Quinua, Bolivia
pierde el primer lugar Por Mónica Oblitas Zamora
ALIMENTO | PERÚ DESPLAZÓ A BOLIVIA COMO PRIMER PRODUCTOR
MUNDIAL CON UNA PRODUCCIÓN A ESCALA INDUSTRIAL. Hubo un tiempo en que la quinua
era considerada como un alimento de “segunda” que se usaba para las sopas de
quinua tradicionales y alguno que otro plato, pero su gran valor nutricional se
hizo conocido internacionalmente y comenzó a escalar posiciones hasta
convertirse en el hoy llamado “grano de oro”. Introducido como alimento para
los astronautas de la NASA y como parte sustancial de la alimentación de los
atletas y de los niños y niñas en edad de crecimiento, su industrialización
comenzó a diversificarse llegando a ser un ingrediente muy solicitado por los
grandes chefs de todo el mundo. Hubo un tiempo también, en que Bolivia lideraba
la producción de quinua, pero ya no. Hoy Perú ocupa el primer lugar en la producción
y exportación de quinua dadas las políticas de incentivo a los productores del
cereal que se tienen en el vecino país, y que han faltado en el nuestro. En
Bolivia se pensó que el boom del "grano de oro" sacaría de su
condición a la región más pobre del país. En pleno auge hasta 70.000
agricultores bolivianos se involucraron en la producción. Hoy muchos han
abandonado su cultivo y han vuelto al pastoreo y a la siembra de otros
alimentos, como la papa. Hay que ver cifras para entender cómo Bolivia perdió
el primer lugar en la cima de países productores: Los datos de la Cámara
Boliviana de Exportadores de Quinua y Productores Orgánicos (Cabolqui),
muestran que la producción bajó de 29.785 toneladas, en 2014, a 23.894 en 2015.
El año pasado las ventas de quinua al exterior también cayeron; se vendió cerca
de 103 millones de dólares, mientras que en 2014 se logró 197 millones. Del
total de las exportaciones de quinua boliviana, un 60 por ciento tiene como
destino los mercados de Estados Unidos y Canadá, un 25 por ciento Europa y el
resto otros países de Latinoamérica, Asia y Oriente Medio. Otro tema importante
en este aspecto es la baja productividad, la cual tampoco favorece la
competitividad de la quinua boliviana en el contexto local e internacional,
apenas se alcanza un rendimiento de 560 kg/ha, mientras que en el altiplano del
Perú se logra más de 1.000 kg/ha y en los valles peruanos más de 3.000 kg/ha para
la quinua convencional. Y FUERA DE LOS
ANDES El 11 de junio de 2012, el Primer Mandatario boliviano fue nombrado
por la FAO Embajador Especial para el Año Internacional de la Quinua. Morales
agradeció el nombramiento y señaló en ese momento que las Naciones Unidas
reconocía este cereal como un alimento “más importante para la vida”. La ONU
declaró a 2013 el Año Internacional de la Quinua por gestión del presidente Evo
Morales. Esa organización dijo que el grano andino puede salvar del hambre al
mundo por su cualidad para adaptarse a diferentes condiciones agro-ambientales
en un contexto de cambio climático. El 27 de agosto de 2014, los países de la
Comunidad Andina reconocieron que Bolivia es el país de origen de la quinua
real. Y hasta el 2014, Bolivia fue el primer productor y exportador mundial de
la quinua y tenía el control absoluto sobre el precio del grano, pero
actualmente los volúmenes de producción y exportación, así como el precio
internacional de la quinua, han bajado drásticamente, con un impacto adverso en
la economía de los actores del complejo productivo de la quinua, especialmente
en el de los pequeños productores, explica la ingeniera Carla Quiroga, una de
las expertas más importantes en esta área “El posicionamiento de la quinua en el
contexto internacional como el “superalimento” y su fácil adaptabilidad a
condiciones extremas, impulsada por la declaración del Año Internacional de la
Quinua, han contribuido al incremento en el consumo mundial y su producción, y
acelerado el desarrollo de la competencia a nivel internacional, que a mediano
