Los frutos de la
inversión en la industria arrocera de Cienfuegos
Aumento en la calidad y el volumen de las producciones son
resultados perceptibles del proyecto
inversionista emprendido en la UEB La Paquita
Autor: Julio Martínez Molina |
El nuevo molino y la base de silos de 3 000 toneladas fueron los primeros
objetivos fabriles concluidos en un proceso inversionista que entra en su recta
final en el 2016. Foto: Julio Martínez Molina
CIENFUEGOS.—Quien viera, tres años atrás, cuánto era
entonces el secadero La Paquita y aprecie cuánto es hoy la unidad empresarial
de base (UEB) del mismo nombre —corazón de la industria arrocera en la provincia—,
quedaría muy impresionado por el positivo vuelco transformador operado aquí,
merced a una millonaria inversión emprendida con celeridad y loables
resultados.
Gracias a dicho proyecto inversionista, con base en la
citada UEB enclavada en Aguada de Pasajeros, la empresa Agroindustrial de Granos
de la provincia ha asegurado la estabilidad de una industria de este tipo, el
aumento en la calidad y volumen de las producciones, la mejor atención a las
demandas tecnológicas de los productores y la añorada suficiencia tecnológica.
Lo anterior lo considera Michel Castillo Vera, director
industrial de la referida Empresa, quien recuerda que esta era una industria
que dependía totalmente de Matanzas para su funcionamiento, y que en La Paquita
solo se contaba con un viejo molino fabricado en 1948.
“Antes nos veíamos en la obligación de trasladar el arroz de
Cienfuegos hasta Matanzas (Hoyo Colorado o Jovellanos, indistintamente), de
cara a cuyo procesamiento incurríamos en elevados gastos por concepto de
combustible, transportación y mermas del grano. Eso está eliminado del todo”,
complementa.
“Hoy, gracias a la inversión en marcha, ya poseemos un
molino capaz de procesar cinco toneladas por hora y una moderna base de silos
de 3 000 toneladas de capacidad. De igual modo, se está montando un secadero de
56 toneladas (el cual se agregaría a uno ya existente) y ese será el cierre de
ciclo aquí en la UEB La Paquita, núcleo de la industria arrocera de
Cienfuegos”, significa el directivo.
Yosvany Vera Pérez, director de la UEB, indica que de la
inversión arrancada a finales del 2013 ya resta la construcción civil del
secadero de 56 toneladas, el cementado del patio de la unidad, un almacén
general de insumos a construirse detrás del ya existente, la construcción de
las áreas
exteriores y terminación del edificio socio-administrativo.
El producto procesado descuella por su calidad y limpieza. Foto: Julio
Martínez Molina
En estos momentos, el proceso inversionista marcha cerca del
80 % de ejecución general, puesto que los compromisos fabriles de mayor envergadura
ya fueron levantados, sin restar la debida importancia a las obras por acometer
o finalizar.
Desde el punto de vista productivo, económico y de la
calidad del producto terminado, el molino en funcionamiento aquí desde el 2015
no solo beneficia a la empresa, sino a la población, pues el arroz antes
comercializado en Cienfuegos era molinado por los mismos productores (los
campesinos), no siempre con la calidad debida.
Carlos Rodríguez, operador del molino y Ariel Campos,
estibador, resaltan la calidad del grano ensacado ahora en la UEB, tanto como
el óptimo rendimiento industrial de un enclave de significación estratégica
para los planes de progresiva y escalonada suficiencia nacional en su
producción del grano.
Los molineros de La Paquita sacan de estas máquinas
alrededor de 110 toneladas diarias del importante renglón alimenticio, cuyo
origen agrícola se encuentra en una base campesina que integra a cerca de 900
productores individuales de alrededor de unas 60 formas productivas dedicadas
al cultivo.
Los 134 obreros de la UEB laboran de forma ininterrumpida,
en tres turnos de ocho horas diarias, sabedores de la significación social y
utilidad de su quehacer. Lo hacen con las condiciones tecnológicas garantizadas
(las máquinas brasileras Zaccaría optimizan las dinámicas fabriles) y una
correcta atención al hombre, tendente a impulsar la productividad en la jornada
laboral.
Cual resultado de lo anterior, el índice de estabilidad es
muy alentador aquí, como igual sucede en la mayor parte de los grandes
objetivos industriales de Cienfuegos.
El proceso inversionista de La Paquita, a un monto de 14
millones de pesos, moneda total, es otra muestra más de cuánto garantiza
siempre, en términos de confiabilidad y resultados, emprender una tarea con
visión, sentido colectivo de la responsabilidad y ajustada a los cronogramas de
ejecución. TOMADOD E LA GRANMA DE CUBA
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