viernes, 6 de noviembre de 2020

CUANDO COMER NO ES SINÓNIMO DE ALIMENTACIÓN SALUDABLE

 CUANDO COMER NO ES SINÓNIMO DE ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Por Osvaldo Nicolás Pimpignano



Lo que hemos dar en llamar modernidad ha traído un sin número de soluciones, ventajas y comodidades que nuestros padres no disfrutaron. Pero paralelamente han creado algunos problemas serios. Entre otros El Cambio Climático en todas sus manifestaciones y nuevas enfermedades evitables.

Las enfermedades evitables en muchos casos tienen relación directa con lo que ingerimos, generalmente productos industrializados que para su aceptación, conservación y apariencia requieren se le adicionen elementos conservantes, saborizantes, y colorantes entre otros, según de que producto se trate.

figura , modelo de uruguay 

Es frecuente en las ciudades que todos los integrantes de la familia trabajen fuera de sus hogares y el tiempo dedicado a la elaboración de los alimentos sea escaso y recurra a las conservas o a la compra de alimentos que llegan a la puerta listos para consumir. Esta tendencia ha crecido en las últimas décadas, y una de sus consecuencias son las tasas de obesidad se hallan elevado enormemente en todo el mundo, en gran medida por hábitos no saludables como la mala alimentación saturadas de grasas y calorías. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014, el 39 % de las personas adultas tenían sobrepeso y el 13 % eran obesas. Con ello, la prevalencia mundial de la obesidad se ha duplicado entre 1980 y 2014. Esta situación aumenta el factor de riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como patologías cardiovasculares, diabetes, hipertensión, trastornos del aparato locomotor y algunos cánceres (endometrio, mama y colon, por nombrar algunos).

figura etiquetas de cuba 
En este desalentador contexto, Chile tiene un considerable aumento de peso en su población, liderando junto con Argentina, los países con el más alto índice de sobrepeso y obesidad de Latinoamérica. Lo más preocupante es que también encabezan el ranking en los niños afectados, específicamente en menores de cinco años, según datos que entrega la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ambos registran 10 % de su población infantil menor a cinco años con sobrepeso, manteniendo esta tendencia durante los últimos 8 años.

Uno de causantes de esta situación es la falta o confusa información de lo que ingerimos. Si bien legalmente los productores de alimentos en conservas informan en las etiquetas los contenidos del producto esta información casi nunca resulta comprensible para el consumidor medio y menos aún las consecuencias que esos ingredientes tienen para la salud.

Por esta razón, en particular en Latinoamérica se está imponiendo una información adicional en los envases de estos productos de manera que el consumidor este advertido del daño que pueden producir a su salud, el primer paso en este sentido lo dio Chile en 2016 con la aplicación de unos hexágonos negros de tamaño muy visible.

En el Congreso mexicano la norma ya es Ley y la industria alimentaria tendrá que enfrentar un cambio fuerte en su manera de presentarse al público. El cambio en las etiquetas de productos procesados con alto contenido en azúcares, sodio y grasas saturadas, permitirá al consumidor elegir opciones más saludables y con ello combatir los altos índices de sobrepeso y obesidad que enfrenta el país. México se convertirá en el cuarto país de Latinoamérica en implementar esta medida. Antes lo hicieron Chile, Perú y en Uruguay entrará en vigor en marzo de 2021.

Visto desde la experiencia de estas naciones, las empresas mexicanas del sector tendrán que reinvertirse para enfrentar grandes cambios que, de no atenderse a tiempo, podrían incluir la reformulación exprés de sus productos, un reetiquetado caótico y serios desencuentros con la nueva normatividad.


 El tema en México resulta aún más inquietante para las empresas atendiendo a entrada en vigor, el 1 de abril de 2021 de la prohibición de incluir en la etiqueta personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas. Además de “elementos interactivos, tales como juegos visual-espaciales o descargas digitales, que, “estando dirigidos a niños, inciten, promueven o fomenten el consumo”.

La Ley de etiquetado en Chile implicó un gran desafío para toda la industria productora y comercializadora de alimentos. “Fue un trabajo titánico”, expone Marisol Figueroa, gerente general de la asociación Alimentos y Bebidas de Chile (AB Chile). Ser pionero siempre cobra factura y en este país se requirió de mucho trabajo y recursos para poder saldarla. “La industria de alimentos chilena logró reformular un 19% de los productos que se verían afectados por la norma durante los primeros meses de vigencia; sin embargo, durante la última fase de implementación del nuevo etiquetado, la de este año, que es más restrictiva, hay productos que aún después de ser reformulados superaron los límites y hoy tienen “discos negros”,  que son las advertencias en forma de octágono” muy visibles, señala Figueroa.