plazo podría constituirse en una amenaza real en el predominio de la región
andina en la oferta de la quinua en el mundo.” Al respecto, el Instituto
Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informó que Brasil cuenta con experiencia
en la tropicalización de la quinua, aunque en Bolivia esa posibilidad todavía
no ha tenido resultados concretos para ese tratamiento. Además, la entidad
indicó que en 2014 los nuevos mercados a los que se exportó el cereal son
Bulgaria y Emiratos Árabes. Hoy cerca de 70 países en el mundo ya producen
quinua, entre los que se destacan Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca,
Holanda e Italia. Mientras que en Kenia, India y Estados Unidos se está
desarrollando de manera experimental. Ángel Mujica, investigador de la
Universidad Nacional del Altiplano en Perú, que ha estudiado las bondades de la
quinua por más de 30 años, lanzó la alerta en 2013, justo cuando se declaró el
Año de la Quinua, de que una empresa francesa había iniciado el trámite, ante
la Oficina Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), para patentar el uso
cosmético del cereal. “Ellos han concentrado los ácidos grasos del grano y, con
eso, están preparando un producto cosmético para uso humano. Sin embargo, es
totalmente ilógico que, por esa práctica, pretendan patentar el uso cosmético
de una planta originaria de las orillas del Titicaca, cuyo empleo está
ampliamente difundido en sus diversas variedades y genotipos”, dice el experto
peruano. No se sabe cuánto ha avanzado esta demanda, pero sí que sigue en curso. LA MAGIA DE LA QUINUA REAL Carla
Quiroga explica que Bolivia sigue liderando la exportación de Quinua Real
orgánica pero que el diferencial de precio entre la quinua orgánica y la
convencional ya no es significativo, además de que algunas de las prácticas que
favorecen el desarrollo de la agricultura orgánica, como la rotación y descanso
del suelo y la cría de llamas, se ven amenazadas ante el avance de una
agricultura mecanizada y orientada al monocultivo. “El tamaño y las
características del grano de Quinua Real tienen un gran potencial
diferenciador, pero podrían dejar de ser imprescindibles ante el desarrollo de
un mercado internacional masivo de productos transformados”, dice Quiroga. Al
respecto, desde el ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, ya se ha
adelantado que la producción de quinua en la presente gestión caerá
“sustancialmente”, aunque no se precisó en qué porcentaje. Esto se debe a la
sequía que se vive en las regiones productoras y por la falta de incentivos a
la comercialización. DE ORO, Y CARO Pese
a todas sus bondades y a ser producido en el país, el “grano de oro” tiene
precios casi prohibitivos en Bolivia donde casi 2,5 millones de personas (26%)
sufren subnutrición y hambre crónica, según la Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura FAO, que define como subnutrición o hambre
crónica al estado de las personas cuya ingestión es menos de unas 1.800 kcal
por persona. En Bolivia se tiene un índice de consumo de quinua particularmente
bajo, con 1,11 kilos por año por cada habitante. El director general de la FAO,
Graciano da Silva, afirma que los únicos beneficiados con la venta de la quinua
fueron los comercializadores, los cuales elevaron los precios de este cereal
afectando al bolsillo de los consumidores. El precio de la quinua se incrementó de manera sostenida las
últimas tres décadas, debido al aumento de la demanda externa. En 2006 la
tonelada de quinua costaba 1.150 dólares y en 2012 subió a 3.287 dólares. De
enero de 2013 a enero de 2014, el precio internacional del grano aumentó
significativamente de 3.350 dólares a 7.443 dólares. En 2014 se tuvo un ligero
descenso para precipitarse en el primer semestre de 2015 (3.600 dólares),
explica la ingeniera Quiroga. “La declaración del Año Internacional de la
Quinua tuvo un efecto bumerán en nuestro país, ciertamente influyó en el alza
