La cuenta pública del año 2011 y la carta de navegación para los próximos doce meses reflejados en el discurso del Presidente Sebastián Piñera ante el Congreso pleno en Valparaíso este 21 de mayo fue, en materia ambiental, extremadamente pobre, y más bien queda la sensación de que no “asistieron hoy” los temas forestales, agua, energía, minería y medio ambiente en general.
En efecto, en esta materia los anuncios presidenciales fueron muy similares a los de año pasado: fortalecer la Institucionalidad Ambiental con la entrada en funcionamiento de los Tribunales Ambientales y la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. El discurso escrito, disponible en la web del gobierno, presenta un matiz un poco distinto, pues incluye un párrafo dedicado al tema forestal, a la situación vivida en enero de 2012 a raíz de los incendios forestales que destruyeron más de 85.000 hectáreas de bosques y plantaciones, incluido el incendio en el Parque Nacional de Torres del Paine. Además, se hace explícita mención al proyecto de ley que el Ejecutivo envió al parlamento en enero de 2011 para crear el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que dependerá del Ministerio de Medio Ambiente ; lo curioso es que el tema es abordado en el capítulo denominado “Abonando la Agricultura”, junto al anuncio que el Ministerio de Agricultura se está transformando en un moderno Ministerio de Agricultura, Alimentación y Recursos Naturales, a pesar de lo cual no existe anuncio alguno del envío al Parlamento de un proyecto de ley para realizar tales cambios.
Más confuso aún resulta esto si se compara con el discurso del 2011, que señala que “próximamente enviaremos a este Congreso un proyecto de ley que transformará el actual Ministerio en el Ministerio de Agricultura y Alimentos, para hacer de Chile una potencia agroalimentaria y forestal”, proyecto que hasta el día de hoy no ha sido enviado. Ahora se anuncia otra transformación de esta cartera, pero sin un proyecto de ley asociado, es decir, sin compromiso de cambio.
Lo que resulta confuso es el momento en que el Presidente decide mencionar el tema de la creación del Servicio Nacional de Biodiversidad y Áreas Protegidas, pues lo vincula primero con la temática forestal, y más adelante reitera el tema vinculado al capítulo dedicado a Medio Ambiente, anunciando la próxima creación de este Servicio, aunque esta vez lo llamó “Servicio de Parques y Biodiversidad”. La tramitación de este proyecto en el Congreso ha sido lenta, y claramente no ha constituido una prioridad para la actual administración; se trata más bien de un compromiso adquirido, señalado explícitamente en la ley que reformó la institucionalidad ambiental de Chile el año 2010, y que por lo tanto el gobierno no tiene más alternativa que llevar adelante. Aún más, la creación de este servicio público ha tensionado las relaciones entre Agricultura y Medio Ambiente, pues el proyecto de ley comprometido traspasa funciones y personal desde la actual CONAF al Ministerio de Medio Ambiente, con el objetivo de que exista una sola institucionalidad pública que administre y gestione las áreas protegidas de Chile, sean éstas terrestres o acuáticas. Lógicamente esta tarea lo debe hacer el Ministerio encargado de proteger los recursos naturales renovables e hídricos del país, es decir, el Ministerio de Medio Ambiente. Esto lleva necesariamente a cuestionar el interés real del gobierno en este tema; ¿existe alguna persona, funcionario de confianza del Presidente, que realmente entienda del tema y pueda conducirlo a buen puerto? La respuesta a esta pregunta parece ser negativa y, por el contrario, lo que se desprende del discurso es una gran confusión y falta de un norte claro en esta materia.
Por último, cabe señalar que en materia forestal no hubo anuncios. Al parecer, después que el Senado hace pocos días rechazara la idea de legislar sobre la creación de una institucionalidad pública forestal, el gobierno no cuenta con un plan alternativo que permita subsanar las dificultades que esto impone. Esto, porque este año debería ser renovado el DL N° 701 sobre fomento forestal, ley que desde el año 1974 ha bonificado al sector, permitiendo el desarrollo del “modelo forestal chileno”, basado en el monocultivo de grandes extensiones de especies exóticas. Sin embargo, según lo señalado hace algunos años por el Tribunal Constitucional, Chile necesita una institucionalidad forestal pública, condición que no cumple la actual CONAF. Una nueva ley que bonifique las plantaciones forestales sólo podrá ser administrada por una nueva entidad de carácter público, al igual que la nueva ley de incendios forestales, lo que constituye un claro revés para el gobierno.
Con este análisis de sólo algunos aspectos relativos a biodiversidad y forestal, queda claro que en términos de anuncios para este año en materia ambiental, el gobierno queda en deuda y, por el contrario, lo que reina es una total confusión, por lo que no podemos esperar que ocurra nada concreto durante este año en materia ambiental.
Tomado del Blog de Flavia Liberona
Enviado sugerido en Boletín GAL
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