Mientras tanto, en Chile viven otra polémica que involucra al “Tigre Toño” un personaje popular entre los niños chilenos y en muchos casos argumento de venta del producto: las nuevas reglas de etiquetado establecieron la prohibición de utilizar personajes en productos que estén dirigidos a menores de 14 años

figura etiquetas de peru 
En Perú, donde los sellos negros de advertencia son una realidad desde junio de este año, se aprendió de la experiencia ajena. “No pasó lo que en Chile, donde en los supermercados había pasillos completos en los que todo eran octógonos negros”, comenta Urpi Torrado, gerente de investigación de mercados. En Perú la implementación tuvo sus problemas en un vacío en el reglamento que generó debate sobre la ubicación de los sellos de advertencia en envolturas, empaques y botellas. “Debido a ello lo más complicado del proceso fue empezar a reetiquetar.

Entonces, ¿cómo lo lograron?, Torrado comparte algunas de las soluciones implementadas por las empresas de alimentos y bebidas en el Perú: “Hicieron ampliaciones de algunas líneas de productos que sí cumplían con los requerimientos, algunas sacaron nuevas categorías y otras revisaron sus fórmulas”. La CEO de Datum destaca el caso de Coca Cola, empresa que antes de la llegada de las nuevas reglas de etiquetado ya contaba con una fuerte campaña en medios de su refresco sin azúcar, estrategia que por cierto hoy se imita en México. Otro ejemplo de reacción fue la marca Laive con sus lácteos, la cual, “hizo una revisión de todos sus productos para evitar los octógonos”, ejemplifica Torrado.

Aunque en Uruguay el etiquetado frontal de alimentos entrará en vigor en marzo del próximo año, pese estar aprobada desde agosto de 2018, las empresas uruguayas se muestra reacias a compartir la experiencia chilena. Virginia Morales, secretaria ejecutiva de la Cámara Industrial de Alimentos (Ciali), comenta uno de los puntos que más los ocupan en estos momentos: “El tema de los envases y de cómo cumplir con la nueva normativa. No es lo mismo una botella que una caja, en algunos casos es más costoso colocar los octógonos. Estamos trabajando el arte de las etiquetas para cumplir el marco jurídico y poder cumplir con el tema el primero de marzo”. En Uruguay en estos momentos trabajan en cómo solucionar el tema de los límites de nutrientes establecidos para que, por ejemplo, no coloquen al bacalao al mismo nivel que una sopa instantánea, puesto que ambos son altos en sodio

Caminando en sentido inverso el parlamento de la Unión Europea ha resuelto permitir a las empresas etiquetar productos de origen vegetariano con nombres como si fueran de origen animal. De esta manera, se podrán utilizar términos como «hamburguesa vegetariana» o «salchicha vegana». Lo que sin duda puede inducir a error a los consumidores, ya que la apariencia es la misma en unos y otros.

figura , ejemplo de botella etiquetada
No obstante, como señaló AFP, los eurodiputados apoyaron una enmienda para prohibir el uso de términos como «queso» o «yogur» para productos alimenticios cremosos pero sin lácteos, cada vez más populares.

Mientras tanto en Argentina los senadores aprobaron a fines de Octubre con 64 votos a favor y tres en contra, la norma que establece la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos con altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías. La norma fue apoyado mayoritariamente, por oficialistas y opositores.

El proyecto busca garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas. También, en el caso de los productos con edulcorantes, debe contener una leyenda precautoria, inmediatamente por debajo de los sellos de advertencia, con la leyenda: “Contiene edulcorantes, No recomendable en niños/as”.

Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir con los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud. Además, se exceptúa de la colocación de sello en la cara principal al azúcar común, sal de mesa, aceites vegetales y frutos secos.

Entre otros aspectos, el proyecto prohíbe que los alimentos y las bebidas analcohólicas que contengan algún sello de advertencia incorporen información nutricional complementaria; logos o frases con el aval de sociedades científicas o asociaciones civiles; y personajes infantiles, animaciones, celebridades, deportistas, entre otros.

Una de las autoras del proyecto, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, se mostró “convencida de que mejorar la calidad de información de los alimentos que consumimos es una demanda social”. El radical mendocino Julio Cobos, otro de los autores del proyecto, mencionó que hay un “crecimiento del 75 por ciento de factores de riesgo, principalmente de obesidad y sobrepeso,” y comentó que “más de 27 millones de argentinos tienen exceso de peso”.

Se prohíbe la promoción o entrega a título gratuito de los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan al menos un sello de advertencia no pueden ser ofrecidos, comercializados, publicitados, promocionados o patrocinados en los establecimientos educativos del Sistema Educativo Nacional.

Así las cosas mientras Latinoamérica se encamina hacia una alimentación más saludable, los EE.UU y la Unión Europea se quejaron ante la Organización Mundial de Comercio porque estas normas perjudican a sus empresas.

NR: Un bebida analcohólica es la que no supera un grado alcohólico volumétrico adquirido del 1,2% vol., como las bebidas refrescantes de extractos, de zumos de fruta, carbonatadas, aromatizadas, etc.

FUENTES: Organismos de salud de Chile, Perú, México y Uruguay - OPS y Senado Argentino.


Por Osvaldo Nicolás Pimpignano

Periodista de Investigación – FLACSO

Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA

osvaldopimpignano@gmail.com

Las imágenes fueron tomadas de la Web

 

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