del precio de la quinua así como en su caída, debido a un incremento acelerado
en la demanda externa por una mayor difusión de las propiedades nutricionales
excepcionales del “grano de oro” y un aumento de la producción fuera de
Bolivia, generando una sobreoferta del producto a precios menores. El aumento
en el precio internacional de la quinua beneficia económicamente a los actores
involucrados en la producción primaria, transformación, comercialización y
proveedores de insumos y servicios, pero no favorece al consumo local, incluso
pone en riesgo la seguridad alimentaria en las regiones productoras.” La
principal necesidad del sector, de acuerdo a lo que ha investigado el equipo a
cargo de Quiroga, es mejorar la competitividad, tomando en cuenta que Bolivia
ya no tiene el liderazgo internacional en el mercado y que incluso en Bolivia
se puede encontrar quinua peruana a menor precio que la nacional. Quiroga
explica la necesidad de trabajar en el incremento del rendimiento agrícola a
través de un manejo adecuado del suelo, agua, semillas, plagas y desarrollo e
implementación de tecnologías sostenibles apropiadas. “La consolidación y
apertura de nuevos mercados, resaltando las características diferenciadoras de
la quinua boliviana, especialmente las de la Quinua Real orgánica, con un alto
contenido de proteínas y minerales, libre de gluten y prolaminas, esta última
identificada en la quinua convencional peruana. Y el desarrollo de canales de
distribución y comercialización apropiados.” De acuerdo a Quiroga, la falta de
visión de los sectores involucrados ha sido uno de los factores principales
para la caída de la quinua boliviana: “Este sector no estaba preparado para
hacer frente a la competencia externa y a la caída del precio internacional de
la quinua y mucho menos organizado, los actores del complejo productivo de la
quinua se ven como competidores entre sí en lugar de verse como aliados. Tampoco
se estableció la institucionalidad mínima requerida para armar negocios a largo
plazo y generar relaciones de confianza con los clientes, en algunos casos, se
han incumplido contratos y se ha distorsionado la calidad del producto por el
afán de vender más, mezclando quinua orgánica con quinua convencional. “Y el
apoyo a la promoción del consumo interno y apertura de nuevos mercados fue
débil, así como a la innovación y desarrollo de tecnología para la producción e
industrialización de productos con un mayor valor agregado.” CAMBIO CLIMÁTICO,
OTRO ENEMIGO El cambio climático es
sin duda, uno de los factores que más afectan a la producción de quinua. La
región de mayor producción de quinua en Bolivia presenta una alta
vulnerabilidad ecológica, caracterizada por bajas precipitaciones pluviales,
presencia de suelos arenosos y salinos con contenidos muy bajos de materia
orgánica, recurrencia de sequias y heladas y vientos fuertes. La ampliación de
la frontera agrícola trajo consigo un descenso importante de la actividad
ganadera (llamas), complemento importante al cultivo de la quinua por el aporte
de abono que contribuye directamente en la fertilidad del suelo, y reducción de
la cobertura vegetal a través del destholamiento, intensificando la erosión del
suelo. El uso de prácticas agrícolas inadecuadas y mecanización de la producción,
también agravaron este escenario, explica Quiroga. “Estos aspectos afectan la
estabilidad del ecosistema en su conjunto, con elevados riesgos de convertirse
en un sistema insostenible e improductivo.” Además, en el presente año agrícola
(2015-2016) se estima una reducción de la superficie de siembra en un 60 %
aproximadamente, debido a la intensificación de las condiciones climatológicas
adversas (sequias y fuertes vientos) a consecuencia del fenómeno del Niño,
afectando así a cientos de familias que se dedican a la producción de la
quinua. "Las afectaciones del fenómeno de El Niño están principalmente en
la parte sur del departamento de Oruro, estamos hablando del altiplano sur,
