El Poder Ejecutivo Nacional, acuciado por el creciente déficit de energía, ha reactivado las actividades nucleares argentinas de todo tipo. Se incluyen la terminación de la Central Nuclear Atucha II, adyacente a la preexistente Atucha I en la cercanía del río Paraná, aguas arriba de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Los planes de contingencia en caso de accidente nuclear sólo toman en cuenta incidentes menores que pueden afectar el territorio adyacente en un radio de 10 km. Un accidente nuclear de nivel 7, como el del Fukushima (Japón), podría abarcar un radio de unos 500 km. Esto afectaría a casi la mitad de la población de Argentina, con consecuencias incalculables. Además, se ha hablado de la localización de una tercera central nuclear en el mismo sitio. Aunque las probabilidades de un tsunami son nulas en la zona, no sucede lo mismo con los terremotos, que aunque poco frecuentes, ya han sucedido en el pasado. El tema no ha tenido la discusión mínima necesaria por la sociedad argentina.
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