas pasan por la creación del Ministerio de Energía y de un ente regulador
del suministro eléctrico a nivel nacional, según el modelo que duerme en la
trastienda del Congreso desde hace años, frenado a instancias de los
privilegiados sindicalistas y demás funcionarios del ente con falacias tales
como que “la ANDE es de todos los paraguayos”, que es una institución
“estratégica” que no se debe entregar a cualquiera, o que va a encarecerse
notoriamente el precio de la electricidad si cae en manos del sector privado.
Apelan a mentiras con tal de seguir manteniendo sus privilegios como el de
pagar la mitad del precio de la electricidad y otros abusos consagrados en sus
contratos colectivos de trabajo. Inadvertida
o intencionalmente, en su arrebato de autoincriminación, el presidente de la
ANDE ha buscado lavarse las manos a costa de la Municipalidad de Asunción,
acusándola de ser la culpable de la actual crisis energética por promover el
aumento del consumo de electricidad en la ciudad, autorizando la construcción
de edificios de altura a sabiendas de que la ANDE no tiene la capacidad de
atender una mayor demanda que la actualmente existente. Deja estupefacto
semejante estupidez, pues, a estar por tal afirmación, lo que el ingeniero
Víctor Romero insinúa es el absurdo de que el consumo nacional de electricidad
ya no debe crecer, porque la ANDE no está en condiciones de atender mayor
demanda que la actualmente existente a nivel nacional. Imagínese la gente…
Quiere decir que en lo sucesivo, para poder construir un edificio en Asunción
–y en otras ciudades, obviamente– hay que preguntarle a la ANDE si puede o no
suministrar electricidad. ¡Por favor! ¡Qué prueba más que esta se necesita para
afirmar que el ente estatal citado es un declarado enemigo del progreso! Al presidente de la ANDE se le escapó la
lengua y reconoció que la misma está obsoleta en todos los sentidos, sobre todo
en la moral del funcionariado público y sindicalista que la dirige. Si el ente
estatal no puede proporcionar abundante electricidad al país con las
formidables represas que tiene, es exclusivamente porque hace rato perdió su
rumbo institucional convirtiéndose en un inmoral botín político de un grupo de
personas (funcionarios públicos, sindicalistas, ingenieros electricistas y
empresarios inescrupulosos) y debe ser reformado, más temprano que tarde. Mientras
el Gobierno del presidente Horacio Cartes ofrece el oro y el moro para atraer
inversión extranjera directa centrada en industrias manufactureras que
aprovechen la abundante electricidad de que dispone el país, hete aquí que la
ANDE pretende congelar el consumo eléctrico nacional, cuando su rol es promover
el máximo consumo posible, en vez de propiciar indirectamente su fuga hacia
Brasil y Argentina por simple incapacidad institucional para sacar provecho de
tanta riqueza potencial de que el país dispone en este tiempo. Visto desde esa
óptica, la ANDE –su inoperante y corrupta administración– está del lado opuesto
al crecimiento económico del país. Siendo la abundante electricidad la
principal ventaja comparativa con que contamos para atraer la radicación de
capital extranjero, esta debió ser ya la hora en que la empresa estatal hubiera
tenido construidas tres o más líneas de transmisión eléctrica de 500 kV, en vez
de la única que hasta ahora tiene, y que costó –dicho sea de paso– el importe
de dos. Si el presidente Cartes desea realmente el crecimiento económico del
país, debe proceder sin más demora a una drástica transformación estructural de
la ANDE, duela a quien duela, chille quien chille. Tomado de abc de py - SI CREEN QUE PRIVATIZANDO VAN A SOLUCIONAR ALGO , SE EQUIVOCAN , MIREN ARGENTINA , SOLO SE TRASFIERE DINERO A 4 VIVOS AMIGOS Y EL SERVICIO CADA VEZ PEOR
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