donde tenemos una reducción en la producción de quinua que estimamos en un 50
por ciento", señala el director del Centro Internacional de la Quinua,
Edgar Soliz. Esto se traducirá, obviamente, en un aumento en el precio para el
consumidor boliviano. Actualmente, el efecto climático se siente en las
regiones de Oruro, el norte de Potosí y el sur de La Paz, lo cual es una de las
causas más relevantes para explicar este descenso. Y la falta de sistemas de
riego, lo que ha sido reclamado por el mismo Ministerio de Desarrollo Rural y
Tierras. El viento y la sequía afectan fuertemente a las siembras de quinua en
la inmediaciones de los salares de Uyuni y Coipasa. Según dirigentes de tres
organizaciones de productores consultados por Soliz, 18.000 hectáreas de las
85.000 que gestionan habrían perdido toda su cosecha. Se estima que la
superficie total de siembra en el país es de 180.000 hectáreas. (Con datos de
Erbol, IBCE, Los Tiempos, FAO). LO QUE
SE HA HECHO Reconocimiento de la denominación de origen de la quinua Real,
100 % boliviana, por parte de los países que conforman la Comunidad Andina
(Perú, Colombia y Ecuador)
Creación e implementación del Centro Internacional de la
Quinua
Incremento del consumo interno, en 2010 el consumo llegó a
12.500 t y en 2014 a 14.600t
Ampliación de los cultivos, entre 2010 y 2011 fue de 64.000
ha y en 2014 de 176.000 ha
Investigación e innovación tecnológica para la producción
sostenible de quinua orgánica que permitirá incrementar el rendimiento y
reducir la degradación del suelo, proyecto financiado por CABOLQUI y el BID
Construcción de una planta procesadora que beneficiará a
1.500 familias y la construcción de una planta industrializadora de leche de
quinua con una capacidad de producción de 4.800 litros por mes que beneficiará
a más de 280 familias, ambas en Potosí, emprendimiento financiado por FAUTAPO y
la Unión Europea.
Liderazgo en la elaboración de la norma del CODEX
Alimentarius para el grano de quinua
Conformación de un consejo, conformado por APQUISA, ANAPQUI,
TIKAUTA y los productores, que se encargará de regular precios, efectuar
control de calidad y producción, además de certificar que el producto es
boliviano. LO
QUE FALTA POR HACER Innovación
y desarrollo tecnológico para mejorar la productividad de la quinua y
salvaguardar la producción orgánica.
Preservación y uso sostenible de los recursos naturales y el
medio ambiente.
Desarrollo del comercio interno y externo, que prioriza la
seguridad y soberanía alimentaria de la población nacional, pero que también
promueve la apertura de nuevos mercados internacionales y combate el
contrabando.
Establecimiento de servicios financieros y crediticios, así
como políticas de fomento, para atender las necesidades de los actores
articulados al complejo productivo de la quinua.
Mejoramiento e implementación de infraestructura productiva.
Validación de la denominación de origen de la Quinua Real a
nivel internacional, principalmente en Estados Unidos de Norteamérica y en la
Unión Europea.
LA EXPERTA Carmen Carla Quiroga Ledezma, de formación
ingeniero químico (UMSS - Bolivia), con grado doctoral (Universidad de Lund –
Suecia) y un posdoctorado (Universidad Politécnica de Valencia – España), es
especialista en temas ambientales en el sector industrial (Chile, Alemania,
Suecia, Estados Unidos de Norteamérica). Directora del Centro de
Investigaciones Agrícolas y Agroindustriales (CIAAA) de la Universidad Privada
Boliviana (UPB), cuyos trabajos de investigación relacionados con la quinua
fueron reconocidos por la Asociación Boliviana para el Avance de la Ciencia
(ABAC) y premiados por el Viceministerio de Ciencias y Tecnología. Miembro
fundadora de la red de alientos del Viceministerio de Ciencias y Tecnología,
directora de la Fundación PROINPA y delegada del Comité Nacional del CODEX
Alimentarius – Quinua. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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