Avanzan los proyectos para el crecimiento y las exportaciones del sector
Más producción porcina, pero sustentable
El gobierno nacional y las provincias negocian acuerdos con
China para elevar la oferta de cerdos. Las claves para que sea sostenible en
términos sociales, ambientales y productivos.
Por Javier
Lewkowicz
La Argentina tiene las condiciones para elevar la
producción porcina.
Imagen: Verónica Bellomo
La carne porcina es la segunda más consumida del mundo,
detrás del pollo. Argentina ocupa un papel casi insignificante en el mercado
mundial y cuenta con la tierra, el agua y los granos necesarios para dar un
salto de producción. El sector local porcino registra un crecimiento
muy fuerte en los últimos quince años y tiene la ventaja de que está libre de
enfermedades animales. China está desplegando un proceso agresivo de
inversiones en el exterior para asegurarse la provisión de la carne de cerdo y
Argentina necesita mejorar sus exportaciones. Este combo de factores determina
que la producción porcina con destino a exportación va a crecer.
Hay oportunidades y también riesgos. La incógnita radica en el cómo y la clave
es la sostenibilidad social, productiva y ambiental, que requiere abrir canales
de control y participación en la redefinición de normas sanitarias.
LEER
MÁSLas automotrices tocaron el freno | La producción cayó 9,8 por
ciento interanual en octubre
El tema se subió al centro de la escena en julio pasado,
cuando la Cancillería anunció un próximo acuerdo de entendimiento con
China. En un principio, circuló el número de que el país pasaría a producir
9 millones de toneladas de cerdo (desde las 700 mil toneladas anuales de la
actualidad) con inversiones por 27 mil millones de dólares en un puñado de 25
granjas. Estos números encendieron la alarma en grupos ambientalistas,
especialistas del sector y en productores locales. Se aclaró que hubo un
gran error en los números, el tema fue pateado para más adelante y bajó la
espuma.
PUBLICIDAD
El gobierno sigue con la idea de la firma de un acuerdo de
entendimiento, en eso trabaja el Ministerio de Agroindustria. Los
capitales chinos incorporarían de forma gradual 900 mil toneladas de producción
por año, pero eso depende de los proyectos concretos que se firmen. Más
allá del “entendimiento” bilateral, sobre el cual no hay mucha información, el
tema ya está avanzando.
Inversiones en Chaco
La semana pasada, el gobernador de Chaco, Jorge
Capitanich, firmó un convenio con la empresa de capitales
chino-argentinos Feng Tian Food. Según explicaron desde la Provincia, “el
proyecto consiste en el desarrollo de tres complejos con cinco granjas
de 2400 madres cada una, un frigorífico exportador, una planta de biodiesel, un
biodigestor con generación de energía y una planta de alimentos balanceados”.
La información oficial detalla que la inversión total sería de 129 millones de dólares
y permitiría la generación de 360 empleos en cada complejo, que se emplazarían
al noreste de la provincia, otro en el centro y el tercero en el sudoeste. De
todas formas, es un anuncio que está todavía lejos de la concreción. Ahora
comenzaría la etapa de la búsqueda de socios locales y de China, y de
financiamiento.
Una granja de 2500 madres es de un tamaño mediano. Las
granjas más grandes del país cuentan con 6 a 7 mil madres y las “mega-granjas”
tienen 12 mil madres y sus crías. Cada uno de los tres complejos demandaría
32 mil toneladas de soja y 87 mil de maíz al año, del millón de toneladas de
maíz y 1,6 millón de soja que se producen anualmente en la provincia.
Las perspectivas
La producción global de carne de cerdo se estima para 2020
en 101 millones de toneladas, por debajo de la producción de carne de pollo
(136 millones de toneladas) y por encima de la carne vacuna (72
millones). El mercado está dominado por China, principal productor, con
casi el 40 por ciento del total, unas 40 millones de toneladas anuales. Le
siguen Estados Unidos, Alemania, España, Brasil, Rusia, Vietnam y Canadá.
La producción local se duplicó en los últimos diez
años y se producen unas 700 mil toneladas anuales. Así, Argentina está muy
por debajo de Alemania (4,9 millones de toneladas), España (4,2), Francia (2,0)
y Dinamarca (1,5 millón) con una superficie y disponibilidad de granos más
grande.
El nivel de producción mundial viene sufriendo un retroceso
en los últimos dos años. Esa caída se explica por el impacto de la peste
porcino africana (PPA) en China. La PPA no afecta a humanos pero es
muy dañina para el ganado. En los últimos años, retrajo fuertemente la
producción de China y ahora amenaza en Europa. A raíz de la PPA,
desde hace un par de años China está saliendo a buscar mercados desde dónde
abastecerse.
Participación
“Ante los planteos iniciales de las mega-granjas de
12 mil madres distribuidas en cien hectáreas yo compartía plenamente las
preocupaciones ambientales. Pero la realidad parece estar muy lejos de
ello, porque no hay nada sobre seguro y porque los proyectos que se esbozan no
son de esa magnitud. Necesitamos tener granjas distribuidas a lo largo
de 150 kilómetros, con recaudos de bioseguridad y también en el plano ambiental a
partir de un grupo auditor en donde participen gobiernos, ambientalistas,
productores e industriales”, indicó a este diario Juan Uccelli, consultor del
sector porcino.
No sólo hay preocupaciones ambientales, también desde la
sanidad animal. “Argentina es un país joven en el sector porcino y no sufre de
enfermedades. Esto no es negociable. No se pueden traer madres desde China ni
de ningún lado. Hay que mantener el status sanitario”, advierte
Jorge Amado, de la Asociación Argentina Productores de Porcinos (AAPP). La otra
preocupación de los productores es que la carne producida a partir de las
inversiones de capital chino no se vuelquen al mercado local, ya que si eso
sucediera se pondrían en riesgo a los 4 mil productores actuales.
Los especialistas coinciden en que hay una buena
base de desarrollo local y posibilidades de expansión en un contexto favorable. Pero
la fuerza del mercado no coincide con las necesidades de las comunidades y
productores locales, lo cual exige presencia del Estado para dirigir el
proceso a través de un marco de consenso lo más amplio posible
mediante canales de participación y marcos regulatorios específicos.
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
No hay comentarios:
Publicar un comentario